Nuestra sociedad actual cada vez lleva un ritmo más frenético que nos empuja a vivir de manera más rápida y superficial. Nos exigimos demasiado, todo debe ser rápido y perfecto. Vamos dejándonos llevar por esa vorágine sin darnos cuenta hasta que dejamos de lado cosas tan importantes como dedicarnos tiempo a nosotros mismos. Esa exigencia impuesta por el sistema en que vivimos nos hace acumular tensión, agobios, preocupaciones y remordimientos por no lograr alcanzar tantos objetivos a veces, irreales e inalcanzables.
Cargamos con una mochila demasiado pesada sobre nuestros hombros hasta que nuestro cuerpo y mente ya no pueden más y es necesario decir: Stop!!
Cargamos con una mochila demasiado pesada sobre nuestros hombros hasta que nuestro cuerpo y mente ya no pueden más y es necesario decir: Stop!!
Alcanzar nuestra paz interior es esencial. Por eso, de vez en
cuando es imprescindible relajarse, respirar profundo, hacer una pausa y
reorganizar nuestra escala de valores y prioridades para que todo tenga sentido
y forma en nuestra vida.
QUÉ
ES LA PAZ INTERIOR Y CÓMO PODEMOS LLEGAR A ELLA
La paz interior es una sensación de bienestar, intangible pero muy real ya que nos llena de una profunda serenidad y tranquilidad. Alcanzar la paz interior supone principalmente liberarnos de los miedos, prejuicios y emociones que nos desbordan y habitan en nuestro interior. Pero también significa tener plena consciencia de la vida y sentir la presencia y conexión de nosotros mismos con el Universo.
La paz interior es una sensación de calma en la que dejamos de pelear contra todos esos pensamientos y emociones negativas que nos desequilibran. Pero ¡ojo!, eso no significa que no existan sino que dejan de controlarnos y de causarnos daño. Supone alejarnos emocionalmente y de pensamiento de todos los problemas y conflictos diarios.
Seguro que pensarás: “eso es
imposible… alcanzar un estado de paz interior que me desconecte de todo no
puede ser… la vida tiene demasiada incertidumbre y demasiados reveses como para poder alcanzar el control emocional”
Sí. Es cierto, pero no es imposible. No podemos tener una percepción externa de
las cosas que nos ocurren, es decir, no debemos dejar que cualquier situación tenga el poder de incidir negativamente sobre nosotros
y hacernos perder la serenidad movidos como hojas al viento.
Sin embargo, si tenemos una percepción interna de las cosas que suceden en nuestra vida , es decir, si tenemos la percepción de que somos nosotros y sólo nosotros los que tenemos el control de nuestra vida y de lo que nos ocurre, podremos decidir qué guerras vale la pena luchar. De esa manera tomamos las riendas de nuestra vida y podremos aspirar a alcanzar la paz interior.
Sin embargo, si tenemos una percepción interna de las cosas que suceden en nuestra vida , es decir, si tenemos la percepción de que somos nosotros y sólo nosotros los que tenemos el control de nuestra vida y de lo que nos ocurre, podremos decidir qué guerras vale la pena luchar. De esa manera tomamos las riendas de nuestra vida y podremos aspirar a alcanzar la paz interior.
En resumen, la paz
interior no es algo que se encuentra a lo largo del camino, sino una decisión personal,
es algo que podemos desarrollar asumiendo nuestra responsabilidad y siendo conscientes
de aquellos comportamientos que nos
pueden dar serenidad. Elige la paz en todo momento.
PAUTAS PARA ALCANZAR LA PAZ INTERIOR
PAUTAS PARA ALCANZAR LA PAZ INTERIOR
1. Reflexión diaria. Dedica tiempo a explorar tu interior. Busca un hueco todos
los días para dedicarte a ti. No se trata de que le des vueltas a tus problemas
sino de que practiques la meditación, que intentes reencontrar en tu interior
la paz y la serenidad que necesitas. Intenta durante esos momentos desconectar
de la negatividad (noticias, televisión, etc.) Se trata de que cada día, saldes
cuentas contigo mismo/a.
2. Simplifica y haz
prioridades en tu vida. A veces quisiéramos que el día tuviese más de 24 horas. Eso es
imposible pero podemos simplificar nuestra vida, de manera que aprovechemos
mejor cada minuto. Cada cierto tiempo, pregúntate si lo que estás haciendo realmente
es lo que te gusta o si estás perdiendo el tiempo inútilmente. En ese momento debemos
pensar en cómo simplificar nuestra vida de manera que podamos centrarnos en lo
que realmente nos importa y satisface.
3. Evita la crítica y practica la aceptación. Evita los juicios, prejuicios, etiquetas y críticas
negativas o comparaciones. Son el peor enemigo de nuestra paz interior. Por el
contrario, busca la empatía, el encuentro y el entendimiento. La crítica es de
mentes rígidas y cerradas. Eso no nos conviene, la paz interior se consigue con
la sintonía y armonía con el mundo.
4. Acepta los
pensamientos y emociones negativas. No podremos encontrar la serenidad si continuamos
batallando contra los pensamientos y emociones “negativas” o querer esconderlos
en lo más profundo de nuestra mente. Sí los aceptas, al vivenciarlo, perderán su influencia sobre
ti y lograrás deshacerte de su peso.
5. Aprende a soltar. A lo largo de nuestra vida vamos acumulando mucho
resentimientos y rencores. Estos sentimientos terminan haciéndonos daño y nos
mantienen atados de manera absurda al pasado.
6. Practica la
gratitud. No dejes que pase un
solo día sin sentirte agradecido por algo. Siempre hay algo a lo que dar
gracias, solo hay que aprender a valorar las cosas que damos por descontado,
como el simple hecho de vivir o de tener a nuestro lado a personas que nos aman
y a las que amamos. Cuando empezamos a ser conscientes de ello y a sentirnos agradecidos por lo que tenemos, en
vez de quejarnos por lo que no tenemos, reencontramos un nuevo equilibrio
interno.
7. Da sin esperar. Cada vez somos más individualista y egoístas. Damos esperando siempre
algo a cambio. Si queremos conseguir la paz interior debemos reencontrar el
placer en dar sin esperar sólo por la satisfacción propia de ayudar a los demás.
“La paz es un estado al cual es necesario llegar. La paz con nosotros mismos es la primera a realizar. Mientras no conozcamos este estado, no podemos conocer la paz y mucho menos darla a otros. No podemos dejar a nadie tranquilo porque la guerra sucede en nuestro interior.” (Alejandro Jodorowsky)
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Publicado por: M. de la Rosa, Educadora Social