martes, 28 de junio de 2016

Perdemos nuestra plenitud al poner nuestra felicidad en manos ajenas

Una pareja funciona cuando los dos miembros se sienten completos. Saben vivir solos y no ven en el otro a su media naranja, sino a una entera.
Las relaciones personales parecen ser un rompecabezas. Nos quejamos y decimos que son difíciles, sin ser conscientes  de que tal vez las personas somos difíciles y complejas en sí mismas.


Andamos buscando personas  que cumpla nuestras expectativas, y que nos hagan felices; y esta perspectiva no realista lo que provoca es infinidad de conflictos. 





Renunciamos a ser felices y plenos por nosotros mismos, y en su lugar ponemos nuestros bienestar y felicidad en manos ajenas. No es de extrañar entonces , que nuestras  rela­ciones interpersonales se conviertan en una fuente de problemas y un jeroglífico indescifrable.



La Madre Teresa de Calcuta decía:
  • «Si juzgas a las personas no tienes tiempo para amarlas”

Y es que, el amor romántico, o inconsciente, poco tiene que ver con el amor verdadero. Esa confusión es la causa de muchos conflictos en las relaciones personales. El romanticismo generalmente, es idealización, es  apego y pura necesidad del otro; y la necesidad es una falta de amor severa hacia la persona que se dice amar. La concepción romántica que tenemos del amor ha creado muchos problemas a hombres y mujeres que han sido víctimas de sus propias fantasías. 

Esto no significa que no convenga ser afectuosos, cariñosos, atentos, tiernos, detallistas, cálidos, suaves y entregados con las personas con las que nos relacionamos. Quiere decir que únicamente siendo conscientes de en qué hemos convertido las relaciones, podremos construirlas sanas y conscientes. 

Pero te preguntarás: 
Y  eso que  parece tan sencillo, ¿cómo se consigue? ¿Cómo podemos crear vínculos que funcionen?


Te damos unas pautas básicas:
  • Deja de buscar. Mejor conviértete en la clase de persona que se busca a sí misma
  • Después de una ruptura, haz un parón en tus relaciones amorosas.  Regálate a tí mismo/a tiempo para recomponerte, centrarte, atenderte y prepararte para la siguiente relación.
  • Aprende a estar solo/a sin que ello sea doloroso o traumático.
  • Ordena el espacio emocional propio y clarifica tus  valores.
  • Prepárate para una nueva relación.
  • Para saber estar en pareja es necesario antes saber estar solo. No es sencillo encontrar personas que no odien la soledad. Llegar a tolerar, incluso amar estar solo, y sentirse bien, es un gran logro personal. Por esa razón, no es aconsejable empezar una nueva relación justo al terminar otra.
  • No pierdas  nunca la inocencia y frescura para empezar de nuevo.
  • Confia en que todos merecemos ser plenamente amados.
  • Si nos saltamos el proceso de cambio, y no hay una verdadera transformación personal, en la nueva relación afloraran los miedos  de revivir experiencias anteriores, y esa carga de dolor nos perjudicará notablemente. Porque ya no serán dos personas, sino la suma de sus exparejas, los fantasmas y prejuicios del pasado y de sus constantes miedos a repetir las viejas historias de dolor.
La conocida actriz Julia Roberts dice:

El amor verdadero no viene a ti, tiene que estar dentro de ti” 

Las relaciones que funcionan de manera equilibrada se caracterizan por su madurez emocional. Se establece entre dos personas que se sienten completas, porque no creen que les falte su mítica media naranja, sino que se sienten una  naranja completa. 


Este tipo de parejas maduras y equilibradas se caracterizan por  desear tener y disfrutar de pareja, pero ¡ojo!, no la necesitan. Estas personas comparten su plenitud, no necesitan  relacionarse para completar sus supuestos vacíos, ni para mitigar la necesidad de estar en compañía. 


De alguna manera, lo que está completo atrae a lo completo, y lo que está incompleto a lo incompleto. Los iguales se atraen. Es algo intuitivo. Cuando dos personas se encuentran y se reconocen completas en sí mismas y no necesitadas, las relaciones empiezan y fluyen con suavidad.

¿Cómo encontrar una persona completa en sí misma, no necesitada? 


Puede parecer extraño, pero la clave es reflejar las cualidades que buscamos en la pareja ideal. Es decir, si lo que quieres es tener a tu lado a una persona cariñosa, lo mejor será mostrarte cariñoso/a; si desea conocer a alguien educado, lo propio es mostrarte educado/a.

Seguro que conoces a personas que se quejan porque siempre llega a su vida un mismo estereotipo de persona, ya sea como pareja o  amistad. Una y otra vez sus relaciones parecen clonarse siguiendo un mismo patrón. Parece que no haya otra clase de persona disponible para ellas. 

No sirve de mucho buscar a alguien con tal o cual cualidad. En su lugar, sustitúyelo por ser tu mismo/a y proyectar en los demás todas esas facultades que esperas encontrar en los demás. Como los iguales se atraen, aparecerá alguien con esos atributos.

La regla es sencilla: 
Sé tú la persona  que quisieras tener a tu lado"
Si la pones en práctica,  tarde o temprano aparecerá y se fijará en ti.
"Espera" encontrar una relación, pero nunca "busques" una relación porque buscar, por definición, significa implícitamente carencia, ausencia o necesidad. No puede buscarse una relación, todo lo que puede hacerse es crearla.
  • Piensa de tí mismo/a que eres  alguien con quien vale la pena pasar el tiempo. Finalmente otro pensará lo mismo de tí” 
Si todavía no has encontrado el amor que esperas, ten presente  que:
La soledad no es buena ni es mala. Es lo que cada uno de nosotros/as decidimos hacer con ella. Es como un desierto, estos nunca están vacíos pero, como todos los desiertos, un día acaban y es cuando salimos de ellos cuando reconocemos su valor. 


Vivirla y llegar hasta el final de la soledad, supone agotarla como sistema de aprendizaje y cerrar la etapa. Tratar de suspenderla de forma artificial, solo pospone el proceso necesario de vivir la  soledad para más adelante...

Para finalizar esta reflexión, te invitamos a leer el maravilloso poema del astrofísico Jeff  Foster, el joven líder espiritual y movilizador de la nueva conciencia....
Namasté