martes, 20 de septiembre de 2016

Cómo cultivar el amor altruista

Para cultivar el amor altruista, debemos primero estar plenamente conscientes de nuestro propio deseo de liberarnos del sufrimiento y de experimentar bienestar. Este paso es especialmente importante para aquellos que tienen una imagen negativa de sí mismos o que han sufrido tanto que sienten que no están hechos para la felicidad. Entonces nosotros debemos generar una actitud cálida, tolerante y benevolente hacia nosotros mismos y decidirnos a lograr lo que en verdad es bueno para nosotros mismos.
Una vez que reconozcamos esta aspiración, debemos reconocer que es compartida por todos los seres. Debemos reconocer nuestra humanidad común y hacernos conscientes de nuestra interdependencia. 
El famoso Monje budista Matthieu Ricard, nos recomienda trabajar en los siguientes puntos:


1. Concentremos primero nuestra meditación en un ser querido
 Es más fácil empezar a entrenarnos en el amor altruista al pensar en alguien muy querido para nosotros. Podemos imaginar a un niño que viene hacia nosotros sonriendo, lleno de inocencia. Después hacemos fluir hacia él un amor, ternura y cuidado incondicional, a la vez que le deseamos todo lo bueno: que esté seguro, saludable y prospere en la vida”. Alimentemos este amor y dejemos que llene nuestro panorama mental.



 2. Extiende tu meditación
Después extiende este amor benevolente más allá de tus seres queridos para llegar a los extraños. Ellos también desean ser felices, incluso si, al igual que nosotros, a menudo se sienten confundidos en cuanto a la forma de eludir el sufrimiento. Finalmente, extiende tu benevolencia a aquellos que actuaron erróneamente contigo y que causan daño a otras personas. Esto no significa que queremos que tengan éxito en sus malévolos intentos, sino que deseamos profundamente que el odio, crueldad, avaricia o indiferencia que habita en su mente se apaguen. Veámoslos como vería un médico a un paciente con una enfermedad mental grave.
Por último, envuelva a todos estos seres conscientes, humanos y animales, con un amor infinito.