martes, 22 de enero de 2019

Orar reduce el estrés emocional


Como ya sabemos, la oración es todo un privilegio para las personas que siguen una religión, ya que es un acto sagrado e íntimo que es cumplido estrictamente con devoción. Pero, más que un deber y privilegio, la oración es el acto a través del cual la persona creyente se comunica con Dios. Es un alimento para el alma.

Además de esto, ahora la ciencia confirma, tras varios estudios realizados durante 16 años, que  rezar ya no sólo conlleva beneficios espirituales, sino  que  las personas que oran tienen  posibilidades de vivir más. 

¿Cómo lo comprobaron? A través de un estudio que se publicó en el diario JAMA Internacional Medicine, en el que se informa que las mujeres que participan en  algún tipo de evento religioso más de dos veces a la semana tienen un 38% más de posibilidades de vivir que una persona que no asiste ni una vez a algún tipo de evento religioso.



Ese no fue el único estudio realizado, pues el diario científico Plos one,  publicó que las personas que asisten con asiduidad a  eventos religiosos tienen una clara reducción en los niveles de estrés del cuerpo y de mortalidad. Según los resultados (en este caso durante 18 años), las personas religiosas son 58 % menos propensos de fallecer que las personas que no visitan iglesias o templos.  

¿Cómo puede influir la oración en la prolongación de la vida? Según los investigadores de la Universidad de California, esto se debe a los valores que promueven las religiones, ya sea la humildad, el respeto, la gratitud, la meditación, el amor al prójimo y la bondad.


Los resultados aseguran que los niveles de estrés se ven reducidos pues alivian el estrés emocional (la ira, el rencor, ayuda a perdonar)  y ello se refleja en las bajas probabilidades de tener presión alta, diabetes o algún tipo de enfermedad cardiaca. Es una manera de renacer y purificar nuestro espíritu, además de un apoyo para fortalecer nuestro interior y aumentar la confianza en nuestro devenir.






Por tanto, orar afecta de manera positiva la vida de las personas, en lo espiritual y en la salud física. No afirma categóricamente  que orar alargue la vida, pero sí que toda persona que practica un  estilo de vida de meditación, retiros espirituales y de relajación como una rutina en su día a día,  puede alargar algunos años de vida. NAMASTÉ