El
amor no es una abstracción, sino una energía de verdad. El amor disuelve el miedo.Cuando sientes amor no puedes temer nada. Como todo es energía,y el amor
abarca todas las energías, todo es amor.
Nuestros corazones
conocen el camino de la felicidad y la paz interior. Cuando
nos olvidamos del mensaje de nuestro corazón y caemos en la rutina y
en los baches de la vida, nos sentimos insatisfechos y
desdichados. Nuestra perspectiva del mundo se vuelve borrosa, olvidamos nuestro plan de vida, nos perdemos.
El remedio es
sencillo. Dedica tiempo a recordar tu divinidad, tu naturaleza
espiritual. Recuerda por qué estás aquí. Nuestra parte
espiritual nunca muere. Jamás perdemos a nuestros seres
queridos.
En realidad, todos los seres humanos estamos
conectados para siempre. Cuando tenemos experiencias
espirituales, casi siempre evocamos la energía del amor. Esa forma
de amor es incondicional, absoluta e ilimitada. Es como un impulso de
energía pura, una energía que también posee atributos de gran
fuerza, como la sabiduría, la compasión, la eternidad y la
conciencia sublime.
El amor es la energía más básica y
dominante que existe, es la esencia de nuestro ser y nuestro Universo. Es el componente fundamental de la naturaleza que
conecta y une todas las cosas, a todas las personas.
Nuestras
almas siempre se sienten atraídas hacia el amor. Cuando comprendemos
de verdad el concepto de que el amor es energía que lo abarca todo y
que su impulso curativo puede transforma con rapidez nuestros
cuerpos, mentes y almas, superaremos nuestros males y nuestros
dolores.
Tenemos que amarnos los unos a los otros, porque el
amor es el camino. De lo contrario nos condenaremos a repetir "curso
tras curso", hasta que aprendamos la lección del amor.
Todos
somos seres divinos. Hace miles de años que lo sabemos, pero lo hemos olvidado. Y para volver a casa tenemos que recordar el
camino.
Recordar que somos almas, que somos inmortales y que
existimos siempre en un océano infinito de energía es la clave para
llegar a la alegría y a la felicidad. No debemos competir con ninguna
otra alma: cada cual tenemos nuestro sendero por transitar. No se
trata de una carrera, sino de un viaje que emprendemos juntos hacia
la luz de la conciencia.
Las almas que han progresado o
evolucionado más tienden una mano con amor y compasión a las que se
han quedado atrás. El cuerpo no es más que un vehículo que
utilizamos mientras estamos aquí. Lo que perdura eternamente es el
alma y el espíritu.
Nuestras almas existen en una corriente
de amor energético. Nunca nos separamos realmente de nuestros seres
queridos, aunque nos sintamos alejados y faltos de amor. Nuestra
naturaleza básica se basa en el amor, la paz, el equilibrio y la
armonía. Nuestra esencia innata es compasiva, cariñosa y buena.
La verdadera seguridad
deriva de la paz interior y del conocimiento de nuestra esencia
auténtica, que es espiritual.
El amor lleva a la comprensión.
La comprensión lleva a la paciencia. Y entonces se detiene el
tiempo, y todo pasa aquí y ahora. La comprensión es lo que
cura, y a través de ella se renueva eternamente el amor y se
manifiesta.
Al ir comprendiendo nos deshacemos de los miedos.
Al ir deshaciéndonos de los miedos, desaparecen los obstáculos que
nos impiden alcanzar el amor y éste fluye con libertad en nuestro
interior y entre nosotros.
En realidad somos seres inmortales
que nunca se separan energéticamente de los que aman. Tenemos almas
gemelas y familias espirituales que son eternas. Al morir
no nos llevamos las "cosas" que poseemos. Nos llevamos nuestros
actos y nuestras obras, los frutos de la sabiduría de nuestro
corazón.
Hay mucha belleza, mucha verdad y amor
a nuestro alrededor,pero muy pocas veces nos tomamos las cosas con la
suficiente calma para apreciarlos, como para darnos cuenta.
A
veces hace falta que suframos una gran pérdida para recordar la
belleza y el amor que nos rodean, pero solemos olvidarnos pronto y
caer en la rutina.
Ser feliz y divertirse no es malo, ni es
pecado, ni algo poco espiritual. Al contrario, no avanzarás hasta que
aprendas a estar alegre.
Sé más espiritual. Dedica más
tiempo a rezar, a dar, a ayudar a los demás, a amar. Hacerte voluntario/a y expresar generosidad y amor es una manera de desprenderte del orgullo, del
ego, del egoísmo, de la rabia, de la culpa, de la vanidad y de la
ambición.
Pasa menos tiempo acumulando cosas, preocupándote o estancado en el paso y en el futuro.
Aléjate de la violencia
y los violentos. No aceptes ninguna idea antes de contrastarla con tu
sabiduría intuitiva. ¿Es algo que fomenta el desarrollo del amor,
de la bondad, de la paz y de la unidad? ¿O algo que promueve la
separación, la división, el odio, el egocentrismo y la
violencia?
Al ir despertando, los espíritus nos cantarán sus
canciones de amor directamente al oído.
Es muy humano desear
signos y mensajes inmediatos. Sin embargo, para escuchar hay que
saber hacerlo, y para saber hay que dedicar tiempo a aprender.
Si
practicas el silencio, el viaje interior, si te das tiempo para
escuchar y crear el espacio para escuchar, serás capaz de oír.
Serás capaz de ver los signos y recibir los mensajes que
esperas. Al mismo tiempo, desarrollarás el arte de la
paciencia: la paciencia y la oportunidad.
Todo llega cuando tiene
que llegar.