Si queremos mejorar nuestra relación con los demás, primero debemos tener presente que si hay alguien que nos va a acompañar durante todo nuestro camino y en todo momento y circunstancia, somos nosotros mismos.
Aprender a conocernos es algo que no se nos ha enseñado. Saber relacionarnos con la persona que llevamos dentro es fundamental, pues al fin y al cabo, es la creadora de nuestra felicidad o insatisfacción, dependiendo que cara de las dos predomine .
Aprender a conocernos es algo que no se nos ha enseñado. Saber relacionarnos con la persona que llevamos dentro es fundamental, pues al fin y al cabo, es la creadora de nuestra felicidad o insatisfacción, dependiendo que cara de las dos predomine .
Vivimos en una sociedad competente donde a veces queremos imponer nuestro criterio sin tener en cuenta el respeto mutuo y el compromiso compartido. Pero el objetivo de la comunicación, es alcanzar un encuentro donde todas las partes implicadas se sientan bien.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestras relaciones con los demás?
Veamos unos objetivos fundamentales para trabajar tu habilidad comunicativa:
- Controla tus emociones negativas. Si eres una persona impulsiva, que "salta" con facilidad cuando las cosas no salen como tú deseas, intenta controlarte. Piensa que los demás no tienen por qué soportar tu falta de autocontrol. Utiliza esas situaciones de manera positiva y demuéstrate a ti mismo/a que puedes controlar tu impulso de manera racional.
- Busca siempre el acuerdo. No busques imponerte al otro. Busca el consenso donde todos ganen o nadie pierda.
- Adapta tu lenguaje a cada situación e interlocutor. A veces no adaptamos nuestro estilo de lenguaje al interlocutor o situación que se nos presenta. Esto puede llevar a desajustes en la comunicación, malas interpretaciones e incluso, a herir los sentimientos de alguien. Aprende a ajustar tu modo de comunicar, según las circunstancias, el nivel de formalidad según el contexto o personalidad de tus interlocutores.
- Utiliza el silencio como respuesta. A veces, un silencio vale más que mil palabras. Nos puede ayudar a mitigar una reacción que de otra manera sería demasiado brusca o radical. También un silencio lleno de comprensión y acompañado de una mirada cálida y amistosa, puede hacer que la otra persona reflexione o reaccione sin tener que ser demasiado drástico/a.
- Cuida tu comunicación gestual. Ten en cuenta que hablar mirando desafiante, con un diálogo demasiado rápido, con tono exigente o imperativo; puede hacerle sentir a tu interlocutor invadido y provocar el desencuentro.
- Aprende a escuchar de manera activa. No interrumpas a la primera de cambio. Demuestra a tu interlocutor que le estás prestando atención. No juzgues ni opines si no se te pide directamente.
- Crea un clima de confianza. Donde las otras personas y tú os sintáis relajadas y disfrutéis de una comunicación fluida.
- Practica la empatía. Intenta ponerte en el lugar de los demás. Con tus amigos, familia, compañeros de trabajo, intenta entender por qué a veces cada persona toma diferentes decisiones o actúa de determinada manera. Te ayudará a entender que no todo es negro o blanco, que cada persona actúa conforme a sus circunstancias; que todo es relativo y que no existen ni buenos ni malos.
- Sé asertivo/a.Di las cosas que piensas o sientes de manera clara pero de la manera adecuada, sin avasallar ni demostrar agresividad o imposición. Aprende a decir NO sin agredir ni ponerte violento/a. Simplemente de manera relajada, confiada, sin que te haga sentir conflictos o provocar discusiones.
- Abre tus sentimientos, tu parte "tierna". No consiste en ir dando abrazos y besos a diestro y siniestro, pero si de actuar con cercanía. Demostrar sensibilidad no es sinónimo de debilidad o vulnerabilidad. Se trata de ser suave, cuando la situación lo requiera y sonreír mostrando cercanía.
..."Las cosas más importantes son siempre las más
difíciles de contar. Son cosas de las que uno se avergüenza, porque las
palabras las degradan. Al formular de manera verbal algo que mentalmente
nos parecía ilimitado, lo reducimos a tamaño natural. Claro que eso no
es todo, ¿verdad? Todo aquello que consideramos más importante está
siempre demasiado cerca de nuestros sentimientos y deseos más
recónditos, como marcas hacia un tesoro que los enemigos ansiaran
robarnos. Y a veces hacemos revelaciones de este tipo y nos encontramos
sólo con la mirada extrañada de la gente que no entiende en absoluto lo
que hemos contado, ni por qué nos puede parecer tan importante como para
que casi se nos quiebre la voz al contarlo. Creo que eso es
precisamente lo peor. Que el secreto lo siga siendo, no por falta de un
narrador, sino por falta de un oyente comprensivo"...
("El Cuerpo" Stephen King)
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CÓMO MEJORAR TU RELACIÓN CON LOS DEMÁS |
Luz Plena, Educadora Social