Discutir es natural pero hay que hacerlo bien. Una "buena discusión" puede limpiar el aire y es bueno saber que no solo podemos sobrevivir al conflicto sino que incluso podemos aprender de la situación....
1 -
Nunca discutas en caliente:
Cuando estamos en el pico alto del enfado, nuestro cerebro puede bloquearse y no permitirnos
expresar correctamente cómo nos sentimos, a qué se debe nuestra
frustración o qué es lo que nos molesta de nuestra pareja. Además
en esta fase podemos volvernos violentos y gritar, insultar,
amenazar... que no nos ayudará en nada y que provocará reacciones
similares en nuestra pareja.
2 - No bajes a su nivel de agresividad:
2 - No bajes a su nivel de agresividad:
Si es tu
pareja quien tiene una actitud muy negativa, testaruda, intransigente
y fuera de sí, no podemos rebajarnos a su mismo nivel y caer en una
pelea callejera, que lo más probable es que impida la posibilidad de
que se solucione el asunto en cuestión. Piensa que no se puede
quitar una arruga a la tela apretándola.
3 - Recuerda que para discutir hacen falta dos:
Existen infinidad de razones para
empezar una discusión: la educación de los hijos, costumbres
distintas, celos, caracteres diferentes, infidelidades, vicios,
crisis económica, familia política, salud... seguro que tú también
conoces otra lista como ésta. Pero debes recordar que si tú no
estás en posición de discutir, de nada sirve que tu pareja esté
gritando todo el día, pues sus palabras caerán en tu oído sordo y
sólo habrá perdido su tiempo y gastado su energía. Si, en el peor
de los casos tu pareja ha caído en adicciones (drogas o alcohol) , una
discusión negativa y violenta echaría por tierra la posibilidad de
resolver el problema y aquí sí deberías buscar ayuda profesional y
externa.
4 -
Aplaza la discusión
Propón a tu pareja que se retome la discusión
cuando ambos estéis más calmados y con la mente más abierta,
habiendo pensado bien las cosas durante un tiempo (desde 10 minutos a
un par de días). Deberás valorar cómo de grave es la situación,
pero piensa que seguramente con el aplazamiento conseguirás mejor
ventaja y mayor éxito de conseguir lo que reivindicas, pues no se
discute para descargarnos de ira interior, sino para anular y resolver
una situación negativa y descompensada en la pareja, y que tu
objetivo es abandonar el dolor y restablecer la paz en la relación
de pareja.
5 - Discutir es bueno, pelear es destructivo:
Puede
que tu pareja sea de esas personas que no está dispuesta a ceder, o
no acepta más opinión que la suya. Si este es el caso, lo mejor es
que seas astuto/a y busques un momento donde esté relajado/a y tranquilo/a y comentarle el tema de forma calmada, haciéndole ver que hay que
hablar como adultos, aunque se tengan opiniones distintas, y haya
ciertas cosas que te están molestando. Lo más seguro es que te
responda en el mismo tono de voz que tú utilices, y puede que así
te encuentres con una actitud abierta y positiva. Si por el contrario
tu pareja de todas formas se altera, tú debes seguir con voz calmada
y sin perder los nervios. Sigue insistiendo en que no se altere ni
grite y que tú podrías comportarte igual de mal que él, pero que
lo que de verdad te interesa es resolver la situación para que ambos podáis estar tranquilos, sin destruir lo que habéis construido juntos.
6 - Mantener la comunicación es el pilar
fundamental:
No nos referimos a los insultos y a las acusaciones
mutuas, sino a poner las cosas sobre la mesa, a ser conciliadores y
buscar un punto en común e intermedio. Sería un ten con ten donde ambos ganen un poco y
cedan otro poco.
7 -
Tu pareja elude resolver la situación:
Esto muestra que o bien no
tiene argumentos donde basar su postura, o calla para no empeorar más
la situación. Si esto es así puedes verte envuelto/a en una situación
larga y problemática, donde lo más probable es que tengas que
recurrir a ayuda profesional, pues si la otra parte no participa de forma
activa, quizá un intermediario o mediador puede ayudar para sentar
ciertas bases y evitar la pasividad de la situación. Pero debes
estar preparado/a por si al final del camino tu pareja no desea
continuar a tu lado y toma otro camino.
8 - Ejerce y desarrolla el
autocontrol:
Es difícil, lo sabemos, y más ante una situación
dolorosa. Pasa lo mismo cuando te clavan una aguja para extraer
sangre: si estás tensa, duele más. Cada discusión es diferente de
otra y se hace necesario improvisar según se sucedan las cosas, pero
lo importante es mantenerte calmada y firme, con buen juicio. Ser
consecuente y razonable también te ayudará. Si has de pedir perdón
o perdonar al otro, deberás hacerlo, de forma auténtica. Si has de
reconocer que te equivocaste, hazlo, no por eso estarás en
inferioridad de condiciones.
9 - Llega la reconciliación:
Por
muy largo o difícil que haya sido el camino, por fin llegaste a
donde querías, volviendo a descubrir a tu pareja haciendo las paces
con ella, con muestras de cariño, afecto y respeto. Estas
discusiones os fortalecerán y os harán crecer como pareja, estando
más seguros en vuestra relación.
