lunes, 27 de febrero de 2017

Estadísticamente, las personas rencorosas mueren antes


Tener resentimiento, no perdonar, tiene graves repercusiones en la salud: eleva el riesgo de infarto y debilita el sistema inmunitario. Lo que significa que los que no perdonan están en riesgo de contraer cualquier enfermedad.

Esto es lo que asegura Everett Worthington, Ingeniero Nuclear y Catedrático en Psicología de la Universidad de Virginia que  ha investigado  y escrito más de veinticinco libros sobre el perdón en una entrevista en La Vanguardia.

Everett Worthington es, además de ingeniero nuclear, catedrático de Psicología de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) y está especializado en el tema del perdón. Worthington confesó en una entrevista que alguna vez él también se había sentido incapaz de olvidar. 

Un ladrón entró en casa de su madre y la golpeó brutalmente hasta matarla. Su primer pensamiento fue acabar con el agresor con su bate de béisbol. 

Por aquella época, Worthington acababa de publicar uno de sus libros sobre la capacidad de perdonar. Parecía que la vida le estaba gastando una broma de mal gusto para probar si en realidad sabría aplicarse el cuento. 

Al final superó la prueba. Se puso en el lugar del ladrón y pensó en el pánico que habría sentido al entrar a una casa que creía vacía y encontrarse a una señora. 

Entonces se dio cuenta de que él mismo no era mejor que el ladrón porque en realidad el asaltante reaccionó al pánico y, en cambio, él se había planteado que quería asesinarlo. 





Extracto de una entrevista en La Vanguardia con Everett Worthington:

- ¿Ha realizado investigaciones?
Sí. El rencor eleva los niveles de cortisol, lo que provoca que los tejidos neuronales reduzcan su grosor un 25%; se nos encoge el cerebro. Y también afecta a las funciones digestivas, sexuales y respiratorias; influye en todos nuestros órganos y afecta a nuestra salud mental (depresión, ansiedad y rabia). Estadísticamente, las personas con resentimiento mueren antes.

- ¿Se puede perdonar sin comprender?
- Hay dos tipos de perdón: el racional, decidir perdonar, que no requiere de la comprensión, y el emocional, que implica cambiar las emociones que sentimos hacia esa persona y que requiere comprender las motivaciones del otro, y este es el perdón que sana.


"El perdón es para quien perdona,
no para quien es perdonado"

“Quien guarda rencor es como
 quien toma veneno
y espera que su enemigo muera”

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