martes, 27 de septiembre de 2016

10 Claves para elevar tu nivel de energía

En nuestro día a día, son muchos los factores externos e internos que pueden afectar nuestros niveles de energía, disminuyendo nuestra productividad y motivación. Debemos ser conscientes de estos factores para conseguir un estado mental equilibrado y saludable.



A continuación proponemos diez claves para trabajarlas. Conseguirás mejorar tu salud y bienestar emocional, físico y espiritual:


  • Paga tus cuentas a tiempo. Pocas cosas proveen una sensación de paz como la de saber que no debes nada y que no te deben nada. Procura estar al día en tus pagos y evita el incremento de intereses; por otro lado, también es importante que cobres a tiempo tus deudas. Estar al corriente con tus pagos y tener finanzas sanas te ayudará a sentirte tranquilo.

  • Aléjate de las personas tóxicas. Aprende a distinguir a aquellos que te hacen bien de los que te hacen mal; a aquellos que te motivan de aquellos que te detienen. Aléjate de las personas que sólo te comparten quejas, problemas y emociones negativas. Socializa con seres humanos que te motiven a ser mejor y saquen lo mejor de ti.

  • Cumple tus promesas. Ésta es una de las características más valiosas de un emprendedor. Si prometes algo, asegúrate de hacerlo realidad; ya sea a tus clientes, socios, empleados, proveedores, acreedores o inversionistas. Si te has resistido a cumplir con lo que prometiste pregúntate a qué se debe; puede que aún estés a tiempo de disculparte, re-negociar u ofrecer una alternativa. En este punto también es clave que aprendas a decir que “no”; debes estar consciente de tu realidad, posibilidades y limitaciones.

  • Descansa. Aunque estés muy ocupado, de vez en cuando tómate un “break”. Hazlo por lo menos a la hora de la comida y en la tarde. A la par de ayudarte a reparar fuerzas, regresarás al trabajo con una perspectiva fresca y energías renovadas. Hacerlo te ayudará a ser más creativo y a reducir el desgaste, que puede afectar tu salud y productividad.

  • Delega. Debes entender que no eres experto en todo y que no tienes el tiempo para terminar con todas las tareas. Además, que en tu rol de directivo, es importante que dediques algunas horas a planear, a pensar y a hacer las cosas que más disfrutas. Sólo si aprendes a delegar en las personas correctas tu empresa podrá crecer y pasar al siguiente nivel.

  • Cuida tu salud. Recuerda, el activo más valioso de tu compañía eres tú mismo. Y nada en ti podrá funcionar a menos de que la “máquina esté bien aceitada”. Así que asegúrate de hacer ejercicio, cuidar tu alimentación y dormir bien.

  • Organiza. El líder espiritual Dalai Lama, afirma que no hay nada que absorba más energía que estar en un espacio desordenado lleno de cosas que no necesitas. Ordena tu escritorio, limpia la bandeja de entrada de tu correo electrónica y arregla tu casa; tener los objetos en el lugar donde deben de estar no sólo te ahorrará tiempo, sino que te ofrecerá un sentido de tranquilidad que permite que trabajes mejor.

  • Enfrenta las situaciones difíciles. Nunca es fácil despedir a un empleado, hablar de algún problema con tu socio o enfrentarte a los inversionistas por la falta de resultados; no obstante, tarde o temprano lo tendrás que hacer. Posponer las cosas únicamente te genera más estrés y dificulta enfocarte en lo importante.


  • Perdona. Si lo aplicas verdaderamente, este consejo puede cambiar tu vida y percepción de las cosas. Deja ir aquellas situaciones que te causen dolor; no hacerlo te produce dolor y estrés. Si empiezas por cambiar tu actitud hacia el pasado podrás permear la actual y transformar tu futuro en lo que tú quieras.  

  • Acepta. No se trata de resignación, sino de evitar resistirse a una situación que no puedes cambiar. Si tu negocio no está dando frutos y ya pusiste todo tu esfuerzo en él, quizás es momento de cerrarlo e iniciar una nueva aventura. Ya lo dijo San Agustín: “Señor concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia”. Si está en tus manos actúa, si no lo está, admítelo y déjalo ser.

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jueves, 22 de septiembre de 2016

El compás del instante

Sólo existe el instante presente, la consciencia de nuestra existencia en el momento presente. Ese  instante es tan efímero que apenas es cuantificable. Por tanto, ¿Qué es el ahora? Es cuando la presencia se hace consciente de sí. Es ser consciente de nuestra existencia.







No somos nuestro nombre ni apellido, ni nuestro cuerpo cambiante, ni siquiera nuestras ideas y pensamientos sobre nosotros mismos. 



Somos ni más ni menos que presencia. Somos consciencia. La consciencia que se da cuenta de que pensamos, sentimos, vivimos... Tan simple y tan obvia que se nos olvida. Vivimos ajenos a esa esencia


consciencia




Debemos tomar consciencia del valor del presente, del ahora, de nuestro Ser. Sólo desde ese punto de partida podremos conectar con lo esencial, con nosotros/as mismos/as, con la vida,  con el compás del instante.

Así de bonito lo explica Eckhart Tolle en el siguiente vídeo que os invitamos a disfrutar: 





  

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cómo atraer una pareja consciente




A pesar de ser algo que muchas personas buscan, parece ser que para algunas personas es muy complicado encontrar pareja. ¿Eres una de esas personas? ¿Te resulta difícil encontrar pareja?
No cabe duda de que encontrar a la persona ideal para una relación de pareja es algo muy importante para muchas personas. Es una necesidad primordial, ya que una pareja nos brinda muchas satisfacciones, como es la compañía, el afecto, el apoyo moral y económico, satisfacción sexual, etc.

Pero, ¿existe en realidad una fórmula mágica que nos haga vivir el amor a plenitud? ¿Hay algún método infalible para enamorarnos? Y si lo hay, ¿nos hará felices? Seguramente, algunos optarán por ser “coleccionistas”: tendrán tantas relaciones de pareja como les sea posible, incluso con varias personas al mismo tiempo, intentando así acumular “amores” para luego descartar aquellos que no funcionaron o no consiguieron satisfacerlos. 
El riesgo que corren quienes optan por este absurdo método, es toparse con personas que actúan de la misma manera, promiscuos en el amor, en la búsqueda de relaciones fugaces y efímeras. Además, serían como leones hambrientos, cazando lo que se mueva sólo para satisfacer los instintos más primitivos. 
Tendrían que ser unos Adonis o unas Venus para tener siempre éxito consiguiendo a quien quieren, de lo contrario, van a besar muchos “sapos” antes de encontrar a su “príncipe azul” (o princesa del color que sea).





Si tú eres una de esas personas que se preguntan: “¿Por qué no logro encontrar a alguien?”, tal vez tengas ya alguna idea de por qué no has encontrado a esa persona especial o ideal. Pregúntate realmente por qué crees tu que no tienes una pareja. Si observas tus pensamientos, quizá encuentres ideas como:  “no soy suficientemente interesante”, “no soy atractivo/a”, “no soy sociable”, etc.
La realidad es que si no tienes pareja, en gran medida tiene que ver con la forma en cómo piensas y las creencias que tienes.
Realiza un análisis a conciencia. Toma un papel y lápiz y anota todas las razones por las que crees que no tienes pareja. Una vez que tengas una buena lista, es el momento de analizar punto por punto. 
¿Te has parado a pensar que  seguramente conoces personas con forma de ser similar a la tuya, pero que sí tienen pareja?.
Si el tener pareja estuviera exclusivamente reservado para personas atractivas, interesantes, con dinero, sociables y simpáticas, ¡la mayoría de las personas no tendrían pareja!
No tiene que ver con tus características, sino con tu actitud. Realmente, la única clave que existe es mantener la calma, no apresurarse ni obligar los hechos.  El amor llegará a su tiempo, nuestra ansiedad y desesperación pueden obstaculizar la prudencia de saber elegir ese momento.



Para tener la actitud más adecuada que  favorezca encontrar pareja, toma en cuenta los siguientes puntos:

  1. Disfruta y acepta tu soledad. Este es quizá el punto más importante de todos. Si estás esperando a tener una pareja para ser feliz y disfrutar tu vida, entonces tu búsqueda de pareja se vuelve una búsqueda necesitada y desesperada. La verdad es que es mucho más sano aprender a estar bien contigo sin alguien más, de modo que el día que conozcas a alguien, puedas compartir todo lo que tú eres, en vez de buscar que alguien llegue a llenar tu vida.
  2. Visualiza la pareja que quieres. Si no sabes qué quieres, es más difícil encontrarlo. Define cómo es la pareja que te gustaría tener, el tipo de relación que deseas, la convivencia que deseas, etc. Si lo defines es más fácil buscarlo y encontrarlo, y no confundirte con alguien que quizá no es lo que buscas, pero que de momento llena el vacío.
  3. Revisa tus patrones pasados. Vale la pena que revises las relaciones pasadas que has tenido, y que identifiques si hay un patrón que se repite. A veces puedes encontrar que tus parejas anteriores han sido personas que realmente no te han atraído, o han sido personas agresivas, o personas poco comprometidas. Tal vez debas cuestionar por qué sueles aceptar relaciones con ese tipo de personas, y sería bueno que te abras a explorar y conocer otro tipo de personas.
  4. Facilita las relaciones sociales. Ya hemos hablado en otra publicación de la conveniencia o no de buscar o esperar a nuestra alma gemela. Pero sí es importante  favorecer el encuentro socializando. Puedes hacer cosas como inscribirte a cursos, a un club, a un gimnasio, ir a más reuniones, salir más con amigos, inscribirte en un club de solteros, etc… Está bien buscar una pareja, lo importante es no buscar de forma desesperada, sino con distancia emocional, con cierto desapego.
  5. Desapego. Desapegarse de algo no significa que dejas de buscarlo y de desearlo. Significa que lo buscas y lo deseas, pero no sufres si no lo tienes. Es la actitud de disfrutar tu vida así como estás hoy en día sin una pareja, y mientras disfrutas, buscas a la pareja, pero sin ansiedad ni angustia de no encontrarla.
Ten presente estos consejos y recuerda que el amor puede ser como una mariposa, de nada sirve perseguirlas desesperadamente, pues se alejarán tanto como puedan. Pero si te quedas quieto, se posan sobre ti. No ahuyentes todas las mariposas o tu jardín se quedará vacío. Dedícate a  regar tus flores, a cortar las malezas y llegará el momento en que no te preocupe perseguir mariposas porque encontrarás que hay mucho por hacer en tu interior. Quizás, algún día, cuando estés disfrutando el aroma de tus rosas, alguna aparezca y se pose sobre ti.





"Primero quédate solo. Primero empieza a divertirte solo. Primero ámate a ti mismo. Primero sé tan auténticamente feliz que te sientas lleno, expansivo, desbordado. Nada ni nadie te hace falta. Estás en casa, contigo. Si alguien viene, todo bien, si no, también. Mostrándote como un ser digno, no como un mendigo. Lo semejante atrae lo semejante... La persona que ha vivido su soledad felizmente, se sentirá siempre atraída por otra persona que está viviendo su soledad también alegremente, porque como regla “lo semejante vibra ante lo semejante”, como lo explica la ley de la atracción. Cuando dos maestros se encuentran, maestros de su propio desarrollo personal, de su soledad, la felicidad se multiplica. Se vuelve un tremendo fenómeno de celebración. Y ellos no se examinan uno al otro, ellos se comparten no se están completando en las carencias del otro. No utilizan al otro. En su lugar, por el contrario, ambos se vuelven uno y disfrutan de toda la existencia que les rodea”  (Osho)



martes, 20 de septiembre de 2016

Cómo cultivar el amor altruista

Para cultivar el amor altruista, debemos primero estar plenamente conscientes de nuestro propio deseo de liberarnos del sufrimiento y de experimentar bienestar. Este paso es especialmente importante para aquellos que tienen una imagen negativa de sí mismos o que han sufrido tanto que sienten que no están hechos para la felicidad. Entonces nosotros debemos generar una actitud cálida, tolerante y benevolente hacia nosotros mismos y decidirnos a lograr lo que en verdad es bueno para nosotros mismos.
Una vez que reconozcamos esta aspiración, debemos reconocer que es compartida por todos los seres. Debemos reconocer nuestra humanidad común y hacernos conscientes de nuestra interdependencia. 
El famoso Monje budista Matthieu Ricard, nos recomienda trabajar en los siguientes puntos:


1. Concentremos primero nuestra meditación en un ser querido
 Es más fácil empezar a entrenarnos en el amor altruista al pensar en alguien muy querido para nosotros. Podemos imaginar a un niño que viene hacia nosotros sonriendo, lleno de inocencia. Después hacemos fluir hacia él un amor, ternura y cuidado incondicional, a la vez que le deseamos todo lo bueno: que esté seguro, saludable y prospere en la vida”. Alimentemos este amor y dejemos que llene nuestro panorama mental.



 2. Extiende tu meditación
Después extiende este amor benevolente más allá de tus seres queridos para llegar a los extraños. Ellos también desean ser felices, incluso si, al igual que nosotros, a menudo se sienten confundidos en cuanto a la forma de eludir el sufrimiento. Finalmente, extiende tu benevolencia a aquellos que actuaron erróneamente contigo y que causan daño a otras personas. Esto no significa que queremos que tengan éxito en sus malévolos intentos, sino que deseamos profundamente que el odio, crueldad, avaricia o indiferencia que habita en su mente se apaguen. Veámoslos como vería un médico a un paciente con una enfermedad mental grave.
Por último, envuelva a todos estos seres conscientes, humanos y animales, con un amor infinito.


lunes, 19 de septiembre de 2016

Decálogo para liberarte de la culpa

Quien no la siente en absoluto puede ser un insensible en el menor de los casos o hasta un  psicópata patológico; quien la padece demasiado puede ver afectada toda su vida emocional. La culpa es una experiencia dolorosa que deriva de la sensación, más o menos consciente, de haber transgredido las normas personales, culturales, éticas o sociales. 
Pero en cierto grado la culpa resulta útil, porque permite corregir los errores cometidos. En cambio, en exceso es uno de los principales enemigos de nuestra armonía interior: nos lleva a enfrentarnos con nosotros mismos y puede bloquearnos.





La culpabilidad no es sólo una de las formas más comunes de angustia en nuestra cultura, sino también una de las emociones más inútiles, porque nos hace despilfarrar el presente al paralizarnos en un comportamiento pasado. La culpa no resuelta se halla en la raíz de numerosos conflictos psicológicos, y puede llegar a amargarnos la existencia.


Administramos mal los sentimientos de culpa cuando: 
  • Mantenemos un sistema de pensamiento polarizado (pensamos que las cosas son blancas o negras, buenas o malas) y no admitimos el término medio
  • Cuando pensamos en negativo (tan solo tenemos en cuenta los detalles negativos y además los magnificamos, sin atender a los aspectos positivos)
  • Cuando somos demasiado rígidos (nos basamos en un sistema de normas estricto donde el deber prevalece en todas nuestras acciones)
  • Cuando eludimos responsabilidades (pasamos a responsabilizarnos de las vidas de los demás o a las circunstancias).
  • Cuando somos demasiado perfeccionistas.



La culpabilidad se manifiesta a través de:
  • Señales físicas (presión en el pecho, dolor de estómago, de cabeza, de espalda)
  • Emocionales (nerviosismo, desasosiego, agresividad, irascibilidad)  
  • Mentales (pensamientos inútiles, autoacusaciones y autorreproches).

Los psiquiatras  consideran tres formas patológicas de culpa: 
  • Culpa neurótica, que es la que surge ante situaciones o actos insignificantes por los que la persona se siente excesivamente responsable
  • La que sienten las personas deprimidas por hechos del pasado, pero que pueden llegar a considerar anodinos cuando se curan, 
  • La culpa delirante: la provocada por acciones inexistentes o irracionales (se da en una depresión delirante o trastorno esquizofrénico).


¿CÓMO PODEMOS DESHACERNOS 
DEL SENTIMIENTO DE CULPA?

  •  Identifica tus sentimientos de culpa. Analiza en qué situaciones concretan sobrevienen.
  • Acéptalos como normales y comprensibles. Si conoces sus causas y su origen, te será más fácil combatir esos sentimientos que te atormentan.
  • Habla con otras personas (si es necesario, con profesionales) del tema. Aliviarás tu malestar.
  • Reconoce tus propios límites y asume únicamente la parte de responsabilidad que te toca.
Quienes se autoinculpan de los fracasos cometidos, ya sean estos propios o de otras personas, sufren a la hora de relacionarse, porque perciben a los demás como superiores y son incapaces de defender sus derechos.

En el otro extremo estarían quienes, de manera sistemática, adjudican la culpa a los demás: estas personas resultan tan cargantes que no tardan mucho tiempo en verse evitadas por el resto del mundo y aisladas. Defendernos por sistema resulta tremendamente negativo para nuestro progreso personal y nos distancia de los demás.



DECÁLOGO PARA ABANDONAR LA CULPA


Es necesario y sano aprender de las equivocaciones del pasado y prometerse no repetir ese comportamiento, pero la culpa es malsana e inútil, porque hace que la persona se sienta mal en el presente a causa de un hecho que ya es historia. Para eliminar la culpabilidad,  los  especialistas en trastornos emocionales recomiendan: 
  1. Empezar a mirar el pasado como algo que jamás puede modificarse.
  2. Preguntarse se está evitando en nuestro presente por culpa del pasado.
  3. Aceptar comportamientos que tú has escogido pero que pueden disgustar a otros.
  4. Apuntar cuándo nos sentimos culpables, por qué y con quién, y lo que perdemos al angustiarnos por el pasado.
  5. Reconsiderar nuestros valores: ¿cuáles son los que aceptamos y cuáles los que sólo fingimos aceptar para no ser juzgados por los demás?
  6. Hacer una lista de todas las “maldades” que hemos hecho en nuestra vida y culparnos por cada una conforme a su gravedad. El presente sigue siendo el mismo y la  culpabilidad que sentimos es una actividad desperdiciada.
  7. Evaluar las verdaderas consecuencias de nuestros comportamientos; determina si nuestros actos han sido agradables y productivos para nosotros.
  8. Enseñar a quienes tratan de manipularnos con la culpa que pueden afrontar las desilusiones que les cause nuestro comportamiento.
  9. Hacer algo que sabemos que nos hará sentir culpable pero que en realidad no hace daño a nadie. Te ayudará a enfrentarte con la culpa.
  10. Evitar que otras personas nos carguen con sus sentimientos. Por ejemplo, la respuesta a una madre que le dice a su hija: “He sido buena contigo todos estos años y ahora te vas de casa”, sería: “¿Mamá, crees que porque me ayudaste de niña yo debería pagarte no siendo independiente?”.
Alejandro Jodorowsky:  "La culpabilidad es inútil. Pertenece a la vanidad. Cuando alguien comete un error y luego toma conciencia, se enriquece con ella. Jamás es demasiado tarde para reparar, porque lo que no hemos hecho por los nuestros, lo haremos por los otros.

Todo acontecimiento tiene infinitas causas. No todo depende de mí. No tengo que salvar a nadie, cada uno debe de ser responsable de su vida. Lo que se decidió en un momento pasado era fruto de ese momento. Somos mutantes y la realidad también muta. Los criterios con los que juzgo hoy, no los tenía ayer".

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