miércoles, 30 de enero de 2019

La creencia que tengamos sobre la enfermedad influirá en su evolución

En algún momento de nuestra vida, quizás no todos, pero sí la mayoría, sufrimos una enfermedad. El concepto que tenemos sobre ella no es un pensamiento más. Es la creencia de estar poseídos por una fuerza que no nos pertenece y que nos ataca. Si bien esta creencia es universal, no todos la vivimos de la misma forma. 





Podemos decir que la enfermedad es un invento. Como la luz eléctrica. La luz siempre existió pero lo que hizo el hombre fue aprender a  manejarla y eso le dio poder. El malestar orgánico o emocional siempre existió pero lo que hizo la medicina fue clasificarlo y eso le dio poder. 

La creencia sobre la enfermedad no solo es la de una fuerza que nos ataca sino que a partir de esa clasificación, es la de una fuerza que un grupo de personas (los científicos-médicos) puede dominar. O por lo menos ostenta un saber sobre ella y puede ejercer influencia sobre su evolución.

Esta influencia ha crecido desproporcionadamente en relación al saber. Actualmente las llamadas enfermedades son desmesuradamente influenciadas por la acción médica sin que haya un saber que sustente lógicamente esa influencia. Se actúa sobre ellas sabiendo muy poco sobre el origen de la enfermedad y mucho menos sobre el sentido de la misma.



Pensemos en un simple resfriado. Se atribuye a un virus pero no se lo combate a él sino al resfriado. Se lo trata de abortar. Se usan antihistamínicos para que las secreciones disminuyan y muchas veces antibióticos porque se habla de alergias bacterianas o complicaciones infecciosas. 





Pensemos en un tumor. Un pedazo de carne que sobra. Los métodos médicos que influencian su destino se basan en 
eliminarlo. Si no se puede con cirugía, se arrasa con drogas o radiaciones. Los físicos no manejan la medicina y los médicos terminan por creer que una resonancia magnética es una observación profunda. Se sigue observando el fenómeno y no la naturaleza ni el sentido del fenómeno.Es así que ahora hay dos creencias: el malestar es una fuerza que viene de afuera y se puede influenciar sobre esa fuerza con un saber que se llama científico.

Volvamos al resfriado. Pensemos que quizás no es un virus el que lo produce (la fuerza externa) sino que es una de las formas que tiene el organismo de descargarse de una tensión que lleva demasiado tiempo acumulada. No hay fuerza externa. Los virus ya estaban y uno no se contagia de nadie sino que son ellos los que comandan esta forma de descargarse. Esto no significa que no haya virus extraños al organismo y éste intente rechazarlos porque no los reconoce.

Los virus son cadenas de información y si traen una información extraña e irreconocible, el organismo se niega a aceptarla y se produce el rechazo de la misma. Pero esto no es lo que ocurre en un resfriado común. Allí hay problemas territoriales y las mucosas se inflaman para obstruir la nariz y no respirar el mismo aire que el enemigo. Los bronquios expulsan moco para escupir al invasor. Los músculos duelen para retirarse de la lucha. Y allí los virus son excelentes colaboradores para generar este estado inflamatorio que si bien es molesto, logra que el ser vivo se aísle y recupere su bienestar. La medicina en lugar de entender esto, ataca los síntomas para que el sujeto vuelva a la cadena de producción lo más pronto posible. Los médicos se comportan como aliados de un poder que exige productividad sin interesarse por la verdadera recuperación del cuerpo enfermo. El paradigma del agente externo como causa siempre presente de la enfermedad sirve a los mismos fines. Si hay un agente externo debe haber un poder que lo pueda combatir. Y ese poder es la científica medicina.

La gente ya no se muere de la enfermedad sino del miedo que el concepto inventado le genera. El miedo no da tiempo a que la enfermedad actúe y nos mate ya que crea por sí mismo una realidad mortal. Así lo relata este cuento sufí:

Un sabio sentado en la cumbre de una montaña, ve pasar una sombra y pregunta: 
- ¿Quién eres?,   
la sombra le contesta:
- Soy la peste.. 
- ¿A dónde te diriges? 
- A matar mil personas de ese poblado..
- Bueno, ve y mata. 
A los pocos días, el sabio se encuentra con un hombre y le pregunta: 
- ¿De donde vienes? 
- Huyo de aquel poblado que ha sido atacado por la peste y ha matado treinta mil personas
- Bueno, ve y huye. 
A las pocas horas, vuelve a pasar la sombra y el sabio lo detiene.   
- Oye tú, me has engañado, dijiste que matarías mil personas y has matado treinta mil. ¿Por qué? 
La peste le responde 
- No es cierto, yo solo maté mil personas, el resto murió de miedo.


Muchos profesionales de la  medicina han presenciado muchas veces el fenómeno de una persona que en pleno estado de salud y por hallazgos casuales (pruebas de rutina o un médico demasiado inquisidor) ha sido diagnosticada de un tumor en hígado, pulmón o mama. A los pocos días de ese hallazgo, el estado de salud había empeorado dramáticamente. Eso es miedo, no es cáncer. Ese es el concepto que se le ha escapado de las manos al grupo de científicos que ostenta el supuesto saber de la enfermedad. Y ese concepto se ha desbordado y ha creado una realidad autónoma entre otras cosas, porque se ha colectivizado. Se ha vuelto un saber popular. 
¿Quien no ha escuchado alguna de las siguientes frases?:

- El cáncer de páncreas, cuando te lo diagnostican ya es demasiado tarde.
- La quimioterapia te mata las células malas pero también las buenas.
- Yo sé que me voy a morir, lo que no quiero es sufrir 
- Nunca conocí a nadie que se salvara 
- La enfermedad avanza 
- Hay que hacer algo... y tantas otras. 








Debemos dejar de pensar en nuevos instrumentos contra la enfermedad para comenzar a pensar en un nuevo concepto de la enfermedad. Se gastan miles de millones de dólares en investigar y producir drogas cada vez más nocivas para la salud de la humanidad y no cesan de aparecer variantes de la misma enfermedad que no responden a esas drogas o las llamadas nuevas enfermedades sobre las que ni siquiera se tiene alguna droga con la que experimentar.

Es justamente ese nuevo concepto de la enfermedad, el que nos va a permitir salir del atolladero en el que el viejo concepto nos ha metido. Si luchamos contra la enfermedad, luchamos contra el mensaje que pretende curarnos. Cuando una mujer se nota un bulto en la mama, debe parar toda actividad y preguntarse qué le viene a decir ese bulto. El bulto no vino a declarar la guerra sino a evitarla.  Debe instalar la paz en su vida porque el bulto así se lo está exigiendo.


Mucho/as se escandalizaran de semejante propuesta. 
No es una lucha entre los que saben y los que no sabemos. Es una lucha entre dos conceptos; el de una humanidad que se destruye a sí misma y el de una humanidad que pretende sobrevivir.

La mujer del bulto en la mama deberá elegir y optar por quimioterapia, radioterapia y cirugía y así seguir avivando el viejo concepto que nos está destruyendo o podrá hacer un verdadero cambio en su vida y dejar de sufrir por su hija que la ignora o por su esposo al que no ama. En ese cambio, habrá entendido el mensaje de ese bulto que viene a decirle: -¡No pongas más el pecho!; ¡Deja de ser madre y acepta ser mujer!; ¡Libérate de ese hombre al que no amas!-

-¿Pero quien me da las garantías de que el bulto no crecerá o que sus células se irán a mi cerebro o a mis huesos?-, dirá la mujer envuelta en las informaciones científicas pero a la vez en la realidad de conocer a tanta gente que sigue ese camino. No parece ser muy interesante la opción. 
Es por eso que la mayor parte de la gente opta por intentar hacer las dos cosas o parte de ellas: no renuncian a la medicina tradicional pero además optan por curar su alma.

Es desde este lugar que proponemos el milagro de la curación. Milagro viene del latín y su origen es asombrarse. Curación proviene de cuidado. De eso se trata. El asombro de cuidarnos. De protegernos, de no quedarnos solos y sentir miedo. Allí aparece el asombro. Todos estamos entrelazados y somos la humanidad. No somos el paciente enfermo. Somos la humanidad enferma. Y entonces aparece el cuidado. La necesidad de tratarnos como almas, no como cáscaras.



El milagro de curarnos es eso. Volver a nacer fuera de nuestros roles y percibirnos como almas que se relacionan con almas. Dejar de ser hijos, esposos, madres, padres, médicos, abogados, exitosos, fracasados o perversos. Y renacer como almas con cuerpos que son usados, no descuidados.
Para ello, estamos aquí. No para descubrir vacunas sino para tomar conciencia de lo que somos y hacia donde vamos. 

Reflexión del Psicoanalista y  antropólogo Dr. Fernando Callejón



sábado, 26 de enero de 2019

La principal causa de infelicidad nunca es la situación sino tus ideas sobre ella

En esta ocasión os queremos mostrar algunas de las mejores frases y pensamientos del gran escritor y autor del libro "El Poder del Ahora",  Eckhart Tolle. En estas reflexiones, estamos seguros, encontraréis la inspiración para vivir el presente. Léelas y guárdalas para cuando las necesites. 

1. “Algunos cambios parecen negativos a primera vista pero crean el espacio para que algo nuevo llegue”

Eckhart Tolle

¿Temes al cambio o eres de las personas que lo abrazan? Eckhart Tolle nos recuerda que todo en este mundo cambia aunque muchas veces no lo aceptamos o no lo vemos. Tus ideas, tus relaciones, tus amigos y tú mismo/a.

Hay personas que se aferran tanto a lo que ya conocen que ni siquiera ven las alternativas que el cambio les ofrece. Es cierto que algunos cambios generan dolor. Pero esta pena que sientes al dejar algo sólo significa que te llenó emocionalmente.
Por eso, si ahora te enfrentas a alguna situación que te obliga a cambiar y soltar cosas viejas, no la veas como algo negativo. Al contrario, vívela y disfrútala. Toda esa nueva energía y nuevas perspectivas te dan una oportunidad. Tómala y saca todo lo bueno que te ofrezca.



2. “Recuerda que el presente es todo lo que tienes. Haz del ahora el centro de tu vida”

Pasamos generalmente tanto tiempo preocupados por el futuro que se nos olvida lo que tenemos. ¿Cuántas horas has pasado hoy pensando en el futuro?
Podemos pasar tres horas planeando cómo será nuestra vida en la vejez o las siguientes vacaciones. Eckhart Tolle considera que no es necesario que dejemos de pensar en el futuro. Pero si nos invita a vivir realmente el hoy.
Después de todo, nuestra vida actual es el futuro que tanto planeamos un día. Así, que lo mejor que podríamos hacer es verlo y vivirlo. Pasa tiempo con tus hijos, dale una tarde a tu pareja, visita a tus padres o toma un descanso para hacer tu actividad preferida. Si no aprovechas el presente, no tendrás mucho que contarle a tus hijos o nietos.

3. “Acepta todo. Cualquier cosa que el presente te ofrezca, acéptalo como si lo hubieses elegido. Trabaja con lo que tengas en el momento, no en su contra”

aceptar presente ahora

Quejarnos es uno de los hábitos más comunes hoy en día. Nunca tenemos suficiente con nada. Si no vivimos en el lugar que deseamos, nos enfocamos en ser infelices por ello. Si tenemos un empleo pero el sueldo no nos gusta, nos quejamos también por ello.
Pero, ¿en serio no puedes hacer nada con lo que tienes?, ¿de verdad no hay nada bueno con tu presente? Eckhart Tolle nos recuerda que tenemos dos opciones: aceptar y valorar el presente o vivir en su contra.
Tú tienes la capacidad de elegir. Tan sólo recuerda que aprender a apreciar y sacar provecho de lo que tenemos también es posible. En lugar de ir acumulando una lista de carencias que creemos tener, tratemos de agradecer las ventajas que hay en nuestra vida.
Esta es una forma de ver la vida mucho más agradable y llevadera. En todo caso, si no te gusta lo que tienes trabaja con ello para obtener lo que buscas.


¿No te gusta tu trabajo? Bueno, agradece que tienes como pagar las cuentas hoy. En lugar de quejarte puedes planear iniciar un negocio desde casa como el que siempre has querido. Verás que de pronto tu trabajo se hace más llevadero y tus metas más cercanas.

4."La principal causa de infelicidad nunca es la situación, sino tus ideas sobre ella".

namaste


Pensar que nada hay de bueno en tu presente sólo sirve para hacerte infeliz. Eckhart Tolle es un firme creyente de que cada uno se crea sus propias tragedias y alegrías. Podrías tener la vida perfecta pero no será suficiente si crees que te falta algo.
Puedes pensar que te falta de todo cuando lo único que no tienes es la capacidad de ver lo bueno. Cada situación y cada momento tiene algo que vale la pena. Si te cuesta creerlo prueba con el agradecimiento. Cada día busca una cosa nueva que le puedas agradecer a la vida. En poco tiempo tendrás un presente más feliz.

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miércoles, 23 de enero de 2019

La Sonrisa de Buda

Cuenta la historia que después de haber alcanzado la iluminación, Buda se cruzaba con los hombres y éstos quedaban fascinados por la luz y la paz que de él emanaba. Se detenían ante él y le preguntaban:

 - ¿ Quién eres? ¿Eres un Ser celestial o un Dios?
- No, respondía el Buda.
- ¿Acaso eres un mago?, insistían de nuevo.
- No, respondía de nuevo.
- ¿Eres un ser humano?
- No, contestaba nuevamente.
- Entonces, ¿quién eres?
- Yo soy el Despierto.

El término Buda, significa "Despierto", y esa paz y esa luz emanaban principalmente de su media sonrisa y de su mirada serena y amable, que eran las ventanas que asomaban hacia el exterior de su estado de iluminación, con una felicidad interior verdadera y plena.

¿Os habéis fijado en la permanente media sonrisa de los venerables maestros budistas?

Esa media sonrisa se diferencia de la sonrisa que cualquiera de nosotros podemos esgrimir en cualquier momento, en que mientras nuestra sonrisa aparece y desaparece en el tiempo y es función de algún elemento externo que la provoca como por ejemplo, la presencia de un niño; la media sonrisa de un buda tiene una continuidad en la persona ya que se ha convertido en parte de su personalidad y no es producto de algo externo, sino que nace del interior como resultado de una serenidad, alegría y felicidad interna, como ocurría con Buda según el relato anterior. Buda sonríe porque ha alcanzado la iluminación; porque se ha liberado de todos los condicionamientos, pensamientos inútiles, y emociones destructiva.

Ojalá esa media sonrisa nos acompañe lo máximo posible y logremos hacerla parte de nosotros mismos, que es lo que intentan los maestros y profesores de meditación y yoga cuando nos alientan a los alumnos a que se mantenga sobre todo en la práctica de la meditación y también, en la medida que se pueda, en nuestra vida diaria… Namasté
"Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás". (Dalai Lama)

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martes, 22 de enero de 2019

Orar reduce el estrés emocional


Como ya sabemos, la oración es todo un privilegio para las personas que siguen una religión, ya que es un acto sagrado e íntimo que es cumplido estrictamente con devoción. Pero, más que un deber y privilegio, la oración es el acto a través del cual la persona creyente se comunica con Dios. Es un alimento para el alma.

Además de esto, ahora la ciencia confirma, tras varios estudios realizados durante 16 años, que  rezar ya no sólo conlleva beneficios espirituales, sino  que  las personas que oran tienen  posibilidades de vivir más. 

¿Cómo lo comprobaron? A través de un estudio que se publicó en el diario JAMA Internacional Medicine, en el que se informa que las mujeres que participan en  algún tipo de evento religioso más de dos veces a la semana tienen un 38% más de posibilidades de vivir que una persona que no asiste ni una vez a algún tipo de evento religioso.



Ese no fue el único estudio realizado, pues el diario científico Plos one,  publicó que las personas que asisten con asiduidad a  eventos religiosos tienen una clara reducción en los niveles de estrés del cuerpo y de mortalidad. Según los resultados (en este caso durante 18 años), las personas religiosas son 58 % menos propensos de fallecer que las personas que no visitan iglesias o templos.  

¿Cómo puede influir la oración en la prolongación de la vida? Según los investigadores de la Universidad de California, esto se debe a los valores que promueven las religiones, ya sea la humildad, el respeto, la gratitud, la meditación, el amor al prójimo y la bondad.


Los resultados aseguran que los niveles de estrés se ven reducidos pues alivian el estrés emocional (la ira, el rencor, ayuda a perdonar)  y ello se refleja en las bajas probabilidades de tener presión alta, diabetes o algún tipo de enfermedad cardiaca. Es una manera de renacer y purificar nuestro espíritu, además de un apoyo para fortalecer nuestro interior y aumentar la confianza en nuestro devenir.






Por tanto, orar afecta de manera positiva la vida de las personas, en lo espiritual y en la salud física. No afirma categóricamente  que orar alargue la vida, pero sí que toda persona que practica un  estilo de vida de meditación, retiros espirituales y de relajación como una rutina en su día a día,  puede alargar algunos años de vida. NAMASTÉ 

lunes, 21 de enero de 2019

La verdad está codificada en nuestros genes


La verdad está codificada en nuestros genes. Es parte de nosotros/as. ¿Sabes esa voz que sentimos a veces en en nuestro interior ? Es la verdad. La verdad que hay en ti y que resuena en todo nuestro ser. 




¿ Conoces esa sensación que tenemos cuando alguien está tratando de convencernos de algo que sabemos que es falso?.  Pues,  es la Verdad.
Cuando nos sentimos como si estuviéramos traicionando nuestra propia naturaleza simplemente, mediante la aceptación de una doctrina o una creencia,es nuestra verdad resistiéndose.


Dentro de cada célula de nuestro templo ilustre está la verdad de todo el Universo escondida esperando a nuestra entera disposición.
Somos sagrados porque somos la verdad. Tenemos en nuestro poder las llaves de todos los misterios, las respuestas a todas las preguntas.
A medida que dejamos hacer a nuestro ser divino,sabemos más y la verdad es nuestra vida. 


Por ello, aspira a vivir de manera auténtica; aspira a ser plenamente tú mismo/a; pues cuando vives enseñando sólo la mitad de ti, dando a conocer sólo la mitad de ti, expresando sólo la mitad de ti, es cuando tienes garantizada la infelicidad; pues es la verdad la que eleva el espíritu, la verdad libera la mente, la verdad abre el corazón y la verdad enciende la pasión y libera el amor del alma.


Esa verdad que reside dentro de tí y que está esperando ver la luz, que la comuniques, que la pongas en  la palma de tu mano y le digas al otro: "Toma, esto SOY YO"; sólo así podrás crear relaciones verdaderas basadas en el entendimiento y no en una máscara social o  personaje. Esto a veces no es fácil, pero la vida merece demasiado la pena como para dejarla pasar de largo sin experimentar la increíble sensación de estar vivo/a. 



jueves, 17 de enero de 2019

Las emociones que contribuyen a la longevidad

Aunque la mayoría de las veces podemos ser conscientes de los efectos perjudiciales que sobre nuestra salud; tienen ciertas sustancias o alimentos tóxicos, no somos conscientes del efecto nocivo que tienen las emociones en nuestro cuerpo; las cuales sin duda, contribuyen a acelerar el proceso de envejecimiento.


Las últimas investigaciones científicas nos demuestran que por cada emoción que nuestro cuerpo experimenta hay una respuesta química que se corresponde con esa emoción, por lo que literalmente , nuestro cuerpo puede producir química que nos alarga la vida si las emociones son positivas; o bien, química que nos resta energía vital o años de vida.


Nuestro lado intuitivo es consciente de que el amor, la compasión, el perdón, la comprensión, etc. son emociones que suman años de vida.


La reconocida psicóloga y autora de algunos Best Sellers del New York Times Debbie Ford, habla de once grupos de emociones que están íntimamente relacionadas y que tienen un impacto desastroso en nuestras vidas. Estas son:


1.Sentirse herido, victimizado, impotente, culpable
2.Tristeza, autocompasión, arrepentimiento.
3. Vergüenza, humillación, pena.
4.Desesperanza, soledad, desesperación.
5. Miedo, ansiedad, pánico.
6. Ira, resentimiento, amargura.
7. Odio, mezquindad, venganza.
8. Celos, envidia, posesividad.
9. Orgullo, sentirse mejor que los demás, querer hacer justicia por sus propios medios.
10. Codicia, insaciabilidad, apetito o hambre emocional.
11. Culpa, autoculparse, asumir falsa responsabilidad.


Cualquiera de estas emociones puede ocasionar toxicidad en el cuerpo físico y pueden ser metabolizadas como sustancias tóxicas causando inflamación en el organismo. 

Esta inflamación puede convertirse en el antecedente para una enfermedad física que puede desencadenar en una infección, lo que a su vez puede ser un agente que origine una predisposición a otras enfermedades, comprometiendo el sistema inmunológico.



El Dr. Deepak Chopra reconocido médico endocrinólogo, escritor y precursor de la medicina alternativa recomienda siete sencillos pasos que nos ayudarán a manejar las emociones tóxicas:


1. Toma responsabilidad por tus emociones. 

Si alguna persona es la causante de tus emociones toxicas podrías esperar toda la vida para que esa persona cambie de actitud, por lo que es importante que tomes responsabilidad por la forma como te sientes.


2. Se testigo de tus emociones. 

Cuanto más conscientes  eres de la sensación que experimentas más te conectas con la emoción.


3. Define la emoción, ponle una etiqueta: 

¿Qué es esto que siento? Rabia, ira, odio, culpa, resentimiento…


4. Describe la emoción. 

Puedes escribir la historia completa de aquella situación que te ha provocado esa emoción tóxica. Describe que sucedió y cómo te sientes. Estudios han demostrado que llevar un diario en el que podamos relatar aquellas experiencias que nos han molestado y que han provocado emociones tóxicas puede mejorar el sistema inmunológico y nos ayudará a tener una visión más clara de las cosas.


5. Comparte tus emociones. 

Háblale a algún amigo/a o a alguien a quien aprecies o en quien confíes sobre tus emociones.


6. Prepara un ritual con la intención de liberar la emoción tóxica. 

Estas son algunas de las cosas que puedes hacer: 


  • Quema el relato que escribiste sobre la situación que género las emociones, o lánzalo al viento, o simplemente tíralo a la basura.
  • Haz ejercicios respiratorios, medita, golpea una almohada, haz algún tipo de ejercicio físico como por ejemplo trotar, correr, caminar. En definitiva, puedes realizar cualquier otra actividad que contribuya a relajar la tensión que el cuerpo ha acumulado como consecuencia de la emoción.

7. Celebra. 

Finalmente haz alguna cosa con la que disfrutes mucho, tomate una copa de champagna o quizás una de vino, cena fuera de casa en algún lugar agradable, disfruta de un masaje o simplemente sal a bailar. Cualquier actividad relajante que cambie la química que ha experimentado el cuerpo, por una más positiva.


Mantente siempre abierto a dar y recibir “la química del amor”, abre tu corazón a esos sentimientos que dan vida, que alargan nuestra existencia, a todos esos sentimientos que generan esas emociones que tienen la capacidad de alargar la edad: amor, perdón, compasión, tolerancia, comprensión.

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lunes, 14 de enero de 2019

No te mueras con tus muertos

Un objetivo importante cuando se trata de la observación interior debe ser, en primer lugar, observar cómo las "reacciones mentales" surgen de manera automática, por inercia. Esto nos debe servir para comprender una cosa: no somos tan culpables como siempre hemos creído. 

El mayor tirano que existe en nuestra vida no somos nosotros sino la historia personal, nuestro “yo”. Es esa vocecita que surge de manera espontánea en nuestra mente y nos dice lo mal que hemos actuado, lo arrepentido que deberíamos estar y lo mucho que le hemos fallado. 


Presta atención, ¿sabes de dónde nace esa voz?: de la nada. No hay nadie detrás, sólo recuerdos, memoria almacenada a lo largo de los años y una inercia que tiende a revivir continuamente las mismas situaciones y los mismos miedos, sólo para tapar la realidad: aquí y ahora no existe el “yo”. 


Es hora de que dejes de culparte, de sentirte mal por no haber sido justo/a o por no haber cumplido las expectativas de tus padres, de la sociedad o de ti mismo/a, por no haber alcanzado la paz. Tú no tienes culpa de nada, en primer lugar porque tú ya no eres esa historia personal. Todo eso es pasado. Déjate vivir, haz las paces contigo mismo/a y fluye en el ahora con sinceridad, sin buscar nada a cambio. Sólo así podrás vivir en lo desconocido del aquí y ahora, en la verdad, sin pasado ni futuro.

Terminamos con esta preciosa  reflexión del escritor y psicólogo René Trossero, "No te mueras con tus muertos"...   Dice así:


No te mueras con tus muertos; ¡diles tu adiós esperanzado, como despides al sol en el ocaso, la luna y las estrellas en la aurora, sabiendo que a su turno y a su hora todos volverán hacia tu encuentro!

No te rebeles frente a la alegría ajena. No pretendas que todos se mueran con tus muertos; que cada uno lleva su peso con llorar los suyos.

Y es mejor para ti que te contagien su alegría y sus ganas de vivir y no se hundan contigo en el pozo de tu pena.

No te mueras con tus muertos, ¡llévalos vivos con tu amor y vive con ellos en tus recuerdos!

¡Triste sería y penoso que tu te dejaras morir, y ellos siguieran viviendo!

Mientras esperan que tus muertos regresen como si no hubieran muerto les impides volver de otra manera a ocupar un lugar en tu corazón y en tu recuerdo.

Es una ley de la vida: no se goza al despertar de la aurora

sin pasar por la muerte del ocaso.

Andando tu camino, tus muertos se van por una puerta que tu no puedes trasponer ¡ahora! porque se cerró tras ellos. ¡no los esperes ahí!

Despídelos para que puedas correr y espéralos llegar por otra puerta, al final de tu duelo.

¡Acepta la muerte y punto!

¡Deja de culparte! Que si hubiera hecho… que si hubiera dicho… que si hubiera sabido… que si…

¡Todas torturas, inútiles para ellos y crueles para contigo! Además, si hubiera sido así” “si hubieras hecho eso” hoy te reprocharías por no haber hecho lo contrario.

Mejor, acepto la realidad y te despido.

Poema de: René J. Trossero
Luz Plena 

miércoles, 9 de enero de 2019

Curar una casa enferma

Si deseamos  hacer cambios en nuestras vidas pero no sabemos por dónde empezar, una buena forma de hacerlo es comenzar por organizar y limpiar nuestros espacios físicos: nuestros armarios, cajones,  garajes, trastero, nuestro despacho, etc. 



Todos  tenemos  la tendencia a guardar muchas cosas viejas, quizá pensando que en un futuro nos servirán para algo. Este síndrome de acumulación  compulsiva a almacenar sin control objetos viejos nos mantiene, la mayoría de las veces,  apegados a un  pasado que es mejor soltar.




Los siguientes consejos nos van a ayudar a salir del desorden, cuando lo hagamos, no sólo crearemos espacio en nuestra casa, también en nuestra mente, liberando una nueva energía que nos permitirá pensar en ideas renovadas y frescas y en lo bueno que está por venir:

1. Suelta relaciones con el pasado: deshazte de todas esas cosas viejas, esas que si lo piensas bien no tienen ningún uso, (souvenirs, ropa, revistas, bolígrafos...) que solo acumulan polvo;  conserva aquellos que sólo tengan un significado muy, muy especial para tí. Deja que esas relaciones que tienes con el pasado ocupen un lugar muy pequeño en tu casa, en tu mente y en tu corazón. Sólo entonces podrás dejarle espacio y abrir la puerta a lo nuevo para que pueda llegar.
2. Limpia tu armario, tu despacho, tus cajones;  tira, regala o dona la ropa vieja o que no usas, los zapatos, lo que no funciona ya, lo que se ha roto o caducado y cualquier proyecto que hayas comenzado o que no tengas ganas de terminar.
3. Elimina el exceso de información en tu casa, en tu coche y en tu oficina. Muchas veces guardamos notas, revistas, folletos, recibos que ya no necesitamos... tíralos!.




Termina con una limpieza profunda de la casa mientras te preguntas: ¿Qué podría soltar de mi vida que me beneficie?
El sentimiento de libertad que nos da el minimalismo es muy agradable. No somos conscientes de la cantidad de energía y tiempo que gastamos en ocuparnos de nuestras cosas. Terminamos estando sometidos a la limpieza, mantenimiento y renovación de los objetos. ¿Verdad que es absurdo?


Libérate del pasado para crear un mejor futuro y disfrutar de un mejor presente. Si lo piensas, no necesitamos ningún objeto para cada recuerdo. Los recuerdos son tuyos, están en tu corazón y tu mente y nadie te los quitará nunca. Liberarte de un objeto no significa olvidar un recuerdo.

La verdadera felicidad no la dan las cosas. Haz de tu casa un verdadero espacio atractivo, sencillo y funcional. Olvídate de los "por si acaso", aprende a darles su verdadero significado. Algunas cosas sólo son útiles en algunos momentos o circunstancias de nuestra vida, después cumplida su función, puedes deshacerte de ellas. Así de simple.

lunes, 7 de enero de 2019

La energía que sana el mundo


A finales de los años 80, Lieserl, la hija del célebre genio, donó 1.400 cartas escritas por Einstein a la Universidad Hebrea, con la orden de no hacer público su contenido hasta dos décadas después de su muerte. Estas maravillosas palabras que a continuación transcribimos, se atribuyen a Albert Einstein en una de esas cartas  supuestamente dirigida a su hija Lieserl, donde le habla de la energía más poderosa del Universo... El Amor. Dice así:







"Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y dirige a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el Universo.

Esta fuerza universal es el AMOR. Cuando los científicos buscaron una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

  • El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe.
  • El Amor es Gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras.
  • El Amor es Potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo.
  • El Amor revela y desvela.
  • Por Amor se vive y se muere.
  • El Amor es Dios, y Dios es Amor.


Es una fuerza que lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida.

El Amor es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del Universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.





Para dar visibilidad al amor querida Lieserl; si hacemos una simple sustitución en una de mis ecuaciones más célebre , queda así:

Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del Universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía.

Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y si cada Ser siente que en él habita el Amor ; esa será la única y la última respuesta.

Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta.

Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida". 

Albert Einstein

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