jueves, 21 de mayo de 2020

Ejercicios para trabajar el amor a uno mismo




Amarse a uno mismo es una necesidad tan básica como el aire para respirar, pues sin cimientos no se puede construir el edificio.

Si no te han enseñado a hacerlo a lo largo del proceso de educación que has recibido puedes  aprenderlo ya de adulto por tu propia cuenta. A veces, no sólo no nos enseñan a querernos a nosotros mismos, sino todo lo contrario; nos  han hecho creer que hacerlo es malo, que es un acto de egoísmo, vanidad y narcisismo y solemos esperar que los demás nos amen para dejar de sentirnos incompletos e insatisfechos.



Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con sentimentalismos sino con los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.

El primer paso para amarnos consiste en conocernos, comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices.

"No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma"(Irene Orce)

Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.



Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdadestamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. Al llevar un estilo de vida coherente y equilibrado podemos enfrentarnos al mayor reto de todos: recuperar el control sobre nuestra mente.





¿Cómo se hace? ¿Cómo puedo empezar a quererme y respetarme?


  • Piensa bien de ti mismo/a todo el tiempo
  • Actúa con responsabilidad
  • Habla bien de ti mismo/a. Te vas a sorprender si paras a observarte y empiezas a ser consciente de cómo sueles hablar de ti: “soy un pato, un inútil, incapaz, soy un desastre, me queda fatal, estoy feísimo/a, etc, etc, etc”. Procura a partir de ahora no pronunciar ni una sola palabra negativa referida a tu persona. El impacto que  estas frases tendrán en tu inconsciente es mucho mayor del que puedas imaginar.
  • Respeta  y ama tu cuerpo.
  • Lucha por tu bienestar, por tus metas y objetivos, no te rindas jamás, nunca bajes los brazos.
  • Selecciona cuidadosamente lo que es positivo para ti, en tus actividades, tus relaciones, etc. 
  • Trátate tan bien como tratarías a la persona más maravillosa y que más amas y respetes  del mundo.
  • Cree en ti mismo/a, apóyate, date más y más oportunidades.
  • Se comprensivo/a y compasivo/a,  paciente  y magnánimo contigo mismo/a. Perdónate cuando cometas errores, se transigente y anímate, felicítate generosamente cuando las cosas te salgan bien.
  • Una vez que consigas amar a tu Ser,  estarás preparado/a para hacerlo igual con  todos  los demás.
  • Más ejercicios para trabajar el amor por uno mismo


Haz el intento: 
Aprúebate, y observa lo qué pasa. 
Hace años que vienes criticándote y siendo duro/a contigo mismo/a. Y... 
¿Te ha servido de algo? 

Aprende a amarte… Nunca es tarde para empezar a darnos aquello que siempre hemos merecido...

Afirmación de merecimiento de L. Hay :





Fuente y lectura recomendada: “Qué sabes de ti” , Aurora Jechimer 
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Hazme llorar con la verdad para que no me destruyas con la mentira


Vivimos tiempos convulsos, tiempos donde abundan las promesas rotas y en el que las personas tratan la palabra con ligereza. 

Prometemos si ningún tipo de pudor  sabiendo que no lo vamos a cumplir. 

Prometemos una llamada o una comida  a un amigo aún sabiendo que no tendremos tiempo de hacerlo. 

Incluso nos engañamos a nosotros mismos diciéndonos: este año prometo que irá al gimnasio para cuidarme y estar más sano.

Pero finalmente, pasamos por alto todas esas promesas sin tener verdadera intención de hacer los profundos cambios vitales que se necesitan para lograr verdaderamente esos objetivos.




De esta manera vamos convirtiendo en hábito el decir cosas que en realidad no pensamos. 

Esto se convierte en un problema pues, cuando no mantenemos nuestra palabra, perdemos credibilidad y como consecuencia, rompemos los vínculos de confianza con las personas que nos rodean, lo que lleva a una serie de relaciones rotas.

Para desarrollar la práctica de la honradez, comienza por observar cuantas "no verdades" dices en una semana. 

A continuación, comprométete a ser completamente honrado/a durante los próximos siete días (con las personas que te rodean y contigo mismo/a).


RECUERDA:

  • CUANDO NO HACES LO CORRECTO, ALIMENTAS EN TÍ EL HÁBITO DE ACTUAR  INCORRECTAMENTE.

  • CUANDO NO DICES LA VERDAD, ALIMENTAS  EN TÍ EL HÁBITO DE MENTIR

Se una persona de palabra, practica la honradez... habla menos y actúa más...




miércoles, 20 de mayo de 2020

Lo que enfocas con tu cámara mental, acaba saliendo en tu fotografía


Las leyes del universo no discriminan, no diferencian. Les da igual si te centras en algo que te favorece o en algo que te perjudica. Cualquier cosa en la que te concentres el tiempo suficiente, acaba tomando forma y manifestándose en tu vida.

Muchas personas creen que luchar contra algo lo debilita y consigue vencerlo sin saber que esa actitud provoca justo el efecto contrario. Cuanto más luchas contra algo, más presencia y poder le estás dando. Aquello en lo que concentras tu energía se hace cada vez más fuerte. Sabiendo esto, resulta obvio que sale más a cuenta focalizarse en las soluciones que en los problemas.




Si te preocupan tu economía, por ejemplo, en vez de pensar en cuanto dinero te falta, céntrate en los beneficios de tenerlo. En cómo podrías disfrutar de él. A dónde irías, qué comprarías, con quién lo compartirías. Alégrate por toda la gente que lo posee. Deja de condenar la riqueza y recuerda que cualquier sentimiento negativo que albergues sobre el dinero lo estará alejando de tu vida, porque al centrarte en la escasez hará que venga más de lo mismo y la escasez encuentre nuevas vías para seguir manifestándose.


Si quieres encontrar el amor, lo mismo, deja de pensar en que no te gusta estar solo y evita regodearte en tu mala suerte. Deja de sentir rabia o envidia cuando ves que una amiga ha encontrado una pareja estupenda. Esos sentimientos negativos harán que tu deseo se aleje y tardes en encontrar a alguien que merezca la pena. Aprende a apreciar el amor en todas sus facetas. Cuando veas a un matrimonio feliz por la calle, reconoce que hay amor para todos, tú también puedes encontrarlo. Piensa en cómo te sentirías con la persona ideal a tu lado. Y sueña...


Soñar despierto es el mejor modo de atraer lo que quieres a tu vida. Recuerda que allí donde pones tu atención, está tu creación. Lo que enfocas con tu cámara mental, acaba saliendo en tu fotografía.

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domingo, 17 de mayo de 2020

Lo que no decimos no muere, nos mata




Todavía hay muchas personas que dudan de la relación directa que existe entre nuestras emociones y nuestra salud física.
Debemos ser conscientes de que cuando evitamos expresar nuestras opiniones o hacer lo que nos gusta por miedo a desagradar a los demás, al final lo que conseguimos es sentirnos mal con nosotros  mismos/as.
Por ejemplo, el miedo a perder a un amigo por el hecho de expresar o discrepar con él, nos puede llevar a negar nuestros sentimientos y puede que más adelante  estas emociones nos desborden .




No deberíamos tener miedo de ser sinceros y os contamos el  porqué:
  1. Los sentimientos no se eligen. Es lícito tener  pensamientos y emociones que nos hagan sentir mal porque  sentir de una forma u otra no nos convierte en buenas o malas personas; pues son nuestros actos los que nos hacen ser mejores o peores personas.
  2. Las emociones funcionan como una brújula. Es decir, tenerlas en cuenta contribuye a discernir entre lo que deseamos y no por tanto, nos orienta en nuestra  toma decisiones y por tanto favorece en la construcción de una buena autoestima.
  3. Los amigos, las personas en general evolucionamos. Si nuestro ideal de  amistad choca con nuestra realidad, es momento de escucharnos y averiguar qué es lo que realmente queremos y qué nos molesta para así buscar soluciones.
  4. Respeta lo que sientes. Si lo haces y eres consecuente con tus sentimientos y pensamientos, te será fácil expresar tus desacuerdos. Hazlo con  serenidad, seguridad y no hagas aquello que no quieres hacer. Aprende a ser asertivo. De esa forma te respetarás, te respetarán y eso te hará estar bien contigo.
  5. Decir lo que sientes no es sinónimo de discusión. Todos los amigos alguna vez atraviesan etapas de crisis o desencuentro, de distanciamiento o tienen algún conflicto, y eso no implica necesariamente romper la amistad. Por el contrario, en muchas ocasiones contribuye a fortalecer la relación aún más.

¿Sabes a dónde van las palabras que no se dijeron?
¿Sabes a dónde va lo que quieres hacer y no haces?
¿Sabes a dónde va lo que no te permites sentir?
Nos gustaría que lo que no decimos cayese en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos.
Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta.
Lo que no decimos se transforma en nostalgia, en destiempo.
Lo que no decimos se transforma en debe, en deuda, en asignatura pendiente.
Las palabras que no decimos se transforman en insatisfacción, en tristeza, en frustración.

LO QUE NO DECIMOS NO MUERE… NOS MATA
Por tanto,  busca siempre el equilibrio entre razón y emoción. Escucha a tus sentimientos y emociones Ser capaces de indentificar lo que se siente y reconocérselo ante uno mismo es el primer paso. Conviene dedicar un tiempo a analizar y averiguar lo que se quiere, ante qué cosas se experimenta temor, qué es  aquello que  nos entristece. (Ya hemos tratado el manejo de las emociones en artículos anteriores).

Aceptar esos  sentimientos que nacen de tí. Es posible que con nuestra razón no lleguemos a entenderlos del todo pero es importante respetarlos para no actuar en detrimento de nosotros mismos. 


Y por último aprende a manejar tus emociones. Una vez que las conoces, dales salida apoyándote en la razón. Esa será la manera de  poder expresarlas y conseguir aquello que siempre has deseado.
NO TENGAS MIEDO. SIENTE, ACEPTA Y ACTUA EN CONSECUENCIA  Y CON VALENTÍA

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sábado, 16 de mayo de 2020

El Poder de las Palabras

Nuestras palabras tienen el poder de crear y el poder de destruir, el mejor ejemplo lo podemos apreciar en una amistad o una relación; se comienza conversando y por cualquier palabra que podamos decir fuera de lugar puede terminar de mala manera.



Una voz amable, serena  y sincera puede resultar más terapéutica que cualquier medicamento. Un gesto tierno o agradable  y una voz adecuada pueden cambiarnos el ánimo en un instante. Las palabras nos llevan a la risa, a la alegría, a la ternura y al humor como algo inesperado. Las palabras sorprenden, emocionan, enternecen y  conmueven.


Pero el  mayor milagro que nos puede suceder con las palabras, es que lleguen a  curar. Con la palabra podemos hacer nuestra alquimia interior y particular: aliviar dolores, lidiar con nuestras dudas, rabias, superar o concluir duelos, sanar viejas heridas, trascender miedos, aligerar pesadas mochilas de nuestra conciencia y terminar así con esclavitudes del alma. En definitiva liberar y liberarnos.



Y es que, las palabras son el vehículo de contacto de nuestra alma con la realidad. El escritor Victor Gómez Rodriguez en su libro de Medicina práctica,  habla así del poder de la palabra en la salud de las personas:



"Las palabras del médico son vida o son muerte para el enfermo y en esto estriba gran parte de la responsabilidad de los médicos, sea que empleen el verbo con fines constructores o destructores. A ningún enfermo se le deberá jamás desconsolar o desahuciar. Al enfermo se le debe de decir siempre: «usted está mejorando», «usted está sanando», «su curación progresa», «su enfermedad desaparece», «pronto estará bien», etc...
Estas frases quedan grabadas en el subconsciente del enfermo, y en consecuencia, este sanará rápidamente. Por grave que esté o parezca un paciente, jamás se le debe decir que su estado de salud es delicado, peligroso, etc., porque son estas palabras negativas y destructoras se acelera la muerte de quien hablándole en términos contrarios, con palabras de esperanza y fortaleza, se puede mejorar y sanar totalmente".
De la misma manera, el psicólogo clínico Jose Luis Canales, en su libro "Padres Tóxicos" profundiza en la importancia de las semillas que los padres dejan en nosotros desde la infancia con el poder de la palabra:
(...) Los juicios que emitimos, a veces de manera inconsciente, otras no tanto... pueden marcar la vida de un ser humano.
Cuando eres niño, eres libre, puro, sano; hasta que las palabras de un adulto que fue herido cuando niño inicia esta cadena interminable.


Antes que una palabra salga de tu boca, fíltrala primero por tu corazón.
LA IMPORTANCIA DE “LO QUE DIGO” Y “CÓMO LO DIGO”… (INCLUYENDO "BROMAS" HIRIENTES)...
"No te van a querer ni los perros", era la frase que ella siempre usaba para retar a sus hijos cuando se portaban mal. Seguramente, si le preguntan, ella los educó con amor. Y en nombre del amor, dijo frases como estas...
"¿Quién quiere otra torta de jamón?", preguntó Carlos en el cumple de su hija, "Tu no, mi amor, estás muy gorda", fue la frase que disparó delante de todos sus amigos. Ella se puso roja de vergüenza, un nudo enorme le cerró la garganta y no comió más. Se levantó despacio y la soledad de su cuarto fue el mejor refugio hasta la madrugada del día siguiente. El padre murió preguntándose qué hizo mal esa noche.
"Vamos, no seas mariquita", le dijo su profesor de natación cuando él –que en ese momento tenía 6 años– pidió una toalla al salir de la pileta porque tenía frío. Y todos sus amigos empezaron a reírse. "Mariquita, mariquita", le gritaron. Y el profesor, lejos de hacerlos callar, los alentó. Nunca más volvió a nadar. (Y nunca, en 34 años de vida, apoyó sus labios en los labios de una mujer.)


"Eres un elefante dentro de la clase", le dijo su profesora de Dibujo el primer día del primer año del secundario. Ella venía de un primario impecable, donde Dibujo era su materia preferida. Y era, para hacer honor a la verdad, una joven promesa. Ese año, se llevó Dibujo a diciembre. Volvió a dibujar 28 años después, cuando –terapia mediante– descubrió cuánto la había inmovilizado esa frase.
El Perito Moreno fue el lugar elegido para festejar sus 10 años de casados. Caminata por el glaciar, todos los turistas en hilera para no resbalarse. Ella iba delante, él detrás. "Tu culo me tapa todo el sol", fue la frase que eligió él para hacer un chiste. Y no entendió por qué esa noche ella se encerró en el baño a llorar.
Son frases que no te matan, pero te marcan para toda la vida. Frases de mierda. Son frases que, cuando las cuentas, te parece que estás exagerando, que no pudieron ser así, que quizá las recuerdas mal...
Lo bueno es que un día, te sacas uno por uno todos los puñales que te clavaron en el cuerpo y en el alma, que los responsables de escupirnos tamañas frases son seres que cargan, a su vez, con otras frases. Y entonces llega el perdón. Y perdonamos.
Más adelante viene la compasión. Es ahí cuando volvemos a sentirnos felices, con ganas de caminar sobre el Perito Moreno más allá del tamaño de nuestro culo, de nadar y gritar: "Tengo frío, tráeme una toalla", de hacer una lista con toda la gente que te quiere. Porque no solamente te quieren los perros...


Tratemos de pensar antes de hablar... ya que las PALABRAS QUE DUELEN tardan muchos años en salir del corazón del otro, y a veces no salen... No perdamos tiempo con los que queremos, porque perdonar lleva mucho tiempo... PENSEMOS ANTES DE HABLAR... TRATEMOS DE NO HERIR EL CORAZÓN DE LOS QUE MÁS AMAMOS...
"LAS PALABRAS DE AMOR, ALEGRAN EL CORAZÓN" (...)

LAS PALABRAS NO LAS LLEVA EL VIENTO... LAS PALABRAS TIENEN EL PODER DE CURAR O HERIR A UNA PERSONA... MEDITA SABIAMENTE ANTES DE HABLAR. A VECES PERMANECER CALLADOS ES LA MEJOR OPCIÓN, POR ESO CUIDA TUS PALABRAS. HABLA DE TAL MANERA QUE EN TU ALMA Y EN LA DE LOS DEMÁS QUEDE LA PAZ...
Aquí más información: ¿Cómo afrontarlo? 


Deja de valorarte bajo la percepción de los demás




Si queremos ser realmente libres y desarrollar todo nuestro potencial, es fundamental que aprendamos a juzgarnos según nuestros propios ideales, olvidando las críticas insanas de los demás. Se trata de mirar en tu interior y dejar de criticarte usando el rasero que aplican los demás. 
No es una tarea fácil, sobre todo porque desde pequeños  estamos sometidos a duras críticas,  comparaciones y perspectivas poco realistas  ya sea por parte de nuestros padres, maestros o iguales.



Desde temprana edad aprendemos que para ganarnos la aceptación de nuestros iguales es necesario cumplir con ciertos estándares. Que debemos seguir las  normas establecidas y asumirlas si queremos estar integrados socialmente. De esta forma, dejamos de valorarnos por lo que éramos y comenzamos a valorarnos según los criterios de los demás. Dejamos de disfrutar de las cosas que nos gustan para hacer aquellas cosas que les gusta a los demás.  Cambiamos el placer por el deber y caemos en una espiral negativa que va arrebatando poco a poco nuestras posesiones más valiosas: la autoestima y la autoconfianza.

NO TE JUZGUES BAJO LA PERCEPCIÓN DE LOS DEMÁS  PORQUE:


- Es imposible satisfacer a todos. Cada persona somos única. Querer satisfacer las expectativas de todos es imposible. Siempre habrá quien no esté de acuerdo con nuestros pensamientos o decisiones porque cada cual nos juzga según sus propios valores y usando su propia vara de medir.
-Te  restará energía para lo realmente importante. Al intentar complacer a todos perdemos energía vital. Mientras intentamos alcanzar las expectativas que los demás han puesto sobre nosotros y nos  esforzamos por agradar, gastamos una importante energía que podemos usar en proyectos que realmente nos  aporten una satisfacción y crecimiento  personal.


autoestima

- Desperdiciaremos un tiempo precioso. Intentar complacer a los demás y valorarnos según sus criterios no solo desgasta  sino que también representa una enorme pérdida de tiempo. Mientras seguimos las normas y los sueños de los demás, el tiempo transcurre irremediablemente, por lo que corremos el riesgo de llegar al final del camino y darnos cuenta de que hemos vivido una vida vacía e insatisfecha. Nos  arrepentiremos de haber vivido siempre en pos de los otros.


Perdemos nuestra esencia. Uno de los problemas principales de juzgarnos con los ojos de los demás es que perdemos las   coordenadas. A medida que asimilamos como nuestro la escala de valores de los demás nos alejamos de nuestro verdadero yo, de nuestra esencia, hasta que llega un momento en que se produce una  desconexión existencial. Por eso, no es extraño que cuando a algunas personas les preguntan qué quieren de verdad, no sepan responder. Han interiorizado los deseos de los otros como suyos perdiéndose en ese laberinto de convencionalismos sociales.

Nunca seremos felices. La felicidad no es algo externo a nosotros, proviene de nuestro interior. Por eso, seguir las normas de los demás es el camino más directo a la desdicha e infelicidad. Cada vez que renunciamos a nuestros sueños, damos la espalda a  nuestras necesidades. Es entonces cuando la felicidad se aleja al no tener ilusiones  y perdemos el placer de vivir.
Debemos  aprender a reconectar con nuestra esencia. Escuchar lo que nuestro cuerpo y nuestro corazón nos dicen. Al principio apenas los escucharemos ya que nos hablarán casi en un susurro porque durante años no les hemos prestado atención, pero poco a poco irán ganando confianza y su voz será más intensa.

Entonces podremos descubrir qué queremos de verdad, comprender qué es lo que nos hace felices. Es en este punto cuando estaremos preparados para juzgarnos usando nuestros propios cánones, y descubrirás que son muy diferentes de los que te han enseñado.
Para terminar con esta reflexión, te proponemos desde Luz Plena leer este maravilloso poema de Mario Benedetti que nos invita a perseguir nuestros sueños y buscar lo que realmente somos...

                    

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