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domingo, 28 de enero de 2018

Técnica de relajación para dormir mejor

Uno de los problemas habituales en la actualidad es la falta de horas de sueño. Esto tiene muchas razones y, por tanto, varias consecuencias. Es imprescindible que descansemos a diario para poder recuperar fuerzas, regenerar nuestros tejidos y dejar de lado el estrés, entre otros beneficios. Si a eso le sumamos el hecho de que siempre estamos nerviosos, seguro que te vendrá bien leer el siguiente artículo, donde aprenderás un fácil y práctico ejercicio de relajación para dormir profundamente.



Cuando  estás descansando en la cama e intentas conciliar el sueño, la mente se va rebobinando porque al cabo del día realizamos muchas actividades suplementarias de pensamientos que han quedado incompletos. La mente que es maravillosa, quiere hacerlo todo a la perfección, de manera que todo eso que se ha quedado incompleto está tratando de completarse. En ese momento la mente  no tiene necesidad de dormir. Es el cuerpo el que necesita conciliar el sueño, pero la mente está tan activa, que resulta imposible hacerlo.



Os mostramos una técnica yóguica muy práctica y fácil de realizar para incorporarla en nuestra rutina diaria antes de ir a dormir.


Esta técnica se denomina : “Desmembramiento antes de dormir”:

Todas las noches, siéntate confortablemente en una silla y descansa hacia atrás tu cabeza, como lo haces cuando vas al dentista.
También puedes utilizar una almohada. Luego relaja tu mandíbula. Sólo relájate y abre tu boca ligeramente y comienza a respirar por la boca, no por la nariz. No cambies tu respiración; deja que fluya naturalmente.
Las primeras respiraciones serán un tanto activas. Lentamente, tu respiración irá bajando de intensidad y se volverá muy suave. Inhalarás y exhalarás muy suavemente. Mantén tu boca abierta, los ojos cerrados, y descansa.
Luego comienza a sentir que tus piernas están muy relajadas, como si no te pertenecieran; "córtalas" desde la cintura. 
Después comienza a sentir que eres solamente la parte superior de tu cuerpo; que las piernas han desaparecido.
Luego las manos; piensa que ambas manos se relajan y comienzan a separarse de ti. Ya no tienes tus manos; están muertas, han desaparecido.
Luego comienza a pensar en tu cabeza separándose de ti, como si te descabezaran. Deja que se vaya: donde sea que vaya, a la derecha o a la izquierda,  no puedes impedírselo. Sólo deja que se vaya; se ha separado de ti. Entonces sólo te queda el torso. Siente que eres sólo eso: los hombros, el estómago; eso es todo. Centra tu atención en el centro de tu cuerpo y que una luz pura se intensifica con cada exhalación....
Hazlo durante al menos veinte minutos, sólo antes de irte a dormir. Y hazlo durante al menos tres semanas.
La  técnica del desmembramiento es un sistema de meditación que no falla y que además de ayudarnos a conciliar un sueño de calidad puede ayudar a sanar o tratar otras dolencias si se practica asiduamente. Una vez que empieces a practicarla no te arrepentirás y la seguirás todos los días.



Ten en cuenta que al principio la mente rechazará la práctica y será un poco difícil que te concentres y relajes, pero no fuerces la situación, no te enfades ni desistas. Si estás acostumbrado/a a otras técnicas para dormir (como la televisión o los fármacos), te costará aún más responder a los métodos naturales, pero no te rindas, tarde o temprano lo lograrás. Recuerda que crear un buen hábito se consigue con perseverancia en tan sólo 21 días.
Educa la mente meditando, no sólo para dormir bien por las noches, sino para lograr todo lo que te propongas.


jueves, 7 de abril de 2016

Madrugar te mantiene más joven y feliz

Madrugar nos mantiene más delgados y más felices


Un equipo de investigadores británicos ha demostrado con un estudio comparativo que madrugar te mantiene más joven y feliz. La investigación incluía a mil personas y se utilizó dos tipos de medida: una escala que medía el nivel de bienestar de los participantes y el peso y la estatura para valorar la sobrecarga ponderal. 
Estudiaron a un primer grupo que se levantaba a las 7:45 horas y un segundo grupo que lo hacía a las 10:15.
Observaron con los resultados que el grupo madrugador gozaba de mejor salud, estaban más delgados y se sentían más felices. Los científicos también descubrieron que los madrugadores solían tomar un buen desayuno que les permitía acumular energía y picar menos entre horas.
Esto se explicaría porque el reloj interno del cuerpo desencadenan la secreción de hormonas, como el cortisol, que se encuentra en su punto máximo cada día a las ocho de la mañana. Como sabemos, el cortisol u hormona del estrés, participa en la energía matinal. Gracias a ella se facilita la liberación de glucosa a los músculos para que nos aporte la energía diaria que necesitamos.



En una segunda  investigación  por el profesor Stepansky en Estados Unidos, también se constató que:
  • Volverse a dormir después de que haya sonado el despertador provoca fatiga durante el día. Esto tiene un efecto contraproducente. Esa sensación de estar medio adormilado y fatigoso casi hasta medio día. Parece que lo más adecuado es despertarse con la radio o despertador alejados de la cama para evitar apagarlos por reflejo y seguir durmiendo.
  • Quedarse en la cama por la mañana no hace que te recuperes. Quedarse en la cama durante el fin de semana no facilita que te recuperes del cansancio de la semana. Cuando se ha seguido un horario acelerado durante días y durmiendo menos de seis horas; no podemos pretender poner el contador a cero intentando compensar las horas perdidas de sueño el fin de semana. Esta investigación estudió a un grupo de individuos a los que se les pidió que durante seis noches no durmiesen  más de seis horas. Posteriormente tuvieron la posibilidad de dormir durante dos noches diez horas seguidas. Tras el experimento se comprobó como la calidad del sueño mejoró considerablemente después de esas dos noches de diez horas, pero no el estado de forma. Es decir, levantarse tarde no borraba la fatiga acumulada y los participantes se mostraban torpes, lentos de reflejos y soñolientos.
En general es aconsejable levantarse el fin de semana una hora más tarde, no más, para no desestabilizar el organismo. En cambio, no dudéis en hacer una siesta de veinte minutos después de comer para tu bienestar.

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