¿Podría una emoción negativa contener también un mensaje
importante? Por ejemplo, si a menudo nos sentimos deprimidos, puede
ser una señal de que algo anda mal en nuestra vida y puede forzarnos
a observar nuestra situación vital para hacer algunos cambios
positivos. Por tanto, necesitamos escuchar lo que la emoción nos
está diciendo y no rechazarla simplemente como negativa.
Las
emociones negativas recurrentes a menudo contienen un mensaje, igual
que los síntomas y enfermedades. Pero cualquier cambio que hagamos,
ya tenga que ver con nuestro trabajo, con nuestras relaciones o
circunstancias que nos rodea, será sólo un parche a menos que surja
un verdadero cambio en nuestro nivel de conciencia. Y para ello, sólo
hay una cosa fundamental: volverse más presente. Cuando alcanzamos
cierto nivel de presencia, no necesitamos la negatividad para decirle
lo que es necesario en nuestra vida. Pero mientras la negatividad
esté ahí, ÚSALA. Úsela como una especie de brújula que te guíe
y recuerde como estar más presente.
Como
decíamos anteriormente, evita que surja estando completamente
presente. Siempre que te des cuenta de que ha surgido alguna forma de
negatividad en ti, mírala no como un fracaso sino como una señal
útil que te dice: “Despierta. Sal de la mente. Vive el presente”.
Eckhart
Tolle siempre hace referencia a una novela de Aldous Huxley titulada
La Isla, donde cuenta la historia de un náufrago en una isla remota
separada del resto del mundo. Esta isla contiene una civilización
única. Lo inusual de ella es que sus habitantes, al contrario de los
del resto del mundo, son realmente cuerdos. La primera cosa que el
hombre nota son unos papagayos coloridos encaramados en los árboles,
que continuamente cotorrean las palabras “Atención. Aquí y Ahora.
Atención. Aquí y Ahora”. Estas palabras se las han enseñado los
isleños para que les recuerden constantemente mantenerse presentes.
Así
que siempre que sienta la negatividad surgiendo en ti, causada por
un factor externo, por un pensamiento o por nada en particular de lo
que seas consciente, mírala como una voz que te dice “Atención.
Aquí y Ahora. Despierta”. Incluso la más leve irritación es
significativa y debe ser reconocida y observada; en caso contrario,
habrá una acumulación de reacciones no observadas. Como dijimos
antes, puedes ser capaz de soltarla una vez te des cuenta de que no
quieres tener este campo de energía dentro de ti y de que no sirve
para nada. Pero entonces asegúrate de que la suelta completamente.
Si no puedes hacerlo, acepta que está ahí y pon tu atención en ese
sentimiento, como señalamos anteriormente.
Como
alternativa a abandonar una reacción negativa, puedes hacerla
desaparecer imaginando que te haces transparente a la causa externa
de la reacción. Te recomendamos que practiques esto al principio con
cosas pequeñas, incluso triviales. Por ejemplo, pensemos que estás
sentado/a tranquilamente en casa. De repente se oye el sonido
penetrante de la alarma de un auto al otro lado de la calle. Surge la
irritación. ¿Qué sentido tiene la irritación? Ninguno en
absoluto. ¿Por qué la creaste? No lo hiciste, fue la mente. Fue
totalmente automático, totalmente inconsciente. ¿Por qué la creó
la mente? Porque tiene la creencia inconsciente de que tu
resistencia, experimentada como negatividad o infelicidad de alguna
forma, disolverá en alguna medida la condición indeseable. Esto,
por supuesto, es un engaño. La resistencia que creas, la irritación
o ira en este caso, es mucho más perturbadora que la causa original
(alarma) que estas tratando de disolver.
Todo
esto puede transformarse en práctica espiritual. Siéntete a ti mismo/a volviéndote transparente, como volátil, sin la solidez de
un cuerpo material. Ahora permite que el sonido, o lo que sea que
cause la reacción negativa, pase a través de ti. Ya no golpeará
una “pared” sólida dentro de ti.
Practica
con cosas pequeñas primero. La alarma del auto, el perro que ladra,
los niños que gritan, la congestión de tráfico. En lugar de tener
un muro de resistencia dentro de ti que es golpeado constante y
dolorosamente por las cosas que “no deberían estar sucediendo”,
deja que todo pase a través de tu "transparencia" .
¿Alguien
te dice algo con la intención de molestarle?. En lugar de tener una
reacción negativa inconsciente, como ataque, defensa o repliegue,
permite que pase a través de ti. No ofrezcas resistencia. Es como si
ya no hubiera nadie ahí que pudiera ser herido. Eso es el perdón.
De
esa manera ahora serás invulnerable. Puedes decirle a esa persona de
todos modos que su conducta es inaceptable, si eso es lo que escoges
hacer. Pero esa persona ya no tiene el poder de controlar tu estado
interior. Estarás entonces en tu propio poder, no en el de la otra
persona, y tampoco estarás gobernado por tu mente. Se trate de una
alarma de auto, una persona descortés, una inundación, un terremoto
o la pérdida de cosas materiales, el mecanismo de resistencia es el
mismo.
Habrás
escuchado alguna vez la frase: “pon la otra mejilla”, que un gran
maestro de la iluminación usó hace dos mil años. Estaba
tratándonos de comunicar simbólicamente el secreto de la no
resistencia y la no reacción. En esa afirmación, como en todas las
otras que hizo, se refería sólo a su realidad interior, no a la
conducta externa de su vida.
Bibliografía:
Poder del Ahora (Eckhart Tolle)