sábado, 11 de noviembre de 2023
3 CLAVES PARA GESTIONAR TUS EMOCIONES CON INTELIGENCIA
jueves, 18 de enero de 2018
Las 5 Heridas que Impiden Ser Uno Mismo
lunes, 27 de noviembre de 2017
Decálogo del "Ser Amable"
Suponer solo envenena el alma
1. No Supongas:
No des nada por supuesto. Si tienes dudas, acláralas. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que no tienen fundamento.
2. Honra tus palabras:
Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo, no te amas. Honrar tus palabras es ser coherente con lo que piensas y con lo que haces. Así consigues ser auténtico y respetable.
3. Haz siempre lo mejor que puedas:
Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de algo.
4. No te tomes nada de manera personal:
Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Quien te ofende tiene un veneno que descarga contra ti por no saber cómo deshacerse de él. Pero el problema es de él y no tuyo.
martes, 21 de junio de 2016
Cómo desterrar la rabia y el rencor
La rabia y el rencor, como todos sabemos, son emociones muy fuertes que desgastan nuestra energía de muchas maneras. Cuando hayamos quitado las capas, probablemente descubriremos que esa rabia en realidad es un sentimiento superficial. No nos referimos a que sea algo trivial o falso, sino en el sentido de que hay muchos otros sentimientos y dinámicas por debajo de él.
Cuando nos perdemos en la rabia nos volvemos sordos a nuestros sentimientos más profundos. Hemos aprendido a escuchar sólo aquellos que saben gritar más fuerte.
¿COMO DESTERRAR LA RABIA Y EL RENCOR?
Vamos a explicarlo con un ejemplo práctico:
El dueño de una empresa gritó al administrador, porque estaba enojado en ese momento. El administrador llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo. La esposa gritó a la empleado doméstica porque rompió un plato. La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar. El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque obstaculizaba su salida por la puerta. Esa señora fue al hospital a vacunarse contra la rabia y gritó al joven médico porque le dolió cuando le aplicó la vacuna. El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado. La madre le acarició los cabellos diciéndole:
- Hijo, mañana haré tu comida favorita...trabajas mucho. Estás cansado y necesitas de una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que descanses con tranquilidad. Mañana te sentirás mejor. Luego lo bendijo y abandonó la habitación, dejándolo sólo con sus pensamientos…
En ese momento, esa madre con su actitud interrumpió el círculo del enojo, porque chocó con la Tolerancia, con el Respeto, con el Perdón y con el Amor.
Hagamos una pausa de unos pocos minutos y pensemos en alguna ocasión en que te hayas enfadado. ¿Cómo te sentías? O, si en estos momentos la cólera te invade, toma conciencia de cómo te sientes… Ahora, respira hondo y adéntrate en tus sentimientos. ¿Qué ves bajo tu rabia? ¿Ves miedo? ¿Tristeza? ¿Inseguridad? ¿Desamparo? ¿Impotencia? ¿Sientes que te han herido o abandonado? ¿Tienes una sensación de desilusión ante expectativas no satisfechas o sueños no realizados? Mira aún más profundamente. Bajo ese miedo, esa frustración y/o tristeza, ¿hay un ruego a alguien de que te preste atención, de que te escuche? ¿Hay una petición, consciente o inconsciente, de respeto, reconocimiento, interés o amor?
Debemos aprender a escuchar y observar nuestros sentimientos y emociones. Cualquier manifestación de rabia como: insensibilidad, irritabilidad, agresividad, comportamiento estúpido, etc., identifícalos como un grito que pide reconocimiento, respeto, ayuda y amor.
CONSEJOS PARA SANAR EL RESENTIMIENTO Y LA RABIA HACIA LOS DEMÁS:
Guardarse de la continua sospecha
Limpiar el corazón para ver bien
No querer ver segundas intenciones en todo lo que hacen o dicen los demás
No hurgar en heridas antiguas, resucitando viejos recuerdos
Ser leal y hacer una crítica sana
Buscar siempre el diálogo y el entendimiento con la persona
Cuando alguien nos hace algún mal, inmediatamente lo etiquetamos como una persona que acostumbra hacer ese tipo de cosas. Lo archivamos en nuestra mente con esa etiqueta y cerramos el cajón. Convertimos al otro en nuestro prisionero. No le concedemos la posibilidad de cambiar. Pero las personas cambian. Se arrepienten, Se transforman. Pueden un día ser distintas y lograrlo. Perdonar a alguien es otorgar la confianza que el otro necesita para superarse, para empezar a ser la otra persona que querría ser. Tu perdón permite que las buenas intenciones de los demás fructifiquen.
El perdón no se da en un abrir y cerrar de ojos, sobre todo si uno ha permanecido atorado en el rencor demasiado tiempo. Perdonar es un camino, un proceso que nos pide cambiar constantemente. Como proceso hay distintas etapas que se recorren. Cuando ha habido una herida muy honda, por ejemplo, un abuso sexual o un divorcio, las personas suelen atravesar fases como la de la negación, el dolor, la rabia, la aceptación el perdón y el aprendizaje. Es importante no saltar etapas sino recorrer una por una a su tiempo.
Recuerda
que perdonar es un arte del espíritu que conlleva sobre todo
desterrar en nosotros el rencor y la rabia… Lo que importa no es lo
que nos pasa sino lo que sentimos respecto a lo que nos pasa…
Si
has leído esta entrada que hoy hemos publicado, si te atreves a
mirar adentro de ti con amor, a observar tus emociones y sentimientos
más profundos con valentía y reflexión, entonces… ¡Felicítate!…
tienes motivos para estar orgulloso/a de ti…
Estás abriendo tu corazón, estás dando el primer paso para tu liberación y creciendo en humanidad… Para terminar te invitamos a realizar este tratamiento de perdón y liberación:
domingo, 1 de mayo de 2016
Si Tienes Pensamientos Distorsionados, Tus sentimientos No Tendrán Validez
sábado, 9 de abril de 2016
Juzgando a otros tu mismo te condenas
- Siempre debemos ponernos en el lugar de la otra persona y tener en cuenta sus circunstancias personales.
- Escuchar de manera activa su versión de los hechos e incluso valoración personal
- Hacerle ver las consecuencias que han derivado de su acción
- Discutir a través de una comunicación abierta entre los dos, los hechos y las posibles acciones correctoras para subsanar los perjuicios causados.
martes, 5 de abril de 2016
Cambia tu conducta y cambiarán tus emociones
- A través de nuestra conducta, satisfacemos nuestras necesidades (fisiológicas, de seguridad, de amor, de pertenencia etc.) y sin duda, son estas las que nos motivan a actuar de una manera u otra. Las personas actuamos generalmente por un mismo objetivo: para conseguir placer o una determinada recompensa. Incluso la conducta más altruista lo es por una recompensa. Por ejemplo, la persona que dona sangre, lo hace movida por el placer de ayudar a los demás. Por lo tanto, con esto llegamos a la conclusión de que nuestra vida es pura acción.
- La conducta es una fuente de aprendizaje. Existen una serie de leyes del aprendizaje que definen este funcionamiento: por ejemplo, la ley de extinción que dice que toda conducta que deja de ser reforzada o recompensada acaba desapareciendo. Por tanto, las consecuencias que tienen nuestras conductas son determinantes para fortalecerlas o inhibirlas. Es decir, si una conducta ha tenido una consecuencia positiva supondrá un refuerzo positivo, lo que equivale a que esa conducta, será repetida una y otra vez. Por el contrario; si a una determinada conducta le sigue una consecuencia negativa, habrá obtenido un refuerzo negativo y evidentemente esa conducta no se volverá a repetir. Un ejemplo práctico sería: el niño que estudia para que sus padres le regalen el juguete prometido; o la persona que estudia por el mero placer de adquirir conocimientos. Ambos se mueven por recompensas; en el caso del niño, por una recompensa externa y, en el segundo caso, por una recompensa interna.
- Por medio de la conducta, podemos modificar ciertas emociones. El pensador y filósofo William James (1842-1910) decía: "A veces no es posible cambiar inmediatamente los sentimientos cambiando los pensamientos. Pero el camino soberano para llegar a la alegría, si la has perdido, es sentarte alegremente y actuar como si la alegría estuviera ya contigo". Este reflexión nos invita a cambiar cómo nos sentimos con sólo un cambio de conducta, por ejemplo: si tu cuerpo te pide no hacer nada y que te dejes llevar por la apatía y el desánimo... Dile que no, busca hacer cosas que te agradan y ponte en marcha!! En los estados de ánimo negativos es recomendable hacer lo contrario. Está demostrado científicamente que estos cambios de conducta producen cambios hormonales y fisiológicos que sin duda, repercuten en las emociones.
Todos estos ejemplos nos llevan a la conclusión de que también podemos desaprender ciertas creencias aprendidas sobre nosotros/as mismos/as. Creemos a veces cosas del tipo de "no podré conseguirlo", "no valgo para esto", "me falta voluntad", que nos llenan de prejuicios, nos afecta emocionalmente y limita, condicionando nuestro día a día. Igualmente, con un cambio de conducta, podemos hacer frente a esas falsas creencia, que aunque arraigadas, se pueden desaprender.
Se trata de aprender a vivir hasta modificar nuestro propio destino. CAMBIA TU ACTITUD HACIA LA SUPERACIÓN PERSONAL Y EXPERIMENTA LA VERDADERO PLACER DE VIVIR.