Mostrando entradas con la etiqueta superación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta superación. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de noviembre de 2023

3 CLAVES PARA GESTIONAR TUS EMOCIONES CON INTELIGENCIA





A veces sentimos que las emociones nos desbordan. Queremos apagar la tristeza, controlar la ira, huir del miedo. Pero cuanto más luchamos contra lo que sentimos, más fuerza le damos.

Ya hemos hablado en otros artículos de que reprimir una emoción solo la hace más intensa. Por más que nos repitamos: “no quiero sentir esto”, la emoción no desaparecerá. Al contrario: se queda atrapada en el cuerpo, buscando otras formas de salir.

Entonces…
¿Qué podemos hacer?
Aprender a sentir de forma consciente. A acompañarnos en lo que sentimos, sin huida ni juicio.

Aquí os compartimos una técnica sencilla y profunda para gestionar tus emociones con inteligencia. La clave está en una palabra: observar.

🔑 1. Ponle nombre a lo que sientes

El primer paso es identificar la emoción. No recurras a eufemismos ni te engañes con frases como “estoy mal” o “no sé qué me pasa”. Detente y escúchate.

Pregúntate:
¿Qué estoy sintiendo exactamente?
— ¿Es tristeza, rabia, miedo, envidia, frustración?

Dale un nombre claro. Di, por ejemplo: “Esto es ansiedad”, “esto es ira”, “esto es decepción”.

Pero sin juzgar. No digas: “esto es rabia y no debería sentirla”, porque entonces vuelves a reprimir. Nómbrala como si dijeras “esto es rojo” o “esto sabe amargo”.

¿Qué conseguimos con esto?
Al ponerle nombre, permitimos que los hemisferios izquierdo y derecho de nuestro cerebro se comuniquen. Es decir, la emoción se empieza a integrar. Y cuando la emoción se integra, poco a poco se calma.

🔑 2. Obsérvala sin querer cambiarla

Una vez que la nombraste, quédate ahí un momento. No corras a cambiarla ni te exijas estar bien. Solo observa.

No se trata de huir ni de forzarte a sentir otra cosa. Acepta que eso es lo que hay ahora.
Respira.
Permítete sentir sin dramatizar ni reprimir.
Recuerda: las emociones no son peligrosas. Son visitantes. Traen un mensaje.

Cuando observamos una emoción sin lucha y con presencia, algo empieza a transformarse dentro. Dejamos de estar secuestrados por lo que sentimos, y empezamos a habitarlo con conciencia.


🔑 3. Siente dónde está en tu cuerpo

Este paso es poderoso: lleva tu atención al cuerpo.

Pregúntate:
¿Dónde siento esta emoción?
— ¿En el pecho, en el estómago, en la garganta, en la cabeza?

Quizás digas:
“Esto es miedo y está en mi pecho.”
— “Esto es rabia y se siente en mi mandíbula.”
— “Esto es tristeza y vive en mi garganta.”

Esto se llama integración vertical: conectar la mente con el cuerpo. Cuando localizamos la emoción en un lugar físico, entendemos que no nos está invadiendo por completo. Es solo una parte de nosotros, y eso ya alivia.

Este ejercicio, con la práctica, nos ayuda a sentir sin desbordarnos. A vivir la emoción sin miedo, con más seguridad interna.

🧘‍♀️ ¿Qué logramos con esta técnica?

Nos damos permiso para sentir, sin culpa ni juicio.

Integramos lo que vivimos, mental y físicamente.

Aprendemos a fluir emocionalmente, sin bloquearnos ni estancarnos.


Haz esta práctica siempre que lo necesites. Recuerda que es la constancia la que transforma nuestra relación con lo que sentimos.

🌱 Todos estamos aprendiendo

Gestionar las emociones no es un destino, es un camino.
Un entrenamiento que mejora con cada intento consciente.

Y cada vez que eliges mirarte con amabilidad, respirar, crecer, y confiar, estás haciendo algo profundamente valiente.

🎧 Para terminar…

Te invitamos a escuchar “Estados de ánimo”, un poema de Mario Benedetti en su propia voz, donde expresa como nadie la belleza y complejidad de nuestras emociones.
No te lo pierdas!!



ÁBRETE A TUS EMOCIONES Y VIVE SIN MIEDO TU TRANSFORMACIÓN

Publicado por: Luz Plena, Educadora Social

domingo, 16 de julio de 2023

Un Acuerdo de Almas



Cuentan que antes de nacer, cuando cada Ser decidió venir a la Tierra hace millones de siglos atrás para vivir la experiencia 3D, hubo un acuerdo de almas.

Primero cada alma seleccionó minuciosamente con sus maestros de Luz todas las experiencias que deseaba vivir en esta encarnación. 

Algunos eligieron aprender a través del desapego, otros de la soledad, otros de la enfermedad, otros a través de las pérdidas.
La mayoría, decidieron aprender de la relación de pareja. Algunos se atrevieron a experimentar la riqueza material y así sucesivamente, como si eligieran las materias para matricularse en la Universidad, todos decidieron sus misiones.

Y hubo una gran reunión entre ellas para pactar cómo se relacionarían sus almas… Como cuando se reparten los roles en una obra teatral, cada cual recibió su papel en la obra de su vida y entonces nacieron.



Algunas de estas almas se encontraron desde su nacimiento y son hermanos. A otras les tocó ser compañeros del colegio, para llegar a ser amigos en la adultez. Otros no se encontraron hasta ya mayores, fue entonces que pactaron conocerse en una fiesta y enamorarse.

Hubo quienes tendrían roles mínimos en la vida del otro. Serían el médico que lo revisó cuando estuvo ingresado por apendicitis; otro sería quien le ofrecería la oportunidad de ganar dinero fácil;  otro sería el taxista que lo llevaría al aeropuerto aquel día en que le avisaron de que su madre vivía sus últimas horas, etcétera.

Nada, absolutamente nada es casual en la vida de ninguno de nosotros/as. Hay libre albedrío. Nos hemos repartido los papeles en esta película de la vida, pero no hay guión. Cada uno de nosotros/as crea sus propios diálogos y acciones y necesita asumir la responsabilidad de las consecuencias.

Por tanto, reflexiona: ¿Por qué tienes a ese jefe tan exigente y perfeccionista? Será que acordaron que él sacaría lo mejor de ti y te puliría cual diamante? O será que tienes que aprender la tolerancia? Y si lo que debes hacer es renunciar? Difícil saber lo que viniste a vivenciar con cada persona que se cruza en tu vida;  pero tu alma lo sabe.  El Alma sólo sabe comunicarnos mensajes a través de lo que llamamos intuición.

Comprende ahora que esa persona que está allí como un Pepito Grillo es porque quizás tú se lo pediste, le rogaste que fuera la voz de tu conciencia y tú mismo/a le suplicaste: No importa que te odie, pero no me dejes realizar algunas acciones que me dejarán paralizado/a en esta encarnación.

Todo esto no recordamos. No sabemos qué nos une a todo el elenco que nos ayuda a representar la película de nuestras vidas, pero hay un acuerdo tácito entre todos de permanecer juntos para ayudarnos mutuamente a crecer, a evolucionar.

Entre todos formamos un verdadero equipo de sanación porque nos ocupamos tanto de nuestro propio desarrollo como del de los demás. Pero también podemos cerrar abruptamente la relación con algunas personas por problemas meramente terrenales por el libre albedrío.

Todo este camino iniciado en nuestra primera encarnación hace millones de siglos atrás tiene como objetivo la iluminación. Cada encarnación agregamos gotas de luz a nuestra conciencia y así evolucionamos. 

A veces, llega a nuestra vida alguien que nos enseña algo y quien al mismo tiempo recibe enseñanza nuestra y luego se va, desaparece de nuestra vida, pues ya se cumplió el trato pactado en el llamado Plano Sublime o Cielo. Luego, avanzamos despacio en términos terrenales o mundanos, pero vamos a la velocidad de la luz en términos estelares o cósmicos.



Por ello, es importante no juzgar  ninguna relación  como un triunfo o fracaso.  Estamos aprendiendo, y el sólo hecho de poder interactuar con otros, de conocerlos, descubrir sus diferencias, llegar hasta lo profundo de su alma convierte cualquier relación en un éxito. 

Así que no sufras con ese jefe maltratador, con esa pareja infiel, con esa persona envidiosa, con el familiar desleal, con el vecino chismoso, con ese profesor abusivo, ese pretendiente meloso, esa hija rebelde... 

Sólo mírales directamente al alma y diles: Gracias por respetar el trato.

Si quieres leer más sobre el tema: Entre almas no existen coincidencias

viernes, 6 de mayo de 2022

Pautas para superar una ruptura amorosa

¿QUÉ ROMPE LA PAREJA?

Cuando dos personas se sienten atraídas una por la otra, se entra en lo que conocemos como fase de enamoramiento. Como sabemos, en esta etapa todo es color de rosa. Ninguna de las partes conoce todavía las características negativas del otro; todo tiende a ser perfecto y a maximizar lo positivo e ignorar lo negativo. Ante cualquier diferencia entre ambos se supera sin dificultad alguna siendo en esta fase, muy difícil una ruptura.






Con el tiempo esa pasión se va apagando y nos encontramos ante una visión más objetiva de la realidad. Nos damos cuenta que nadie somos perfectos y que empiezan a existir diferencias de convivencia entre ambos seres.

Es en este momento cuando comienza una etapa de negociación entre la pareja donde comenzamos a tener conductas que salvaguarden la convivencia. Esto supone ceder en beneficio de ambos y negociar aquellas conductas que queremos seguir realizando a pesar de que no le gustan a nuestra pareja.

Es este momento precisamente el más crucial. Si la negociación se rompe porque alguno de los dos es incapaz de ceder o las diferencias son innegociables, irremediablemente la pareja se rompe.

Otras veces  consiguen encontrar una estabilidad asentada en unas normas de convivencia agradables, pero puede sobrevenir la monotonía. La falta de novedades puede llevar a alguno de los miembros  a buscar las emociones perdidas fuera de casa (sin tener que ser una tercera persona necesariamente).

¿QUÉ HACER CUANDO LLEGAMOS A ESTA SITUACIÓN?

Desgraciadamente no existe ninguna fórmula mágica para superar una ruptura sentimental. Siempre resulta un momento complicado. La única receta existente es la paciencia y la fuerza y coraje para superarlo. Estos consejos prácticos si bien no harán desaparecer tus males, si pueden ayudarte a sobrellevarlo o, en cualquier caso, a acortar la duración de los mismos y por tanto a mitigar el sufrimiento.

  • Respétate y date permiso para vivir y sentir tu duelo a tu ritmo, en el tiempo necesario. Los sentimientos y las cargas emocionales no se erigen de un día para el otro y aceptar la situación para seguir avanzando hacia adelante requiere que vivas otras etapas emocionales y de aprendizaje.
  • Olvídate de la técnica de “un clavo saca a otro clavo” pues no sólo no funciona sino que seguirás sufriendo y harás sufrir a una tercera persona que no lo merece. Es normal que puedas sentirte vulnerable y te dejes llevar pero… ¿No es cierto que tu corazón y tu pensamiento siguen estando centrados en tu ex-pareja? Iniciar una nueva relación sin haber logrado la recuperación puede hacernos creer que será un buen remedio para sanar nuestra herida o para recuperar a nuestra expareja haciendo uso de malas artes como los celos o la venganza… No te engañes: la herida no estará sanando, estará creando una infección mayor aunque tapada por la venda que le has querido poner encima para no atenderla.
  • ¿Qué aprendizaje extraes de la situación que estás viviendo y del dolor que estás sintiendo? Aunque te sientas morir por dentro quiero que sepas que las emociones no son ni buenas ni malas, únicamente nos brindan información sobre nuestro estado para que podamos corregir la ruta de navegación y reencontrar la paz y el equilibrio. Si sientes dolor, escúchalo. Si el dolor se ha convertido en sufrimiento: atiéndelo.
  • Recuerda que no estás solo/a: hay más gente de la que crees a tu alrededor y sabes que te quieren y no soportan verte sufrir. Algunos tendrán mayor sensibilidad o empatía, quizás otros tengan menos desarrollada la capacidad de expresar sus emociones o el deseo de ayudarte… Sea como fuere, estarán a tu lado y puedes pedirles ayuda, en confianza.
  • Toma distancia para ver la situación actual desde la perspectiva de un observador externo (sobretodo si te esfuerzas hasta la saciedad por conseguir parar que tu ex esté presente en todo lo que haces, piensas, dices o sientes). Sé que lo intentas pero que sigues sumido/a en esa vorágine incesante donde todo te conduce a él/ella… ¡No te castigues por ello, simplemente deja que esos pensamientos pasen por tu cabeza sin tomarlos ni analizarlos! Quizás puedas permitirte el lujo de desconectar durante unos días, hacer una escapada para hacer aquello que más te gusta y lograr sosegarte (¡no hablo de fugarte para siempre, cambiar de residencia cambiará tu horizonte pero no tu dolor!). Saliéndote de tu posición y viendo las cosas desde otra perspectiva podrás tomar las decisiones oportunas con calma, cerrando el círculo de algo que ya se acabó.

  • Una ruptura no es sinónimo de fracaso: unas veces se gana, otras se aprende. Piensa que eres mucho más que las relaciones que puedas tener y para recuperarte y para tener otras relaciones sanas es necesario que tengas en mente tu valía.
  • Ha llegado el momento de que te reencuentres contigo mismo/a: has estado mucho tiempo formando equipo en una relación, haciendo planes futuros en común y sin pararte a pensar sólo en ti. Ahora tus planes ya no se sostienen y te miras al espejo y a penas te reconoces...
  • Mereces dedicarte un tiempo, centrarte en ti. Redescubrir quién somos realmente a nivel individual nos permitirá valorar opciones y fijar otro rumbo, cargando con las maletas donde llevas todas tus fortalezas, tus talentos y habilidades… Pregúntate qué quieres ser y lánzate a por ello con confianza y pasión.

Si se afronta el dolor de la separación permitiendo que penetre en el corazón, en el cuerpo y en el alma, abrazando toda su amargura e intensidad, este dolor por regla general es breve, se disuelve... aunque en un principio parezca interminable. Pero una vez que la persona lo ha sufrido, la separación estará superada. 


Para terminar, te invitamos a leer el siguiente extracto del maravilloso libro "Comer, Rezar y Amar":

Ella:  Pero lo Amo
Sabio:  Pues Amalo
Ella:  Pero lo extraño
Sabio: Pues extráñalo. Cada vez que pienses en él, mándale Amor y Luz. Después deja ir el pensamiento.

Tienes miedo de dejarlo ir porque después estarás sola. Pero esto es lo que tienes que entender, si despejarás todo ese espacio que ocupas en tu mente por obsesionarte con el, tendrías una puerta y.... ¿Sabes qué haría el Universo al verla?
Colarse.

Se colaría y te llenaría del Amor más hermoso que jamás hayas podido conocer.
Así que deja de estar usándolo a él para bloquear esa puerta.
Déjalo ir de una vez ...
Más Consejos: 

COMPÁRTELO EN WHATSSAP CON LA GENTE QUE AMAS

viernes, 18 de septiembre de 2020

El hombre que tenía miedo de enfermar

A veces, por temor a perder algo, nosotros mismos hacemos que desaparezca: 

Sacamos los sentimientos de nuestro corazón por miedo a no ser correspondidos. 

No luchamos para obtener un triunfo por miedo a no lograrlo. 

No construimos nuestra vida en la forma que queremos por miedo a las dificultades que se van a presentar en el camino. 

No saciamos nuestros deseos por miedo a ser atrapados en ese placer convertido en vicio. 

Nos vamos mutilando para darnos cuenta un día, que esas ilusiones, sentimientos, deseos, aún persisten; que tenemos un apetito voraz de vivir,  pero ya es demasiado tarde pues  hemos perdido la fuerza de obtener lo que queremos. 

A continuación, os invitamos a leer esta maravillosa historia del gran maestro Jodorowsky:





"Un hombre, perfectamente sano, comenzó a tener miedo de enfermarse de los brazos. Fue a visitar a un doctor. Este, tras largos exámenes, concluyó: 

“¡Lo único que podemos, si usted teme enfermarse de los brazos, es cortárselos, así no podrá atrapar ninguna enfermedad en esas extremidades!” 

Lo hicieron. El paciente, manco, se sintió seguro un tiempo. Pero después empezó a tener miedo de atrapar una enfermedad en las piernas. 

Esta angustia no lo dejaba vivir. Consultó de nuevo al médico y este lo convenció de que al no tener piernas dejaba de atrapar una enfermedad en ellas. Se las cortó… Pasó el tiempo. 

Convertido en hombre-tronco, en un carrito de ruedas, el paciente volvió al consultorio, con un terror tremendo de atrapar una enfermedad en las vísceras. 

El doctor construyó una máquina especial con pulmones, hígado, corazón, tripas y demás vísceras, artificiales; separó la cabeza y la conectó al mecanismo, arrojando el resto del cuerpo a la basura. La cabeza, feliz, sin temor de atrapar enfermedades, se sintió segura.

Mas un día lo que quedaba del paciente comenzó a llorar. El médico, intrigado, quiso saber la causa de su pena. 

La cabeza, prisionera de las válvulas de plástico, tristemente respondió: “¡Es que tengo muchas ganas de revolcarme desnudo en la hierba!”.

Las prisiones mentales son inmateriales: puedes salir de ellas dando un paso real.

“Entre hacer y no hacer, siempre hay que elegir hacer”

jueves, 21 de mayo de 2020

Ejercicios para trabajar el amor a uno mismo




Amarse a uno mismo es una necesidad tan básica como el aire para respirar, pues sin cimientos no se puede construir el edificio.

Si no te han enseñado a hacerlo a lo largo del proceso de educación que has recibido puedes  aprenderlo ya de adulto por tu propia cuenta. A veces, no sólo no nos enseñan a querernos a nosotros mismos, sino todo lo contrario; nos  han hecho creer que hacerlo es malo, que es un acto de egoísmo, vanidad y narcisismo y solemos esperar que los demás nos amen para dejar de sentirnos incompletos e insatisfechos.



Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con sentimentalismos sino con los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.

El primer paso para amarnos consiste en conocernos, comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices.

"No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma"(Irene Orce)

Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.



Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdadestamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. Al llevar un estilo de vida coherente y equilibrado podemos enfrentarnos al mayor reto de todos: recuperar el control sobre nuestra mente.





¿Cómo se hace? ¿Cómo puedo empezar a quererme y respetarme?


  • Piensa bien de ti mismo/a todo el tiempo
  • Actúa con responsabilidad
  • Habla bien de ti mismo/a. Te vas a sorprender si paras a observarte y empiezas a ser consciente de cómo sueles hablar de ti: “soy un pato, un inútil, incapaz, soy un desastre, me queda fatal, estoy feísimo/a, etc, etc, etc”. Procura a partir de ahora no pronunciar ni una sola palabra negativa referida a tu persona. El impacto que  estas frases tendrán en tu inconsciente es mucho mayor del que puedas imaginar.
  • Respeta  y ama tu cuerpo.
  • Lucha por tu bienestar, por tus metas y objetivos, no te rindas jamás, nunca bajes los brazos.
  • Selecciona cuidadosamente lo que es positivo para ti, en tus actividades, tus relaciones, etc. 
  • Trátate tan bien como tratarías a la persona más maravillosa y que más amas y respetes  del mundo.
  • Cree en ti mismo/a, apóyate, date más y más oportunidades.
  • Se comprensivo/a y compasivo/a,  paciente  y magnánimo contigo mismo/a. Perdónate cuando cometas errores, se transigente y anímate, felicítate generosamente cuando las cosas te salgan bien.
  • Una vez que consigas amar a tu Ser,  estarás preparado/a para hacerlo igual con  todos  los demás.
  • Más ejercicios para trabajar el amor por uno mismo


Haz el intento: 
Aprúebate, y observa lo qué pasa. 
Hace años que vienes criticándote y siendo duro/a contigo mismo/a. Y... 
¿Te ha servido de algo? 

Aprende a amarte… Nunca es tarde para empezar a darnos aquello que siempre hemos merecido...

Afirmación de merecimiento de L. Hay :





Fuente y lectura recomendada: “Qué sabes de ti” , Aurora Jechimer 
COMPÁRTELO EN WHATSSAP ESTE CON LA GENTE QUE AMAS

Hazme llorar con la verdad para que no me destruyas con la mentira


Vivimos tiempos convulsos, tiempos donde abundan las promesas rotas y en el que las personas tratan la palabra con ligereza. 

Prometemos si ningún tipo de pudor  sabiendo que no lo vamos a cumplir. 

Prometemos una llamada o una comida  a un amigo aún sabiendo que no tendremos tiempo de hacerlo. 

Incluso nos engañamos a nosotros mismos diciéndonos: este año prometo que irá al gimnasio para cuidarme y estar más sano.

Pero finalmente, pasamos por alto todas esas promesas sin tener verdadera intención de hacer los profundos cambios vitales que se necesitan para lograr verdaderamente esos objetivos.




De esta manera vamos convirtiendo en hábito el decir cosas que en realidad no pensamos. 

Esto se convierte en un problema pues, cuando no mantenemos nuestra palabra, perdemos credibilidad y como consecuencia, rompemos los vínculos de confianza con las personas que nos rodean, lo que lleva a una serie de relaciones rotas.

Para desarrollar la práctica de la honradez, comienza por observar cuantas "no verdades" dices en una semana. 

A continuación, comprométete a ser completamente honrado/a durante los próximos siete días (con las personas que te rodean y contigo mismo/a).


RECUERDA:

  • CUANDO NO HACES LO CORRECTO, ALIMENTAS EN TÍ EL HÁBITO DE ACTUAR  INCORRECTAMENTE.

  • CUANDO NO DICES LA VERDAD, ALIMENTAS  EN TÍ EL HÁBITO DE MENTIR

Se una persona de palabra, practica la honradez... habla menos y actúa más...




sábado, 16 de mayo de 2020

Libérate del juicio ajeno y abraza tu autenticidad



Si queremos ser realmente libres y desarrollar todo nuestro potencial, es fundamental que aprendamos a juzgarnos según nuestros propios ideales, olvidando las críticas insanas de los demás. Se trata de mirar en tu interior y dejar de criticarte usando el rasero que aplican los demás. 
No es una tarea fácil, sobre todo porque desde pequeños  estamos sometidos a duras críticas,  comparaciones y perspectivas poco realistas,  ya sea por parte de nuestros padres, maestros o iguales.



Desde temprana edad aprendemos que para ganarnos la aceptación de nuestros iguales es necesario cumplir con ciertos estándares. Que debemos seguir las  normas establecidas y asumirlas si queremos estar integrados socialmente. De esta forma, dejamos de valorarnos por lo que éramos y comenzamos a valorarnos según los criterios de los demás. Dejamos de disfrutar de las cosas que nos gustan para hacer aquellas cosas que les gusta a los demás.  Cambiamos el placer por el deber y caemos en una espiral negativa que va arrebatando poco a poco nuestras posesiones más valiosas: la autoestima y la autoconfianza.

NO TE JUZGUES BAJO LA PERCEPCIÓN DE LOS DEMÁS  PORQUE:


- Es imposible satisfacer a todos. Cada persona somos única. Querer satisfacer las expectativas de todos es imposible. Siempre habrá quien no esté de acuerdo con nuestros pensamientos o decisiones porque cada cual nos juzga según sus propios valores y usando su propia vara de medir.
-Te  restará energía para lo realmente importante. Al intentar complacer a todos perdemos energía vital. Mientras intentamos alcanzar las expectativas que los demás han puesto sobre nosotros y nos  esforzamos por agradar, gastamos una importante energía que podemos usar en proyectos que realmente nos  aporten una satisfacción y crecimiento  personal.


autoestima

- Desperdiciaremos un tiempo precioso. Intentar complacer a los demás y valorarnos según sus criterios no solo desgasta  sino que también representa una enorme pérdida de tiempo. Mientras seguimos las normas y los sueños de los demás, el tiempo transcurre irremediablemente, por lo que corremos el riesgo de llegar al final del camino y darnos cuenta de que hemos vivido una vida vacía e insatisfecha. Nos  arrepentiremos de haber vivido siempre en pos de los otros.


Perdemos nuestra esencia. Uno de los problemas principales de juzgarnos con los ojos de los demás es que perdemos las   coordenadas. A medida que asimilamos como nuestro la escala de valores de los demás nos alejamos de nuestro verdadero yo, de nuestra esencia, hasta que llega un momento en que se produce una  desconexión existencial. Por eso, no es extraño que cuando a algunas personas les preguntan qué quieren de verdad, no sepan responder. Han interiorizado los deseos de los otros como suyos perdiéndose en ese laberinto de convencionalismos sociales.

Nunca seremos felices. La felicidad no es algo externo a nosotros, proviene de nuestro interior. Por eso, seguir las normas de los demás es el camino más directo a la desdicha e infelicidad. Cada vez que renunciamos a nuestros sueños, damos la espalda a  nuestras necesidades. Es entonces cuando la felicidad se aleja al no tener ilusiones  y perdemos el placer de vivir.
Debemos  aprender a reconectar con nuestra esencia. Escuchar lo que nuestro cuerpo y nuestro corazón nos dicen. Al principio apenas los escucharemos ya que nos hablarán casi en un susurro porque durante años no les hemos prestado atención, pero poco a poco irán ganando confianza y su voz será más intensa.

Entonces podremos descubrir qué queremos de verdad, comprender qué es lo que nos hace felices. Es en este punto cuando estaremos preparados para juzgarnos usando nuestros propios cánones, y descubrirás que son muy diferentes de los que te han enseñado.
                

COMPARTE ESTE ARTÍCULO CON TUS AMIGOS

viernes, 31 de enero de 2020

El rencor no me sentaba bien así que, me vestí de indiferencia





Desde niños la sociedad nos inculca la importancia de aprender a perdonar. La religión da un enfoque más altruista pero desde la psicología, se le ha dado otro significado al perdón: “se debe por puro egoísmo”. Es decir, debemos olvidar para facilitar nuestra propia felicidad. 

No quiere decir que haya que olvidar. No existe ninguna cirugía milagrosa que extraiga de nuestro cerebro recuerdos dolorosos como los que han sufrido las víctimas de malos tratos, o aquellos que sufrieron una estafa, abuso o humillación. 


Es muy complicado cargar con ese dolor sobre nosotros a lo largo de la vida, pero al final se puede superar. El milagro del perdón permite que el dolor y su capacidad corrosiva se vayan diluyendo en nuestro corazón y conciencia.

Dice Anthony de Mello en uno de sus maravillosos libros (“Un minuto para el absurdo”) :

“La gente no está dispuesta a renunciar a sus celos y preocupaciones, a sus resentimientos y culpabilidades porque estas emociones negativas, con sus punzadas, les dan la sensación de estar vivos”, dijo el Maestro. Y puso este ejemplo: “Un cartero se metió con su bicicleta por un prado, a fin de atajar. A mitad de camino, un toro se fijó en él y se puso a perseguirlo. Finalmente, y después de pasar muchos apuros, el hombre consiguió ponerse a salvo. ‘Casi te agarra, ¿eh?’, le dijo alguien que había observado lo ocurrido. ‘Sí’, respondió el cartero, ‘como todos los días”.

No significa tener que entender al otro. Es más fácil superar el resentimiento si se conocen los motivos que han llevado a la otra persona a hacer daño, pero no siempre existe una explicación lógica. Y sin embargo es fácil caer en el error de buscar argumentos racionales que fundamenten el daño que sufrimos. Pero si se sigue este camino, se acaba en un bucle sinfín de difícil salida.

La gran Lousie Hay, siempre habló sobre lo bueno de olvidarse de las expectativas sobre cómo deben actuar los demás para que ese laberinto del rencor se desplome por sí solo. Este ovillo se llega a enrredar aún más cuando alguien se hace preguntas del estilo “¿Por qué a mí?”. Lo conveniente es intentar no dar respuesta a esta cuestión porque lo único que genera es más frustración.


No hay que reconciliarse forzosamente con la persona que daña. El perdón tiene más finales de los que nos enseñaron. Ni se trata obligatoriamente de poner la otra mejilla. Lo importante es sentirse bien con uno mismo/a y quizá sea imposible volver a confiar en esa persona. Por ello, se puede llegar a perdonar a alguien y luego decidir si se quiere o no apartar a ese persona de nuestra vida.


Entonces, ¿qué significa perdonar? Se trata ni más ni menos de pasar página y olvidarse de la venganza. Hay estudios que refuerzan como el perdón es la clave para superar abusos sexuales sufridos por mujeres durante su infancia. 

Saber olvidar es, por tanto, poner la felicidad en nuestras manos y no en manos del otro. Según algunas investigaciones, perdonar garantiza más años de vida, menos depresión y riesgo de infarto, una presión arterial más baja e Incluso un sistema inmunitario fortalecido. 

En definitiva, el perdón trae consigo bienestar y salud.

Pero solo se puede perdonar si se crece interiormente. Everett Worthington es, además de ingeniero nuclear, catedrático de Psicología de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) y está especializado en el tema del perdón. Worthington confesó en una entrevista que alguna vez él también se había sentido incapaz de olvidar. Un ladrón entró en casa de su madre y la golpeó brutalmente hasta matarla. Su primer pensamiento fue acabar con el agresor con su bate de béisbol. Por aquella época, Worthington acababa de publicar uno de sus libros sobre la capacidad de perdonar. 

Parecía que la vida le estaba gastando una broma de mal gusto para probar si en realidad sabría aplicarse el cuento. Al final superó la prueba. Se puso en el lugar del ladrón y pensó en el pánico que habría sentido al entrar a una casa que creía vacía y encontrarse a una señora. 

Entonces se dio cuenta de que él mismo no era mejor que el ladrón porque en realidad el asaltante reaccionó al pánico y, en cambio, él se había planteado que quería asesinarlo. Podéis leer aquí una entrevista al Everett Worthington

No es fácil controlar las emociones y sentirse humillado es bastante normal. Pero una vez superado este primer sentimiento debe hacer acto de presencia la voluntad. A partir de aquí el tiempo puede jugar a favor o en contra. Si el resentimiento se enquista, se volverá crónico; si se deja pasar, será más fácil seguir adelante

Para liberar el resentimiento, los expertos también sugieren pensar en el futuro. Sin embargo, cuando se está sumido en la amargura y se mira al exterior, la luz puede cegar tanto que es imposible ver nada y fácil cuestionarse qué sentido tiene pensar en nuevos propósitos. 

Pero la vida sigue, poco a poco irán apareciendo nuevas siluetas que nos devuelvan la ilusión y podamos dar carpetazo a los sentimientos más dolorosos. Entonces saldremos sintiéndonos diferentes, habremos madurado y lo que encontraremos fuera será mucho mejor de lo que recordamos.

jueves, 29 de agosto de 2019

Transmuta la enfermedad en iluminación


Autor del "Poder del Ahora"


Cuando alguien está gravemente enfermo y acepta completamente su circunstancia y se entrega a la enfermedad, ¿habría renunciado a su derecho a recuperar la salud? ¿Habría desparecido su voluntad de luchar con la enfermedad?. 

La entrega supone la  aceptación interior de lo que es sin reservas.   La enfermedad es parte de una situación vital. Como tal, posee un pasado y un futuro. El pasado y el futuro forman un continuo ininterrumpido, a menos que el poder del Ahora se active por medio de nuestra presencia consciente. Como sabemos, bajo las diferentes condiciones que forman nuestra situación vital, hay algo más esencial, más profundo: nuestra Vida, nuestro verdadero Ser en el Ahora sin tiempo.

Puesto que no hay problemas en el Ahora, tampoco hay enfermedad. La creencia en una etiqueta que alguien adhiere a su condición la mantiene en su lugar, le da fuerza y hace una realidad aparentemente sólida de un desequilibrio temporal. Le da no sólo realidad y solidez sino también una continuidad en el tiempo que no tenía antes. 

Al concentrarte en este instante y evitar rotular a la enfermedad mentalmente, se reduce a uno o varios de estos factores: dolor físico, debilidad, incomodidad o incapacidad. Eso es a lo que te sometes ahora. No te sometes a la idea de “enfermedad”. Permita que el sufrimiento te empuje hacia el momento presente, hacia un estado de intensa presencia consciente. Úsalo para la iluminación.

La entrega no transforma lo que es, al menos no directamente. La entrega nos transforma a nosotros. Cuando nos transformamos, todo nuestro mundo se transforma, porque el mundo es sólo un reflejo. Te gustará lo que ves, y tendrías que estar loco para atacar a la imagen del espejo. Eso es precisamente lo que  hacemos cuando estamos en un estado de no aceptación. Y, por supuesto, si  atacamos a la imagen, ella  nos devolverá el ataque. Si  aceptamos  la imagen, no importa lo que sea, si somos amistosos con ella, no puede no ser amistosa con nosotros. Así es como podemos cambiar el mundo.

Por tanto, la enfermedad no es el problema. Nosotros somos el problema, mientras la mente egoísta tenga el control. Cuando estemos enfermos o incapacitados, no debemos sentirnos  fracasados, no te sientas culpable. No culpes a la vida por tratarte injustamente, pero tampoco te culpe a tí mismo/a. Todo eso es resistencia. Si  tienes una enfermedad grave, úsala para la iluminación. Cualquier cosa “mala” que ocurra en tu vida, úsala para la iluminación. Borra el tiempo de la enfermedad. No le des pasado ni futuro. Haz que ella te obligue a tener una conciencia intensa del momento presente, y verás lo que pasa.


Te convertirás en un alquimista. Transmuta el simple y bajo metal en oro, el sufrimiento en conciencia, el desastre en iluminación. ¿Estás gravemente enfermo y enfadado por lo que acabo de decir? Entonces es un signo claro de que la enfermedad se ha vuelto parte de tu sentido de tí mismo y de que estás protegiendo ahora tu identidad, así como a la enfermedad. La condición clasificada como “enfermedad” no tiene nada que ver con quien eres verdaderamente.

Eckhart Tolle

COMPARTE ESTE ARTÍCULO CON LA GENTE QUE AMAS

SÍGUENOS EN FACEBOOK