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lunes, 11 de diciembre de 2017

¿Cómo crear un mundo emocional favorable para recuperar el peso?


Nuestro mundo emocional influye poderosamente en nuestro cuerpo, el cual es como una esponja que absorbe y transforma la energía que emiten las emociones en estados de salud, rasgos y posturas corporales. 


Aunque no nos demos cuenta, cada una de nuestras células está absorbiendo energía constantemente de nuestro universo emocional. Según sea la energía de las emociones, así será que nuestro cuerpo se sentirá y se verá de una manera u otra. 

Si observamos nuestro cuerpo, si observamos cómo nos sentimos y lucimos, podremos saber como es nuestro  mundo emocional. Si tu cuerpo se siente dolorido, cansado, decaído, o lo ves poco energético, jovial o esbelto, obeso o muy delgado, etc., es que sin duda hay emociones mezcladas que alimentan dicha condición.
 

EL MENSAJE EMOCIONAL DEL SOBREPESO

Cuando una persona se siente insegura o amenazada por algo, entonces empieza a generar una necesidad de protección, la persona siente que debe de estar a la defensiva, que tiene que esconderse o protegerse. Es muy interesante observar como el cuerpo entiende este mensaje, y se empieza a adaptar ante dichos mensajes, en este caso, haciendo capas de grasa alrededor del cuerpo. 

En algunas personas, estas resistencias o inseguridades pueden derivar en un cuerpo muy rígido y no precisamente con sobrepeso, sin embargo, la diferencia entre aquellas de cuerpo rígido y aquellas con sobrepeso podría ser la hipersensibilidad, en el sobrepeso o la gordura, la persona tiende a sobrereaccionar ante las cosas que le acontecen.

LA IRA Y EL SOBREPESO


La ira acumulada también puede generar sobrepeso. Es el resultado de la inseguridad, no se expresa porque hay miedo a alguna reacción que no se desea, o simplemente se expresa pero se siente que no es comprendida, lo cual ocasiona resentimiento o resistencia a perdonar. Cuando el enojo no es expresado o comprendido, la persona está en una constante actitud defensiva, se quiere proteger, y el cuerpo convierte esta sensación de defensa en una armadura de grasa.

¿Cómo podemos crear un mundo emocional favorable para recuperar el peso?

Para llegar a comprender el mundo emocional, es necesario que primero tomemos en cuenta que lo que sentimos no está mal ni bien, que todo lo que sentimos es una forma de adaptarnos a lo que nos sucede bajo nuestros mejores recursos y conocimientos. Si consideramos que lo que sentimos está mal, entonces será difícil que podamos hacer algo, pues estaremos rechazando una parte importante de nosotros/as, que son nuestras emociones.

Una de las causas principales de la ira es estar esperando que algo o alguien se comporte a como nosotros queremos o esperamos. En el fondo, la ira no es sino una especie de egoísmo, por creer que el otro debe de hacer, decir o pensar determinadas cosas. Si constantemente estamos esperando, poniendo expectativas en los otros  para que sean como queremos, entonces nos sentiremos muy inseguros.

DIETA EMOCIONAL


De la misma forma que cualquier dieta alimenticia, la dieta emocional consiste en desechar primero aquello que no sirve, en este caso, se necesita una depuración emocional. Así pues, lo primero que debemos  hacer es liberarnos de todos esos pensamientos “tóxicos” que provocan que nos mantengamos en una postura de víctima o de inseguridad. 

La fórmula a tomar es que cada vez que te sientas agredido por algo o alguien, o que recuerdes algo del pasado que te hizo sentir muy enfadado, es necesario que empieces a dejar pasar las agresiones y a no tomarlas como personal, empezar a reconocer que ninguna persona tiene que hacer o decirte lo que tu esperas o quieres, que nadie es responsable de tu felicidad, eso te corresponde a ti. 

Por tanto, dejar pasar significa que le empiezas a quitar el poder de tu realización a los demás, y lo empiezas a retomar tú. Así que si te sientes muy enfadado/a por algo y no lo puedes expresar o te sientes incomprendido, dite a ti mismo: “Estoy dispuesto a madurar y a construir con responsabilidad la vida que yo quiero”.

Los pensamientos que debes de empezar a “tomar” cada día y cada vez que te acuerdes, son aquellos que te empujen  a darte seguridad y confianza a ti mismo/a. Por lo tanto, tendrás que evitar “pensamientos basura”, como la crítica a ti mismo/a o la auto exigencia severa, los cuales sólo te hacen sentir inseguridad. 

Rodéate por pensamientos que te den seguridad y nutran tu corazón con fuerza y seguridad, esto hará que poco a poco empieces a ahondar más en aquellas cosas que te hacen sentir muy vulnerable e inseguro, y poco a poco empieces a sacarlas de tu vida con una nueva comprensión.

Si empiezas a trabajar en la seguridad de tu persona, y te empiezas a hacer responsable 100% por lo que sientes, el sobrepeso no podrá abordarte más.

Aunque te parezca muy poco razonable, todo esto tiene que ver con el sobrepeso. Y si combinas una buena dieta alimenticia con ejercicio y esta dieta emocional, verás que poco a poco  la grasa extra empieza a desaparecer y, sobre todo, ya no vuelves a recuperarla, pues si logras erradicar la causa energética, el peso extra no puede tener lugar. 

¿Has visto personas que comen de todo y nunca engordan? Es porque no tienen una causa energética que les haga estar propensas a la gordura. ¿Te animas a probarla? 

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domingo, 3 de julio de 2016

Maneras de eliminar el estrés permanente

La Organización  Mundial de la Salud ha catalogado el estrés como un problema de salud pública a nivel mundial, produciendo un sinfín de enfermedades, las más comunes como infarto, cáncer, neurosis, HTA, gastritis, problemas hormonales, problemas cardíacos, problemas dermatológicos como la psoriasis, úlceras digestivas, migrañas, problemas inmunológicos y más, en otras funciona como agravantes como es el caso de la diabetes mellitas, estreñimiento, problemas renales, descontrol hormonal, alteración del periodo menstrual, disfunción eréctil, problemas inmunológicos y una larga lista de patologías.

¿CÓMO PODEMOS GESTIONAR EL ESTRÉS?
Dejando de lado la raíz principal del problema como es el manejo adecuado de las emociones; es importante adquirir una autodisciplina.  Entrenarnos en la observación y la comprensión de nosotros mismos nos permitirá manejar eficazmente la ansiedad y angustia y mejorar considerablemente nuestra calidad de vida.



Debemos comprender que el estrés no siempre es negativo, aparte de prepararnos para la lucha o la huida, en la vida cotidiana un poco de estrés nos dispone para la acción (llegar a tiempo a una cita, estudiar para un examen, estar preparados para situaciones difíciles y para dar lo mejor de nosotros en otras).

No obstante, es cierto que cada vez llevamos una vida más ajetreada y que son muchas las personas que padecen de estrés crónico. 
El estrés podemos prevenirlo, ahora bien, es preciso realizar una terapia integral con todas las técnicas, o la mayoría de ellas, para que el efecto sea más rápido y eficaz. No existe por el momento una medicina que nos sirva para reducir el estrés permanente, ni natural ni química. 
Ofrecemos a continuación cuatro consejos para prevenir y/o eliminar  el estrés:

Maneras de Eliminar el Estrés Permanente

1. HACER DEPORTE CON REGULARIDAD





Así es. Muchas personas creen que para eliminar el estrés tienen que dormir una semana seguida y eso no es así. En realidad, una de las mejores formas que tenemos a disposición para quitarnos el exceso de estrés es haciendo ejercicio. Sí, ya sabemos que no tendrás muchas ganas de ponerte a andar en bicicleta, apuntarte a un gimnasio o trotar en el parque, pero es justo y necesario.
Con el ejercicio te cansarás más, pero también liberarás endorfinas, la llamada “hormona de la felicidad”. Además, como vas a estar agotado/a por la actividad física, por las noches dormirás plácidamente, dejando de lado el insomnio. No importa qué disciplina elijas, puede ser una moderada (andar, nadar…) o una de alto rendimiento. Verás que al regresar a casa después de una clase o sesión de ejercicio te sentirás más renovado.

2. REIR CUANTO MÁS MEJOR




Otra vez tenemos que nombrar a la hormona de la felicidad. Al reír a carcajadas (no vale solo una sonrisa de compromiso), te sentirás mucho mejor y podrás disfrutar de muchos beneficios como un mejor ritmo cardíaco, mayor irrigación sanguínea, función pulmonar, etc.
Tu piel también empezará a lucir más luminosa, renovarás energías y te sentirás como nuevo. Prueba a ver una película divertida, escuchar chistes con los amigos o jugar a las cosquillas con tus hijos. El estrés empezará a reducirse como por arte de magia.

3. ALIMENTACIÓN SALUDABLE

Se dice que “somos lo que comemos”. Los alimentos con harina blanca, los edulcorantes artificiales, la comida rápida, los refrescos, los dulces y los fritos no ayudan para nada a mejorar la situación. Deberíamos evitar toda esta comida que hemos nombrado y, en lo posible, eliminarla de la dieta diaria.


Elige las frutas en lugar de los postres muy azucarados y los vegetales antes que las hamburguesas o las pizzas. Prefiere el agua antes que los refrescos, las infusiones de hierbas al café y los cereales integrales mejor que los refinados. A su vez, está comprobado que consumir semillas de quinoa, trigo y mijo nos ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, algo que también puede desequilibrar el estrés.
Los alimentos refinados, procesados y precocinados pueden causar problemas como: Inflamación, sobrepeso, colesterol, problemas cardíacos, acné, presión arterial elevada, retención de líquidos.

4. DESCONECTAR DE LAS TECNOLOGÍAS




No podemos estar “enchufados” las 24 horas del día, ni tampoco sobreestimulados con todos los dispositivos que nos rodean. No hace falta irse a una isla desierta durante un año para desconectarse.
Podemos, por ejemplo, dejar el móvil en otra habitación mientras comemos o dormimos, no mirar televisión antes de dormir, evitar el uso de los videojuegos o del ordenador un rato antes de ir a la cama, no usar Internet cuando estamos de vacaciones y dejar los problemas laborales en la oficina.
Tómate el tiempo que precisas para hacer lo que te gusta y motiva como leer, hacer deporte, jugar con tus hijos, una cena con los amigos, ir al cine o al campo a disfrutar y llenarte de la energía  de la naturaleza.



martes, 15 de marzo de 2016

Como identificar una depresión


La palabra depresión es una de las más utilizadas en la actualidad en cuanto a estados de ánimo se refiere. Desde la situación sanitaria actual, la pérdida de un ser querido hasta lo que se conoce como mal de amores, todos estamos expuestos a caer en un estado emocional que nos impide disfrutar de aquellas actividades que antes encontrábamos placenteras hasta ese momento.
No todas las personas que se encuentran depresivas son conscientes de ello. A veces se limitan a comentarios como: "Últimamente estoy algo decaído", "Esto que me ha ocurrido me ha desanimado bastante"...




Aunque las depresiones nos pueden afectar a todos/as, existen personas con una predisposición especial a estar abatidas ante los problemas con los que se pueden enfrentar en su vida. 
Los síntomas característicos de una depresión son: 

  • cambios de humor constantes
  • abatimiento general
  • pérdida de vitalidad
  • ligero cansancio
  • trastorno del sueño
  • sensación de angustia
Todos estos síntomas tambien pueden aparecer a cualquier edad y en todo ámbito social y profesional. Sin embargo, padecer algunos síntomas depresivos circunstancialmente es muy normal; pero si la situación se prolonga en el tiempo y no se recupera el estado de ánimo normal hay que empezar a preocuparse y pensar en alguna solución o alternativa posible.

Si los síntomas se prolongan más de dos semanas y son determinantes en el normal desenvolvimiento de la vida cotidiana de la persona, es preciso recurrir a ayuda externa y acudir al médico.
A continuación os facilitamos algunos preguntas que pueden permitir identificar un estado depresivo:
  1. ¿ Has notado una falta o disminución del apetito?
  2. ¿ Se ha reducido tu actividad sexual o tu capacidad de excitación?
  3. ¿ Padeces trastornos del sueño bien sea en forma de insomnio o con un sueño excesivo?
  4. ¿Tienes sensación de fatiga y lentitud de movimientos?
  5. ¿ Notas que te cuesta hablar incluso como si tu pensamiento se hubiese enlentecido?
  6. ¿ Piensas que no eres una persona competente y que nada te saldrá bien en el futuro?
  7. ¿ Te cuesta concentrarte y notas que tardas más en hacer tareas complejas?
  8. ¿Consideras que tú eres el /la culpable de todo lo que te está ocurriendo?
  9. ¿Notas una cierta ansiedad generalizada que te lleva a sentir incertidumbre por el futuro?
  10. ¿ Padeces molestias somáticas como estreñimiento, diarrea, dolores de cabeza, dolor de espalda, ardor de estómago o molestias en las cervicales?
  11. ¿ Te comentan tus allegados que adoptas posturas y expresiones desangeladas y tristonas típicas de personas depresivas?
Estas son sólo unas preguntas indicadoras para reconocer una depresión. No se trata de un examen completo, pero pueden serte útiles para valorar tu estado emocional y animarte a acudir a un psicólogo para tratar una posible depresión.

A continuación, estos consejos te pueden resultar útiles: 
  • Piensa que toda persona atraviesa, de vez en cuando, por alguna fase depresiva. Esto es muy normal. Concédete un poco de tiempo y, en paz y tranquilidad, recapacita sobre tu forma de vida actual; quizás haya llegado la hora de suprimir ese estrés negativo que tanto te perjudica y establecer otras metas más asequibles.
  • Evita en lo posible las situaciones que sabes que te deprimen. Practica con regularidad algún tipo de deporte o actividad física, especialmente en vacaciones. La actividad y la exposición moderada a los rayos solares favorecen la formación de sustancias transmisoras, proporcionando una agradable sensación de bienestar y salud.
  • Cuida tus amistades y manten relaciones sociales. Las personas con un amplio círculo de amigos tardan mucho más en caer en el temido "agujero negro" que las personas solitarias.
  • Practica alguna afición. Ve al cine, al teatro, a escuchar un concierto, haz una excursión o acude a alguna fiesta. Son recursos muy eficazes para no caer en la tristeza y depresión.
  • Cuando estés deprimid@, procura ocupar la mente con otras cosas. Intenta no caer en la tentación de darle vueltas constantemente al hecho qué te produjo la depresión
  • No te dejes llevar por el desánimo. Debes intentar a toda costa mantener tu ritmo de actividad, para no entrar en un círculo vicioso: "No hago nada porque estoy deprimido/a y estoy deprimido/a porque no hago nada"


  • No siempre es positivo cambiar el objeto perdido con otro nuevo, ya que a veces el nuevo sólo nos lleva a comparar y recordarte al antiguo constantemente.
  • Evita a toda consta la autocompasión pues no conduce a nada bueno. Solamente te ancla a la depresión y te hace sentir peor de lo que estás.
  • Si los síntomas típicos de la enfermedad se prolongan en el tiempo y la tristeza y melancolía te invaden, acude a un profesional. también ayuda a las personas depresivas que conozcas a recurrir a un especialista.
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Publicado por: Luz Plena, Educadora Social

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