A través de la meditación la mente se
libera del estrés, se vuelve serena. La meditación supone para la mente un
descanso profundo si tenemos en cuenta que veinte minutos de meditación
profunda equivalen a unas tres horas de
sueño.
Las personas que meditan de manera habitual mejoran su salud, evitan la presión arterial alta y consiguen reducir todo lo causado por la ansiedad y el estrés del frenesí cotidiano. La mente se aclara y se desarrolla la intuición. Los posibles problemas o influencias negativas debido a la ubicación de los planetas se reducen y se alcanza la paz mental, la felicidad y muchos otros beneficios.
Para los que no tienen práctica o no
tienen una técnica correcta, al principio puede ser aburrido meditar, pero esto
no es así. Al meditar regularmente y avanzar paso a paso, la meditación te
empieza a gustar y te produce un verdadero placer. La meditación es descansar
en tu Ser, supone viajar dentro de ti y transformarte en observador en lugar de ser parte de la
escena.
El líder humanitario y embajador de
la paz Sri Sri Ravi Shankar, recomienda meditar únicamente 20 minutos. No hay
necesidad de meditar más tiempo, ya que es como tomar un baño, una vez bañado y
purificado estás listo/a para todo el día. Sólo 20 minutos son necesarios para
limpiar tu mente. Una vez que ya está serena, ya no hace falta volver a “lavarla”
hasta el día siguiente.
Muchos creen que meditar es
concentrarse y visualizar, pero no es correcto. La concentración no es
meditación, sino desconcentración, significa dejar ir los pensamientos. La meditación
calma la mente y es agradable. La concentración es el resultado de la
meditación, ya que después de meditar hay mayor capacidad de foco, de
retención, de absorción y uno siente la mente más ecuánime.
¿Qué es ecuanimidad? Es el equilibrio
de los hemisferios cerebrales. El cerebro tiene dos hemisferios: el izquierdo
que corresponde a la lógica, cálculo, matemática, intelecto, y el derecho, que
se utiliza para otras habilidades como el arte, la música, el baile, la
intuición. Ambos son necesarios para completarnos. Si sólo se desarrolla el
derecho, el cerebro no funcionaría apropiadamente. Tampoco si sólo tenemos una
mente matemática y lógica, ya que no habría sentimientos y perderíamos la
afectividad o los aspectos más sutiles
de la vida. Fuimos dotados de la capacidad de utilizar ambos hemisferios y esto
se mejora con la práctica de la meditación.
La meditación te otorga silencio
mental y equilibrio. Normalmente hacemos silencio sólo durante el luto o el
dolor, pero no lo perduramos en el tiempo ni en ninguna etapa más de nuestra
rutina diaria. Hay otro silencio diferente, interno y alegre. Cuando la mente
se silencia, se experimenta verdadera
Paz interior.
Muchos se preguntan cómo combinar
esto con la ajetreada vida cotidiana,
que implica pagar facturas, trabajar duro y otras cosas mundanas que no parecen
ir con la meditación. Pero el maestro Sri Sri dice que es al contrario, gracias
a la meditación, podemos hacer las
actividades mundanas con serenidad.
Tomamos un baño en la mañana para limpiar
el cuerpo y después hacemos vida normal
durante el día. De la misma manera, podemos meditar y calmar nuestra mente y
luego te ocuparnos del devenir diario con serenidad.
Si tiras una piedra en un charco, el
charco salpica. Si tiras un árbol en un lago, el lago sólo hace ondas. Pero si
tiramos toda la cordillera de los Andes en el Océano Pacífico, el océano ni se
inmuta. Cuando te serenes como las aguas profundas, la circunstancia ni te
inmutará. Esto es lo que nos da la meditación.