¿Quién no se ha sentido
alguna vez obsesionado por algo? Unos por un amor no
correspondido, algunos por encontrar trabajo o ganar más dinero, otros por
enfermedades, por celos... Sea cual sea nuestra obsesión, lo cierto es que los
pensamientos obsesivos resultan particularmente desagradables debido a la angustia
que nos pueden llegar a generar. A continuación explicaremos algunas técnicas sencillas para combatir esos pensamientos obsesivos
no deseados.
La obsesión podríamos definirla como una idea incontrolable que se instala en el individuo y que genera miedo y ansiedad. Esta puede llegar a generar un problema considerable cuando alcanza un grado de gravedad importante llegando a bloquear la cotidianeidad de la persona e incluso su desarrollo personal y social.
El principal problema de
las obsesiones, es que generan una ansiedad y como consecuencia de esto se
produce miedo. Por ejemplo, la persona que es hipocondríaca tendrá pensamientos
obsesivos por caer enfermo y ello le produce una gran angustia; las personas
que están obsesionadas con el dinero viven con un permanente miedo a ver su
cuenta corriente en bancarrota etc. Todo ello genera una indefensión e
incertidumbre en la persona que lo sufre, hasta el punto de ver imposibilitado
el desarrollo de su vida diaria.
Generalmente el obsesivo
es conocedor de que sus pensamientos son irreales pero no puede evitar el miedo
que le produce y acaba por sufrir un estado de depresión.
¿CÓMO SE PUEDE COMBATIR
ESTOS PENSAMIENTOS OBSESIVOS?
Uno de los métodos más
utilizados en psicología es desarrollar una habilidad que permita a la persona
que lo sufre, bloquear o detener el pensamiento no deseado y sustituirlo por
otros pensamientos positivos que le generen un buen estado ánimo.
Esta técnica lo que
pretende es "distraer" la idea obsesiva reduciendo su reaparición y
así, introducir pensamientos positivos para que estos vayan asentándose cada
vez más en la mente.
Lo que debemos de hacer
en un primer momento es identificar el pensamiento que nos atormenta una y otra
vez. Una vez que lo tenemos localizado decimos:
"Este pensamiento me
molesta muchísimo, me hace sentir mal e impide que realice actividades
perdiendo momentos importantes del día. Quiero deshacerme de él. Me complica la
vida".
Esta
afirmación nos ayudará a ser más consciente de ello y de
querer expulsar con firmeza esos pensamientos de nuestra cabeza.
Una vez mentalizados de
nuestro propósito, es inevitable que los malos pensamientos van a llegar, pues
estos lo hacen de manera automática y prácticamente nos damos cuenta cuando ya
sentimos la ansiedad. Así pues una vez que se hayan presentado debemos
entretenernos; es decir, puedes coger un reloj y sentarte en un sitio tranquilo
donde no te molesten. Cuando notes que tu nivel de ansiedad sube, pones el
reloj y cuando hayan pasado dos minutos dices: ¡Basta!
o te levantas del asiento. Entonces comienzas a pensar en cosas
neutras ( cuentas en voz alta, cantas una canción...) durante treinta
segundos. Si antes de que finalicen los treinta segundos vuelve el pensamiento,
recurre de nuevo a ¡Basta! y
reinicia el proceso.
Utiliza afirmaciones del
tipo: "Respira
profundamente", "El miedo es algo natural, viene, pero puedes
controlarlo"...
Piensa que las
afirmaciones correctas no niegan que hay un problema y un miedo, pero sí
refuerzan la idea de que puedes enfrentarte a ese problema. Dilas siempre en
segunda persona (puedes, en vez de puedo) porque sitúas
el problema fuera de ti mism@ y da más sensación de control.
De esta manera poco a
poco conseguirás dominar esos pensamientos. Día a día con esta técnica se irá
reforzando tu control. Llegará un momento que con sólo decir un: ¡Basta! en
un murmullo o un movimiento de los labios en cualquier sitio o situación de
manera discreta, lo habrás conseguido!! La lógica habrá vencido a los
pensamientos negativos.
No olvides que estas
técnicas necesitan una continuidad en el tiempo. No quieras obtener resultados
en el momento. Es normal que surja algún contratiempo. No te desanimes y vuelve
a intentarlo.
Evidentemente como ya he
mencionado, existen diferentes grados de gravedad de la obsesión, pudiendo
llegar a causar trastornos psicológicos importantes; en ese caso. no dudes en
recurrir a un profesional.