La Organización Mundial de la Salud ha catalogado el estrés
como un problema de salud pública a nivel mundial, produciendo un sinfín de
enfermedades, las más comunes como infarto, cáncer, neurosis, HTA, gastritis,
problemas hormonales, problemas cardíacos, problemas dermatológicos como la
psoriasis, úlceras digestivas, migrañas, problemas inmunológicos y más, en
otras funciona como agravantes como es el caso de la diabetes mellitas,
estreñimiento, problemas renales, descontrol hormonal, alteración del periodo
menstrual, disfunción eréctil, problemas inmunológicos y una larga lista de
patologías.
¿CÓMO PODEMOS GESTIONAR EL ESTRÉS?
Dejando de lado la raíz principal del
problema como es el manejo adecuado de las emociones; es importante adquirir una
autodisciplina. Entrenarnos en la observación y la
comprensión de nosotros mismos nos permitirá manejar eficazmente la ansiedad y angustia y mejorar considerablemente nuestra calidad de vida.
Debemos comprender que el estrés no siempre es negativo, aparte de prepararnos para la lucha o la huida, en la vida
cotidiana un poco de estrés nos dispone para la acción (llegar a tiempo a una
cita, estudiar para un examen, estar preparados para situaciones difíciles y
para dar lo mejor de nosotros en otras).
No obstante, es cierto que cada vez llevamos una vida más ajetreada y que son muchas las personas que padecen de estrés crónico.
El estrés podemos prevenirlo, ahora
bien, es preciso realizar una terapia integral con todas las técnicas, o la
mayoría de ellas, para que el efecto sea más rápido y eficaz. No existe por el
momento una medicina que nos sirva para reducir el estrés permanente, ni
natural ni química.
Ofrecemos a continuación cuatro consejos para prevenir y/o eliminar el estrés:
Maneras de Eliminar el Estrés Permanente
1. HACER DEPORTE CON REGULARIDAD
Así es. Muchas personas creen que
para eliminar el estrés tienen que dormir una semana seguida y eso no es así.
En realidad, una de las mejores formas que tenemos a disposición para quitarnos
el exceso de estrés es haciendo ejercicio. Sí, ya sabemos que no tendrás muchas
ganas de ponerte a andar en bicicleta, apuntarte a un gimnasio o trotar en el
parque, pero es justo y necesario.
Con el ejercicio te cansarás más,
pero también liberarás endorfinas, la llamada “hormona de la felicidad”. Además,
como vas a estar agotado/a por la actividad física, por las noches dormirás
plácidamente, dejando de lado el insomnio. No importa qué disciplina elijas,
puede ser una moderada (andar, nadar…) o una de alto rendimiento. Verás que al
regresar a casa después de una clase o sesión de ejercicio te sentirás más
renovado.
2. REIR CUANTO MÁS MEJOR
Otra vez tenemos que nombrar a la
hormona de la felicidad. Al reír a carcajadas (no vale solo una sonrisa de
compromiso), te sentirás mucho mejor y podrás disfrutar de muchos beneficios como
un mejor ritmo cardíaco, mayor irrigación sanguínea, función pulmonar, etc.
Tu piel también empezará a lucir más
luminosa, renovarás energías y te sentirás como nuevo. Prueba a ver una
película divertida, escuchar chistes con los amigos o jugar a las cosquillas
con tus hijos. El estrés empezará a reducirse como por arte de magia.
3. ALIMENTACIÓN SALUDABLE
Se dice que “somos lo que comemos”. Los alimentos con harina blanca, los
edulcorantes artificiales, la comida rápida, los refrescos, los dulces y los
fritos no ayudan para nada a mejorar la situación. Deberíamos evitar toda esta comida
que hemos nombrado y, en lo posible, eliminarla de la dieta diaria.
Elige las frutas en lugar de los
postres muy azucarados y los vegetales antes que las hamburguesas o las pizzas.
Prefiere el agua antes que los refrescos, las infusiones de hierbas al café y
los cereales integrales mejor que los refinados. A su vez, está comprobado que
consumir semillas de quinoa, trigo y mijo nos ayuda a mantener estables los
niveles de azúcar en sangre, algo que también puede desequilibrar el estrés.
Los alimentos refinados, procesados y
precocinados pueden causar problemas como: Inflamación, sobrepeso, colesterol, problemas
cardíacos, acné, presión arterial elevada, retención de líquidos.
4. DESCONECTAR DE LAS TECNOLOGÍAS
No podemos estar “enchufados” las 24
horas del día, ni tampoco sobreestimulados con todos los dispositivos que nos
rodean. No hace falta irse a una isla desierta durante un año para
desconectarse.
Podemos, por ejemplo, dejar el móvil
en otra habitación mientras comemos o dormimos, no mirar televisión antes de
dormir, evitar el uso de los videojuegos o del ordenador un rato antes de ir a
la cama, no usar Internet cuando estamos de vacaciones y dejar los problemas
laborales en la oficina.
Tómate el tiempo que precisas para
hacer lo que te gusta y motiva como leer, hacer deporte, jugar con tus hijos,
una cena con los amigos, ir al cine o al campo a disfrutar y llenarte de la
energía de la naturaleza.