miércoles, 29 de agosto de 2018

Todos tenemos una realidad mágica en nuestra existencia

Un antiguo proverbio zen dice: «Cuando el alumno esté preparado aparecerá el maestro». Cuando estemos realmente decididos en nuestra mente a experimentar la realidad mágica y a vivir todos y cada uno de nuestros días con un propósito, se nos mostrará el modo de lograrlo. Examinemos las cuatro palabras clave de este proverbio zen:





  • ALUMNO: Sé un alumno. Permanece abierto y dispuesto a aprender de todos y cada uno. Ser alumno significa tener espacio interior para un nuevo saber. Cuando estás verde creces y cuando estás maduro te pudres. Permaneciendo verde, evitarás la maldición que representa ser un experto. Cuando sepas de corazón que cada persona que encuentras en la vida tiene algo que enseñarte, podrás aprovechar al máximo lo que ésta te ofrezca. La capacidad de crear realidad mágica supone en primer lugar el ser un alumno de la vida.

  • PREPARADO: Sé un alumno dispuesto. Tu nivel de preparación para crecer y convertirte en tu propio hacedor de milagros no es más que un estado mental. Como alumno, sabes que todos y todo pueden de algún modo ser tus maestros. Como alumno dispuesto, ansías lo que todos y todo pueden ofrecerte. El «giro equivocado» que te lleva a un lugar nuevo e inesperado es una oportunidad para crecer. Cuando eres un alumno preparado, el extraño que te habla de cómo superó su adicción hace años se convierte en un guía que se te envía para ayudarte a hacer frente a tu propia adicción personal. Cuando estuve preparado, preparado de verdad, para dejar atrás el alcohol, se me apareció el maestro en una meditación con estas palabras: «No necesitas mirar más. Preparado significa dispuesto. Disposición genuina y auténtica. Cuando estés así dispuesto, descubrirás a tu propio maestro personal. 

  • MAESTRO: El maestro está en todas partes. La ayuda que necesitas te será facilitada por el universo en cuanto conviertas tu preparación en disposición. En cuanto estés dispuesto, encontrarás maestros en cada rincón de tu vida. El maestro puede muy bien ser un alma experimentada dispuesta a ayudarte y guiarte hacia los milagros que buscas. Puedes interpretar la aparición de esa persona en tu vida ahora, en el momento mismo en que estás preparado, como un accidente o una ruptura divina por tu parte. Pero, de un modo u otro, ese alma sabia ha estado siempre a tu disposición. Es tu disposición la que hace que el maestro pueda ayudarte. Los maestros aparecen bajo diversas formas. El tuyo puede ser un CD que alguien ha dejado «por accidente» en tu coche y que tú, «por accidente», pones en el momento preciso. Es posible que la semana pasada la hubieras oído durante dos minutos y hubieses rechazado su contenido; ahora, tu disposición permite su presencia como maestro. Tu maestro puede también ser un libro o un artículo que te haya recomendado un amigo; o tal vez tu asistencia imprevista a una conferencia. El maestro puede ser un niño que te coge de la mano y te hace una pregunta en la que tú no habías pensado hasta ese momento, y la respuesta que le das al niño es la respuesta que te das a ti mismo. Tu maestro puede ser invisible y aparecer en forma de un pensamiento que viene a tu mente en un momento tranquilo, de contemplación, y te anima a seguir una dirección determinada. Cuando tú, el alumno, estés preparado y dispuesto, el maestro aparecerá. Sólo tienes que echar un vistazo al rededor, mirar con ojos nuevos y preguntarte en silencio: "¿Quién es mi maestro?".



  • APARECERÁ:  El maestro hace su aparición en todo y en todos  cuantos lugares te encuentras. No existen en realidad los accidentes. El universo tiene un propósito. Si el maestro estaba allí y tú lo has pasado por alto, ello formaba parte de la perfección en ese momento en concreto. El maestro estaba allí antes que tú, pero no estaba allí para ti. Aquello era entonces y esto es ahora. Hoy, cuando estás dando un propósito a tu vida y adquiriendo la capacidad de hacer aparecer milagros en tu vida, reconocerás al maestro. Cuando te hagas la pregunta «¿De qué manera va a aparecer el maestro?», medita  sobre este pequeño trabalenguas  de James Broughton y tendrás la respuesta: 
Esto es Ello 
y yo soy Ello 
y tú eres Ello 
y así es 
y él es Ello 
y ella es Ello 
y ello es Ello 
y eso es 




¡Eso es! La aparición del maestro está en todas partes y, sin él, te verás andando a  tientas. 
Es cierto que ningún ser humano es una isla. Estamos todos relacionados y todos  aprendemos y crecemos juntos en este viaje. En tu preparación para hacer milagros y  para la realidad mágica, contarás con toda la ayuda que necesites. 



Hay un reino de existencia humana que trasciende lo que hemos  llegado a considerar como normal o posible. Es una "realidad  mágica". Una vez te sientas auténticamente abierto a vivir tu propio propósito aquí y  estés abierto/a a  cualquier ayuda divina que puedas requerir siendo un  alumno/a  dispuesto/a, estarás en disposición de creer en tu capacidad para convertirte en  tu propio hacedor de milagros.