Ámate
mujer. Te harás compañía por el resto de tu vida; conócete,
descúbrete, acéptate, valórate y admírate. Aprende a reírte de
ti misma! Mira en el espejo la mujer que eres, no la que sólo existe
ante los ojos de quienes no reconocen tu gran valía.
Si
tienes que elegir, elígete siempre, no como un acto de egoísmo,
sino como un acto de valentía y amor propio pues sólo quien se ama
a sí mismo es capaz de amar a los demás.
Crea
límites sanos, di “no” cuando quieras, eleva tu voz aunque
tiembles por completo; eres más fuerte de lo que crees. No eres una
princesa en un mundo color rosa, eres una guerrera en un mundo de
matices.
Lucha
por aquello que quieres en tu vida y saca de ella todo lo que atente
contra tu dignidad y paz. No permitas que ninguna persona o situación
te etiquete o defina; eres quien eres y punto. Bueno, de hecho eres
mucho más, eres la mujer que puedes llegar a ser, tu mejor versión,
la mujer que Dios creó para su gloria y por amor.
Estás
en un constante crecimiento, eres poseedora de hermosos dones y
virtudes, algunos de ellos aún por ser despertados. Asume cada
amanecer como una nueva oportunidad para crecer.
No
cargues pesos innecesarios, no lleves sobre tus hombros cargas que no
te pertenecen, aprende a identificar tus cruces. Elimina ya de tu
vida todo lo que te hunde, lo que te arrastra, lo que te lleva al
abismo.
Eres
dueña de ti. No eres un objeto. No eres las palabras que te han
herido ni los golpes que te han propinado. No eres tu pasado ni tus
errores. No eres un fracaso. No eres nada que te haga sentir
inferior. Corta desde ahora y para siempre con todo lo que te
provoque tristeza, dependencia e infelicidad.
Deja
atrás las culpas, los arrepentimientos y los temores porque ellos no
te permiten abrazar, respetar y disfrutar tu esencia.
Recuerda:
elígete siempre, quédate contigo; te harás compañía el resto de
tu vida...
Via: Selena Mota
