lunes, 7 de septiembre de 2020

Sentirse solos rodeados de afecto

¿Quién no ha experimentado  en algún momento de su vida un sentimiento de soledad de diferencia y de no pertenencia?


Cuando este sentimiento aparece tras  el cierre de una relación amorosa o de un duelo es algo fisiológico, pero cuando está arraigado en nuestra vida cotidiana y persiste a lo largo del tiempo, tiene un origen que se encuentra en una vivencia problemática o en una infancia difícil.


En este contexto, no es raro sentirse solo incluso cuando estamos rodeados de afecto: en la familia, en pareja o con amigos. 

Se puede experimentar un fuerte sentido de no pertenencia cuando aparentemente se cohabita en una familia unida.




El psiquiatra Brian Weiss, describe la sensación de soledad como:


"Una señal de alarma importante y dolorosa en nuestras relaciones: esta sensación nos advierte que algo va mal, que de nuestras relaciones no recibimos los recursos que necesitamos para nuestro bienestar general y para nuestra buena adaptación".


Este sentimiento de soledad y tristeza parece estar ligado a un aspecto interior que no se puede separar de la experiencia personal.


Hay personas que con los mismos amigos o el mismo estatus laboral, se sienten más solas que otras. Para algunas, una caricia de la pareja es suficiente para sentirse satisfecho y completo mientras otras personas buscan constantemente atención y prueba de amor.


El sentimiento de soledad también ha sido muy estudiado por otros autores. Según el psiquiatra Carl Gustav Jung:

 

"La soledad no se deriva de no tener a nadie alrededor sino de la incapacidad de comunicar las cosas que nos parecen importantes o de dar valor a ciertos pensamientos que otros consideran inadmisibles".


Está claro que es una necesidad humana fundamental el que todos queremos ser aceptados y establecer vínculos con nuestros iguales. 


Sin embargo, hay quienes, debido a una experiencia difícil, tienen dificultad para establecer vínculos basados en necesidades auténticas porque al relacionarse todavía intentan satisfacer necesidades ancestrales insatisfechas y vinculadas a un pasado muy lejano.


¿Cuales son estas necesidades? La soledad de quienes, de niños, no recibieron validación y amor.


Son sentimientos de soledad que pueden acompañarte en tu día a día, que quizás se agudizan en momentos señalados y especiales (tu cumpleaños, en navidad o en la oscuridad y soledad de la noche). 


Puede derivar de necesidades de cuidado y relaciones que no fueron satisfechas durante la niñez. Estas carencias con el tiempo, cristalizaron en la mente y crearon necesidades insatisfechas de cuidado y pertenencia.


Son necesidades insatisfactorias porque ahora son parte del pasado, solo podrían satisfacerse si tuviéramos una máquina del tiempo para transportarnos allí y corregirlo.


Nuestro inconsciente funciona un poco como un niño, no sigue una lógica racional y no ha arraigado el concepto de tiempo.


Por tanto, lo que era cierto hace 20 años, cuando quizás eras un niño/a, sigue siendo cierto hoy. 


Si de niño te sentiste solo y tus necesidades emocionales no quedaron satisfechas, hoy terminarás estableciendo relaciones encaminadas a satisfacer esas viejas necesidades emocionales creando un bucle dañino, que no te permitirá progresar.




Por ejemplo, una niña no amada, si no elabora esa deficiencia emocional y esa posible herida de rechazo materno o de la figura afectiva que tuviera en su infancia, tenderá entonces a desarrollar una sensación de vacío infranqueable, una soledad ancestral. y una sensación de no pertenencia perpetua aunque esté rodeada de amor.


Esta soledad es solo un legado del pasado. Las heridas de los niños no amados en la infancia se transforman en una serie de carencias que generan ansiedad, insatisfacción, miedos, enfado, remordimiento, sensación de soledad, baja autoestima, sensación de insuficiencia... Pero esto no es fácil identificarlo y resulta difícil remediarlo.


Desde que nacemos, estamos muy apegados a nuestra madre; ella más que cualquier otra cosa, representa a la guardiana de la satisfacción de todas nuestras necesidades. 


El único inconveniente es que no todas las madres, incluso las que se esfuerzan, actúan en armonía con las necesidades emocionales de sus hijos. Cualquier necesidad insatisfecha puede dejar heridas. Esa falta de reconocimiento o simplemente la percepción de crecer a la sombra de un niño amado, puede causar heridas internas que son difíciles de curar.


Te preguntarás: Entonces, ¿no hay solución? Sí, la hay, y es incluso más fácil de lo que imaginas. Para superar el sentimiento crónico de soledad, debes de aceptar y procesar tu experiencia.

Con aceptación y, dada la subjetividad de tu experiencia personal, un camino psicoterapéutico es siempre el mejor camino. Por ahora, empieza por comprender que los demás: tu novio/a, esposo/a, amigos, madre... no tienen por qué llenar esa sensación de vacío o soledad que llevas dentro, empieza a desarrollar la idea de que puedes hacerlo tú mismo, enfocándote en tu autorrealización.


La sensación de sentirte diferente deriva del sentido de no pertenencia. También puede estar relacionado con un bajo nivel de empatía que a su vez se debe al dolor que sientes. Es decir, si no logras empatizar con tus iguales en formar lazos, no sabes que ellos puede sentirse como tú también y así terminarás sintiéndote diferente de todo y de todos, un extraterrestre en la tierra.


La empatía nos permite sintonizar con nuestro propio estado de ánimo y el de los demás. Carecer de empatía implica la incapacidad o la imposibilidad de percibir las emociones propias y ajenas. Si no podemos acceder a esos estados internos y comprender las emociones propias y ajenas, nos percibiremos como diferente.


Si no puedes reconocer tus emociones y no puedes acceder a tus estados internos, ¿cómo puedes encontrar similitudes contigo en el otro? Es así como surge la sensación de no pertenencia, no vienes de otro planeta, simplemente tienes que volver a aprender a conocerte mejor, a explorar tu mundo interior y la interioridad de los demás. No reconoces en los otros rasgos de ti mismo / o porque eres incapaz de mirar profundamente dentro de ti.


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