jueves, 18 de julio de 2019

Las relaciones de pareja se definen en la infancia


Las experiencias vividas durante la infancia crean patrones de conducta que afectan a la vida con respecto a las relaciones de pareja, amistad o laboral y podrían producir problemas de confusión de roles familiares.

Un niño que no puede resolver las frustraciones durante su infancia desarrolla una sensación de inseguridad la cual aumenta conforme crece y sigue experimentando las mismas dificultades en la vida que enfrentó cuando era pequeño.



Memoria de la falta de amor durante la infancia

Si el niño/a experimentó falta de amor por parte de sus padres durante su infancia es posible que en sus relaciones de pareja busque una solución para resolver su soledad y compensar las carencias afectivas que tuvo mientras crecía.
Este comportamiento conduce al fracaso de la relación de pareja porque responsabiliza a la pareja de hacerlo feliz y lo culpa por no serlo mientras que la responsabilidad de ser feliz no es de su pareja sino de él (ella) mismo(a).
Estas exigencias de querer sentirse amado para sustituir el amor que le faltó durante su infancia no le permite amar maduramente a su pareja.
En vez de amar a la persona que escoge como compañera tiende a protegerse en ella para evitar sentirse temeroso, rechazado o falto de amor.

Síntomas que reflejan dependencia afectiva

  • Necesidad una continua y obsesiva cercanía de la otra persona.
  • Inseguridad constante respecto al futuro.
  • Sentimiento de inferioridad o de no sentirse a la altura para estar con la otra persona.
  • Miedo obsesivo al desamor.
  • Sentimiento constante de culpa si no hay totalidad de atención hacia la pareja.
  • Aceptación de sufrimientos psicológicos y físicos por miedo a perder la relación.
  • Predominio de sentimiento de ansiedad constante.



Conocer y examinar los problemas que se acarrean de la infancia antes de entablar una relación seria, ayuda al individuo a estabilizar las emociones y a reflexionar sobre los sentimientos de miedo, angustia, dolor, rabia y desconfianza que pudo haber causado traumas. Abre las puertas de la liberación emocional del individuo y le prepara para poder mantener relaciones maduras, equilibradas y sanas.

Las memorias bloqueadas, son las que muchas veces nos impiden ser felices por eso es muy aconsejable enfrentar esos traumas sin temor y no bloquearlos en nuestra mente porque al hacerlo creamos barreras a nuestro alrededor que nos hace desconfiados, con temor a ser criticados o juzgados y ese miedo no nos deja ser felices con la pareja.

Muchas parejas se casan y el hombre asume el rol de padre y la esposa de hija o viceversa, el hombre el rol de hijo y la mujer el rol de madre y esa confusión de roles no los deja ser felices como parejas pues ninguno de los dos toma la responsabilidad que tienen en la relación sentimental.
Generalmente tendemos a buscar y a reproducir todo aquello que nos es familiar, que hemos visto desde los primeros años de vida. Son esquemas de comportamiento que aprendidos desde la niñez dejan una impronta profunda en cada ser humano.
Desde luego, es un gran error confundir el amor con la dependencia y las relaciones tóxicas. Esto puede suceder sobre todo cuando la autoestima es baja y se busca la aceptación y el amor de los demás incluso comprometiendo la propia dignidad.

La persona emocionalmente dependiente acepta desprecios y maltrato como algo normal y tiende a sentirse atraído por personas que aparentan una gran seguridad en sí mismas y que tienen una personalidad dominante. Tristemente, el dependiente emocional no ha conocido lo que es el amor genuino entre dos personas que se respetan y se intercambian afecto, tiene dificultad en tomar las riendas de su vida y espera que aparezca esa persona especial que le hará feliz y acabará con su soledad y angustia vital.

Hay comportamientos que son señales claras de relaciones poco sanas y que pueden ir transformando gradualmente en una dependencia peligrosa, como por ejemplo la posesión, la manipulación, la falta de respeto, los celos morbosos, la inseguridad y el maltrato. Se trata de señales que reflejan el miedo de no ser amados o aceptados como somos. Por este motivo se cae en situaciones de dominación y sumisión en las que cada uno busca controlar el otro para asegurarse una aparente estabilidad con un falso afecto y atención que se puede transformar en una dependencia, en una “droga”.

El secreto que nos recomienda una sana psicología es el de construir una relación de pareja buscando y desarrollando la mejor parte de nosotros mismos y eligiendo personas que sean compatibles y deseosas de desarrollar lo mejor de sí mismos en el respeto, la estima sincera, la atención, la comprensión, la aceptación y el afecto verdadero.

El entorno adecuado es el que favorece un amor de donación y apertura y respeto al otro.
Saber amarnos y estimarnos a nosotros mismos es una base sana para poder amar y estimar al otro y para iniciar la búsqueda de una pareja y, al encontrarla, establecer una relación de pareja que sea sana.

Nadie dijo que la relación de pareja es algo fácil, pues un hombre y una mujer que se encuentran en sus vidas de adultos, traen consigo memorias buenas o malas de su infancia.

Ambos provienen de diferentes tipos de padres que los criaron en formas distintas, muchas veces con otras costumbres y tradiciones. Sin embargo, ambos son adultos y deben ser conscientes de que deben tomar las riendas en la relación para ser felices olvidándose de lo que vivieron cuando aun no estaban juntos o trabajando para superarlo.
"Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan".

Oscar Wilde

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