Las
experiencias vividas durante la infancia crean patrones de conducta
que afectan a la vida con respecto a las relaciones de pareja,
amistad o laboral y podrían producir problemas de confusión de
roles familiares.
Un niño que no puede resolver las frustraciones
durante su infancia desarrolla una sensación de inseguridad la cual
aumenta conforme crece y sigue experimentando las mismas dificultades
en la vida que enfrentó cuando era pequeño.
Memoria
de la falta de amor durante la infancia
Si
el niño/a experimentó falta de amor por parte de sus padres durante
su infancia es posible que en sus relaciones de pareja busque una
solución para resolver su soledad y compensar las carencias
afectivas que tuvo mientras crecía.
Este
comportamiento conduce al fracaso de la relación de pareja porque
responsabiliza a la pareja de hacerlo feliz y lo culpa por no serlo
mientras que la responsabilidad de ser feliz no es de su pareja sino
de él (ella) mismo(a).
Estas
exigencias de querer sentirse amado para sustituir el amor que le
faltó durante su infancia no le permite amar maduramente a su
pareja.
En
vez de amar a la persona que escoge como compañera tiende a protegerse
en ella para evitar sentirse temeroso, rechazado o falto de amor.
Síntomas que reflejan dependencia afectiva
- Necesidad una continua y obsesiva cercanía de la otra persona.
- Inseguridad constante respecto al futuro.
- Sentimiento de inferioridad o de no sentirse a la altura para estar con la otra persona.
- Miedo obsesivo al desamor.
- Sentimiento constante de culpa si no hay totalidad de atención hacia la pareja.
- Aceptación de sufrimientos psicológicos y físicos por miedo a perder la relación.
- Predominio de sentimiento de ansiedad constante.
Conocer
y examinar los problemas que se acarrean de la infancia antes de
entablar una relación seria, ayuda al individuo a estabilizar las
emociones y a reflexionar sobre los sentimientos de miedo, angustia,
dolor, rabia y desconfianza que pudo haber causado traumas. Abre las
puertas de la liberación emocional del individuo y le prepara para
poder mantener relaciones maduras, equilibradas y sanas.
Las memorias bloqueadas, son las que muchas veces nos impiden ser felices por eso es muy aconsejable enfrentar esos traumas sin temor y no bloquearlos en nuestra mente porque al hacerlo creamos barreras a nuestro alrededor que nos hace desconfiados, con temor a ser criticados o juzgados y ese miedo no nos deja ser felices con la pareja.
Muchas
parejas se casan y el hombre asume el rol de padre y la esposa de
hija o viceversa, el hombre el rol de hijo y la mujer el rol de madre
y esa confusión de roles no los deja ser felices como parejas pues
ninguno de los dos toma la responsabilidad que tienen en la relación
sentimental.
Generalmente
tendemos a buscar y a reproducir todo aquello que nos es familiar,
que hemos visto desde los primeros años de vida. Son esquemas de
comportamiento que aprendidos desde la niñez dejan una impronta
profunda en cada ser humano.
Desde
luego, es un gran error confundir el amor con la dependencia y las
relaciones tóxicas. Esto puede suceder sobre todo cuando la
autoestima es baja y se busca la aceptación y el amor de los demás
incluso comprometiendo la propia dignidad.
La persona emocionalmente dependiente acepta desprecios y maltrato como algo normal y
tiende a sentirse atraído por personas que aparentan una gran
seguridad en sí mismas y que tienen una personalidad dominante. Tristemente, el dependiente emocional no ha conocido lo que es
el amor genuino entre dos personas que se respetan y se intercambian
afecto, tiene dificultad en tomar las riendas de su vida y espera que
aparezca esa persona especial que le hará feliz y acabará con su
soledad y angustia vital.
Hay
comportamientos que son señales claras de relaciones poco sanas y
que pueden ir transformando gradualmente en una dependencia
peligrosa, como por ejemplo la posesión, la manipulación, la falta
de respeto, los celos morbosos, la inseguridad y el maltrato. Se
trata de señales que reflejan el miedo de no ser amados o aceptados
como somos. Por este motivo se cae en situaciones de dominación y
sumisión en las que cada uno busca controlar el otro para asegurarse
una aparente estabilidad con un falso afecto y atención que se puede
transformar en una dependencia, en una “droga”.
El
secreto que nos recomienda una sana psicología es el de construir
una relación de pareja buscando y desarrollando la mejor parte de
nosotros mismos y eligiendo personas que sean compatibles y deseosas
de desarrollar lo mejor de sí mismos en el respeto, la estima
sincera, la atención, la comprensión, la aceptación y el afecto
verdadero.
El
entorno adecuado es el que favorece un amor de donación y apertura y
respeto al otro.
Saber
amarnos y estimarnos a nosotros mismos es una base sana para poder
amar y estimar al otro y para iniciar la búsqueda de una pareja y,
al encontrarla, establecer una relación de pareja que sea sana.
Nadie
dijo que la relación de pareja es algo fácil, pues un hombre y una
mujer que se encuentran en sus vidas de adultos, traen consigo
memorias buenas o malas de su infancia.
Ambos
provienen de diferentes tipos de padres que los criaron en formas
distintas, muchas veces con otras costumbres y tradiciones. Sin
embargo, ambos son adultos y deben ser conscientes de que deben tomar
las riendas en la relación para ser felices olvidándose de lo que
vivieron cuando aun no estaban juntos o trabajando para superarlo.
"Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan".
Oscar Wilde