lunes, 30 de mayo de 2016

Que nadie corte tus alas

libre libertad ser tu mismo

Cuando nos  rendimos, cuando nos abandonamos dejando a un lado nuestro entusiasmo y dejamos apagar ese nuevo sueño que acababa de nacer; traicionamos nuestras metas y promesas o lo que es peor, a nosotros mismos.

Estamos convenciendo a nuestro  subconsciente, a nuestra inspiración, que ya no nos presente más ideas ni oportunidades. Ni las queremos, ni las merecemos.

Las posibilidades de vivir una vida extraordinaria se reducen para siempre. Esa parte tuya donde nacen los sueños, las ganas de cambiar, los grandes proyectos se vuelven estériles, sin más actividades que soñar despierto alguna que otra vez.

¿Quién es esa persona que vino a "aconsejarte desinteresadamente" que ese nuevo proyecto no valía la pena, que era un riesgo o ridículo? ¿A quién le permitiste que te robara tu nuevo sueño?

Esa persona es alguien que en su momento, quizá muy temprano en su vida, renunció a sus sueños, mató sus ilusiones, sus ganas de cambiar, se resignó a la falsa seguridad de la vida mediocre en medio del rebaño, culpó a algo o a alguien más por su cobardía negando su responsabilidad directa y ahora, anda por ahí desalentando a todos los que comienzan siquiera a soñar con dejar el rebaño, lo cotidiano, lo fácil, lo establecido y conquistar nuevos mundos.

No es que esas personas tengan maldad, ni que te miren con malos ojos. ¿Sabes por qué lo hacen? Incluso si creen ser sinceros, no lo son en realidad. No es tu bienestar lo que más les preocupa (si así fuera, te alentarían a ir tras tus sueños, a crecer, a vivir en grande, y en lugar de eso hacen todo lo contrario). Lo que les aterra, lo que bajo ningún punto de vista pueden permitir, es que alguien decida dejar el rebaño ¡y que lo logre!



Porque eso les demostraría que ellos no son "víctimas" de nada ni de nadie. Eso les demostraría que están donde están porque quieren o un día así lo eligieron. Si quisieran, si tuvieran el coraje, podrían intentar salirse de esa “zona de confort” como lo estás intentando tú. Y por eso no pueden permitir que tú te salgas. Necesitan sostener la mentira de que "no se puede" salir de la jaula. De que es imposible. De que "la gente sensata" no se arriesga a intentar salir de lo socialmente preestablecido. Y de esa manera, con el pretexto de cuidarte, de evitarte caídas y  frustraciones, lo que en realidad harán es la manipulación sutil, es drenarte la energía, hacerte desistir de tus intenciones de "abandonarlos", cortarte las alas y te quedes cerca de ellos haciéndote eco de su miseria.

Se necesita ser muy, muy fuerte para resistir esa presión. No te culpo si no has podido. Pero siempre estás a tiempo.



Ámalos, pero ve por el camino que tu quieres vivir. Hazte un favor a ti mismo/a, a tus seres queridos, al mundo, al Universo,  reúne coraje y decídete a dejar la manada, a ir por tus sueños, a vivir la máxima expresión de ti mismo/a.

En este mundo en crisis, esforzarse por ser feliz, por lograr sueños grandes, por vivir una vida extraordinaria, y mostrar a otros que se puede, más que un derecho ES UN DEBER.
Hacerlo en equipo, te aseguro, no sólo es más fácil; es mucho más enriquecedor, y divertido.



Por tanto,  no te rindas. No abandones... No te salves... Pero sobre todo, ALIENTA Y MOTIVA SIEMPRE A CRECER A LOS DEMÁS… 
Terminamos con el maravilloso y motivadora leyenda  de autor desconocido que cuenta así:

"Un rey recibió como obsequio, dos pequeñas crías de  halcón, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente pero que al otro no sabía que le sucedía; no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó. El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar el ave.

Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Al día siguiente por la ventana, el monarca pudo observar, que el ave aún continuaba inmóvil. Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa, a la persona que hiciera volar al halcón.
A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte "traedme al autor de este milagro". Su corte rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó "¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago?". El campesino más que intimidado respondió "Fue fácil mi rey, sólo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y echó a volar".