sábado, 11 de noviembre de 2023

3 CLAVES PARA GESTIONAR TUS EMOCIONES CON INTELIGENCIA





A veces sentimos que las emociones nos desbordan. Queremos apagar la tristeza, controlar la ira, huir del miedo. Pero cuanto más luchamos contra lo que sentimos, más fuerza le damos.

Ya hemos hablado en otros artículos de que reprimir una emoción solo la hace más intensa. Por más que nos repitamos: “no quiero sentir esto”, la emoción no desaparecerá. Al contrario: se queda atrapada en el cuerpo, buscando otras formas de salir.

Entonces…
¿Qué podemos hacer?
Aprender a sentir de forma consciente. A acompañarnos en lo que sentimos, sin huida ni juicio.

Aquí os compartimos una técnica sencilla y profunda para gestionar tus emociones con inteligencia. La clave está en una palabra: observar.

🔑 1. Ponle nombre a lo que sientes

El primer paso es identificar la emoción. No recurras a eufemismos ni te engañes con frases como “estoy mal” o “no sé qué me pasa”. Detente y escúchate.

Pregúntate:
¿Qué estoy sintiendo exactamente?
— ¿Es tristeza, rabia, miedo, envidia, frustración?

Dale un nombre claro. Di, por ejemplo: “Esto es ansiedad”, “esto es ira”, “esto es decepción”.

Pero sin juzgar. No digas: “esto es rabia y no debería sentirla”, porque entonces vuelves a reprimir. Nómbrala como si dijeras “esto es rojo” o “esto sabe amargo”.

¿Qué conseguimos con esto?
Al ponerle nombre, permitimos que los hemisferios izquierdo y derecho de nuestro cerebro se comuniquen. Es decir, la emoción se empieza a integrar. Y cuando la emoción se integra, poco a poco se calma.

🔑 2. Obsérvala sin querer cambiarla

Una vez que la nombraste, quédate ahí un momento. No corras a cambiarla ni te exijas estar bien. Solo observa.

No se trata de huir ni de forzarte a sentir otra cosa. Acepta que eso es lo que hay ahora.
Respira.
Permítete sentir sin dramatizar ni reprimir.
Recuerda: las emociones no son peligrosas. Son visitantes. Traen un mensaje.

Cuando observamos una emoción sin lucha y con presencia, algo empieza a transformarse dentro. Dejamos de estar secuestrados por lo que sentimos, y empezamos a habitarlo con conciencia.


🔑 3. Siente dónde está en tu cuerpo

Este paso es poderoso: lleva tu atención al cuerpo.

Pregúntate:
¿Dónde siento esta emoción?
— ¿En el pecho, en el estómago, en la garganta, en la cabeza?

Quizás digas:
“Esto es miedo y está en mi pecho.”
— “Esto es rabia y se siente en mi mandíbula.”
— “Esto es tristeza y vive en mi garganta.”

Esto se llama integración vertical: conectar la mente con el cuerpo. Cuando localizamos la emoción en un lugar físico, entendemos que no nos está invadiendo por completo. Es solo una parte de nosotros, y eso ya alivia.

Este ejercicio, con la práctica, nos ayuda a sentir sin desbordarnos. A vivir la emoción sin miedo, con más seguridad interna.

🧘‍♀️ ¿Qué logramos con esta técnica?

Nos damos permiso para sentir, sin culpa ni juicio.

Integramos lo que vivimos, mental y físicamente.

Aprendemos a fluir emocionalmente, sin bloquearnos ni estancarnos.


Haz esta práctica siempre que lo necesites. Recuerda que es la constancia la que transforma nuestra relación con lo que sentimos.

🌱 Todos estamos aprendiendo

Gestionar las emociones no es un destino, es un camino.
Un entrenamiento que mejora con cada intento consciente.

Y cada vez que eliges mirarte con amabilidad, respirar, crecer, y confiar, estás haciendo algo profundamente valiente.

🎧 Para terminar…

Te invitamos a escuchar “Estados de ánimo”, un poema de Mario Benedetti en su propia voz, donde expresa como nadie la belleza y complejidad de nuestras emociones.
No te lo pierdas!!



ÁBRETE A TUS EMOCIONES Y VIVE SIN MIEDO TU TRANSFORMACIÓN

Publicado por: Luz Plena, Educadora Social

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