Los
días, horas y minutos anteriores a los exámenes suelen alterar
considerablemente nuestros nervios; tanto que pueden llegar a causar
verdaderos estragos a pesar de haberse preparado muy bien la materia
de estudio.
Te
ofrecemos unos "primeros auxilios" para que te puedan
ayudar en momentos previos a un exámen:
1.
Cómete un plátano. Es
un excelente alimento para el cerebro por su gran aporte de energia y
tranquiliza el estómago revuelto. Por
su gran contenido en hidratos de carbono es uno de los mejores
aportes de energía vegetal.
Diferentes
estudios científicos han demostrado que los estudiantes que comen un
plátano por la mañana, tienen más concentración y rinden más
durante el día.
Además, por su gran contenido en vitamina B, el
plátano calma el sistema nervioso especialmente en momentos de
estrés o ansiedad.
2.
Respira profundamente. La
técnica de respiración profunda es
relajante y energizante. En el momento que comenzamos a respirar de
manera calmada, consciente y constante; se envían mensajes a nuestro
sistema nervioso para sentirnos mejor. En 5 minutos conseguirás
relajarte con los siguientes pasos:
1.
Sentado con la columna bien recta, colocamos los pies bien apoyados
en el suelo y las rodillas bien centradas sobre el centro de los
pies. A continuación colocamos las manos sobre nuestros muslos.
2.
Cierra los ojos y respira de manera consciente, inhalando por el
estómago y exhalando por la boca.
3.
Lleva tu atención a las costillas, tu espalda y los laterales de tu
cuerpo y siente como van relajando.
4.
Siente como tus pulmones se llenan de energía que recorre todo tu
cuerpo y poco a poco sentirás cómo vas relajando. Repite una y otra
vez: "Me he preparado bien. Lo conseguiré" "No tengo
motivos para sentir miedo"
En
unos 3 o 4 minutos habrás conseguido sentirte tranquilo y podrás
convertirlo en una práctica habitual en tu vida.
3.
Cuando se trate de un exámen oral y
sientas que las miradas se han fijado en tí; aprieta con fuerza los
dedos de los pies, manten la tensión durante unos segundos y relaja
después. Así conseguirás que la energia nerviosa se vaya poco a
poco. Repítelo las veces que sea necesario.
4.
Controla tu propio pulso. Como
sabemos el corazón late más intensamente en momentos importantes
que nos ponen nerviosos; pero podemos influir en nuestros latidos
atrapando las señales del cuerpo y tranquilizándolo en cinco
minutos. La técnica es la siguiente:
Junta las manos de manera que las yemas estén en contacto. Pulsa unas contra otras intermitentemente para modificar la presión y seas capaz de sentir el pulso en las yemas. Cuando lo sientas, inspira y expira lentamente poniendo incapié en la exalación. Tu pulso comenzará a latir de una manera consciente hasta que su velocidad descienda.
5.
Golpea tu pecho como Tarzán. Con
este gesto, aunque nos parezca algo "primitivo",
conseguimos activar la glándula timo que a su vez, reacciona con la
producción de células inmunológicas las cuales fortalecen nuestro
organismo y psicológicamente nos infunde valor.
La
glándula timo se encuentra situada debajo del esternón, cerca del
corazón. Tambien puedes masajear la zona con trazos circulares o
ligeros golpecitos con los dedos, si es que te resulta demasiado
violento emular al mito de la jungla.
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