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Discípulo:
Maestro,
me cuesta tanto comprender que el Universo nos haya mandado un virus tan
agresivo. ¿Cuál es el propósito?
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Maestro:
Él no lo manda. Lo permite, que es diferente. La pandemia la
generó el hombre a través de la violación constante de las leyes
universales.
-
Discípulo:
Pero
algo tan malo va a generar mucha destrucción.
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Maestro:
El
coronavirus no es malo. Tampoco es bueno. Es necesario, que es
diferente. No existe nada malo para el universo. Si el coronavirus
está presente es porque está permitido por la Divinidad, o no
podría existir.
La
idea del bien y del mal se genera en tu mente que juzga desde su
archivo de ignorancia un suceso que en sí es neutro.
- Discípulo:
Pero
son tantas las personas que se están contagiando en el mundo, o se
van a quedar sin tener ni qué comer. Tantos niños, ancianos,
hombres y mujeres. Es muy injusto.
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Maestro:
Lo
injusto no existe dentro del amor universal. Eso existe sólo en tu
mente que no comprende el propósito que hay en lo profundo. Lo que
sí existe es lo justo, lo preciso, lo exacto, lo correspondiente.
Existe un proceso evolutivo necesario que consiste en una toma
constante de información. Un ir aprendiendo a través de enfrentar
las dificultades que la vida nos presenta, para que en medio del caos
y del sufrimiento que se genera, descubramos el principio de amor que
se encuentra en la vida misma. Y éste principio de amor es el que
nos irá liberando de las limitaciones humanas, y nos hará
correspondientes con experiencias de mucha más satisfacción y
armonía.
Tienes
que comprender que a nadie le sucede una experiencia que no le
corresponda. Y si le corresponde la vivirá, aun cuando luche o se
resista. El coronavirus no es malo. Es muy bueno, ya que de él están
aprendiendo muchísimas personas. Se está elevando el nivel de
conciencia del planeta, al vernos en la necesidad de desarrollar
grandes herramientas de amor como son la aceptación, la valoración
y la adaptación. La paciencia, la tolerancia, y el respeto.
Podrá
ser una prueba difícil, pero mala no es. Tú estás creciendo
gracias a ella. Si dejas de ver al coronavirus desde tus miedos, y lo
empiezas a verlo desde tu comprensión, podrás reconocer el valor
que hay en él. Así podrás pasar esta prueba que la vida te está
presentando. La decisión está en ti, y para eso la vida te dio un
libre albedrío.
Se
te concedió la facultad de tomar decisiones, y estas serán
respetadas por el universo completo. Puedes darle la opción al
miedo, al orgullo y al ego o puedes dársela al amor. La decisión es
tuya. ¡Está en ti! Pregúntate qué decisión estás tomando .
¿Optaste por el miedo, o por el amor?
La
decisión es tuya, pero tendrá un resultado, que también es tuyo, y
tendrás que asumir.
Si te decidiste por el miedo, generarás destrucción en tu paz, en tu energía vital, en tus relaciones y en tu salud. Si te decidiste por el amor pasarás la prueba que la vida te está presentando, y ya no necesitarás volver a sufrir más. Dale la opción al amor. El camino siempre es el amor.
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Discípulo:
¿Y
qué es darle la opción al amor?
-
Maestro:
Conviértete
en un ser imperturbable. Invulnerable. Trabaja en ti para que tu paz
y tu felicidad no dependan de lo externo. Deja de ver problemas, y
empieza a ver oportunidades que puedes aprovechar para hacer un
crecimiento interior. Desarrolla la aceptación. “Todo lo que
sucede es perfecto, y si existe y sucede es porque tiene un
propósito”. “Padre, que se haga tu voluntad.y no la mía”.
“Muéstrame cómo te puedo servir mejor”.
Aprende a fluir y a adaptarte. Actúa con sabiduría en lugar de reaccionar desde el miedo. Vigila tu pensamiento para que sólo vibre en la frecuencia del amor. Esto te llevará a tener claridad en la mente. No compartas tus miedos con los demás. Comparte solamente tu entusiasmo, y tu alegría. Vigila tu verbo.
Que tu palabra genere armonía, y haga sentir confiados y seguros a los demás. Las dificultades no se solucionan luchando contra ellas. Hazte amigo del coronavirus. No lo veas como algo malo, sino como algo necesario. Y háblale: “Tú qué me estás enseñando”. “Eres valioso para mí y estoy dispuesto a aprender lo que me puedas enseñar”. “En cuanto aprenda te puedes ir porque ya no te necesitaré”.
Aprovecha
la oportunidad que en éste momento la vida te está presentando,
para hacer un trabajo interior.