martes, 5 de abril de 2016

Cambia tu conducta y cambiarán tus emociones



Nuestra conducta, puede ser un poderoso instrumento para conducir nuestra vida y dirigirla hacia el camino de la felicidad.¿Por qué? Son varias las razones que apoyan esta afirmación:

  • A través de nuestra conducta, satisfacemos nuestras necesidades (fisiológicas, de seguridad, de amor, de pertenencia etc.) y sin duda, son estas las que nos motivan a actuar de una manera u otra. Las personas actuamos generalmente por un mismo objetivo: para conseguir placer o una determinada recompensa. Incluso la conducta más altruista lo es por una recompensa. Por ejemplo, la persona que dona sangre, lo hace movida por el placer de ayudar a los demás. Por lo tanto, con esto llegamos a la conclusión de que nuestra vida es pura acción.

  • La conducta es una fuente de aprendizaje. Existen una serie de leyes del aprendizaje que definen este funcionamiento: por ejemplo, la ley de extinción que dice que toda conducta que deja de ser reforzada o recompensada acaba desapareciendo. Por tanto, las consecuencias que tienen nuestras conductas son determinantes para fortalecerlas o inhibirlas. Es decir, si una conducta ha tenido una consecuencia positiva supondrá un refuerzo positivo, lo que equivale a que esa conducta, será repetida una y otra vez. Por el contrario; si a una determinada conducta le sigue una consecuencia negativa, habrá obtenido un refuerzo negativo y evidentemente esa conducta no se volverá a repetir. Un ejemplo práctico sería: el niño que estudia para que sus padres le regalen el juguete prometido; o la persona que estudia por el mero placer de adquirir conocimientos. Ambos se mueven por recompensas; en el caso del niño, por una recompensa externa y, en el segundo caso, por una recompensa interna.

  • Por medio de la conducta, podemos modificar ciertas emociones. El pensador y filósofo William James (1842-1910) decía: "A veces no es posible cambiar inmediatamente los sentimientos cambiando los pensamientos. Pero el camino soberano para llegar a la alegría, si la has perdido, es sentarte alegremente y actuar como si la alegría estuviera ya contigo". Este reflexión nos invita a cambiar cómo nos sentimos con sólo un cambio de conducta, por ejemplo: si tu cuerpo te pide no hacer nada y que te dejes llevar por la apatía y el desánimo... Dile que no, busca hacer cosas que te agradan y ponte en marcha!! En los estados de ánimo negativos es recomendable hacer lo contrario. Está demostrado científicamente que estos cambios de conducta producen cambios hormonales y fisiológicos que sin duda, repercuten en las emociones.

Todos estos ejemplos nos llevan a la conclusión de que también podemos desaprender ciertas creencias aprendidas sobre nosotros/as mismos/as. Creemos a veces cosas del tipo de "no podré conseguirlo", "no valgo para esto", "me falta voluntad", que nos llenan de prejuicios, nos afecta emocionalmente y limita, condicionando nuestro día a día. Igualmente, con un cambio de conducta, podemos hacer frente a esas falsas creencia, que aunque arraigadas, se pueden desaprender.
En resumen, LA CONDUCTA NOS CAMBIA. Las personas actuamos en función de cómo somos, pero también cambiamos en función de cómo actuamos.







Si cambiamos nuestro comportamiento nos transformamos profundamente. A través del aprendizaje y la repetición, la conducta se hace automática, la interiorizamos; produciéndose un cambio en nuestras rutinas, costumbres, hábitos y lo más importante, en nuestros sentimientos, creencias y sensaciones.

Se trata de aprender a vivir hasta modificar nuestro propio destino. CAMBIA TU ACTITUD HACIA LA SUPERACIÓN PERSONAL Y EXPERIMENTA LA VERDADERO PLACER DE VIVIR.


Publicado por: Luz plena