"La
amabilidad no es un valor blando, todo lo contrario, hace este mundo
más habitable, hace evidente a la bella gente cariñosa y
respetuosa, es como seda o bálsamo en pequeñas dosis que nos
permite desoxidar y lubricar la existencia.
La amabilidad es esencial
porque nace de la voluntad de amar y en consecuencia contribuye a la
creación de un sentido al porqué vivir".
1.-
Procura reconocer y respetar los derechos y los méritos de los
demás, y aceptar sus formas de pensar, aunque sean distintas a las
tuyas.
2.-
Trata a los demás con el mismo respeto y cariño con el que te
gustaría que te tratasen a ti.
3.-
Procura ser complaciente con los que te rodean cuando te piden un
favor o solicitan tu ayuda.
4.-
Utiliza palabras como lo siento, gracias, perdón, por favor, que te facilitarán
y harán más agradable tu relación con los demás.
5.-
Intenta ver lo mejor de cada persona. Seguro que lo
encontrarás y te sorprenderá.
6.-
Acostúmbrate a expresar tus mejores sentimientos, no los reprimas.
Trata a los demás con toda la naturalidad, la alegría y el afecto
que espontáneamente salgan de ti.
7.-
Acostúmbrate a sonreír. Muéstrate solidario, optimista y
colaborador con las personas con las que convives.
8.-
Piensa que si todos tratamos de dar lo mejor de nosotros mismos todos
seremos mucho más felices.
9.-
Trata de analizarte y observa si, cuando eres amable o afectuoso con
los demás, te sientes más a gusto contigo mismo.
10.-
Comprueba cuántas horas al día estás de buen humor. Si son muchas,
alégrate porque estás construyendo un mundo más amable.