martes, 2 de octubre de 2018

El cuerpo es cautivo de la mente




El cuerpo es  cautivo de la mente, obedece a  sus operaciones, sean estas deliberadas o automáticas. Siguiendo pensamientos negativos el cuerpo rápidamente se hunde en la enfermedad y el decaimiento;  por el contrario, siguiendo pensamientos positivos se viste de belleza y lozanía.

La salud y la enfermedad, al igual que nuestras circunstancias, tienen su raíz en los pensamientos; y es que,  pensamientos enfermizos se expresan a través de un cuerpo enfermo. 

La gente que vive con temor a las enfermedades suelen ser las personas  que más las  contraen. La ansiedad rápidamente debilita el cuerpo, y lo deja a merced  de la enfermedad; los pensamientos negativos, aunque no tengan un origen físico, pronto destruyen el sistema nervioso.

Pensamientos de pureza llenos de energía positiva y dicha producen en el cuerpo vigor y bienestar. El cuerpo es un instrumento muy delicado y plástico, que responde rápidamente a los pensamientos que lo dominan, y los hábitos de pensamiento producirán sus efectos sobre él, sean estos buenos o malos.


  • Tu pensamiento es la fuente de toda acción, de tu vida y su manifestación; por tanto, construye una fuente que sea limpia y todo será puro.
  • Si deseas perfeccionar tu cuerpo, se celoso con tu mente.
  • Si quieres renovar tu cuerpo, embellece tu mente.



Hasta que nuestro pensamiento no este acompañado de un propósito no habrá logro inteligente alguno. Generalmente, la mayoría de nosotros permitimos que nuestros pensamientos naveguen sin rumbo y a la deriva por el océano de la vida.

Quien no tiene un objetivo central en su vida es fácil caer preso/a de preocupaciones banales, miedos, problemas, y autocompasión, y así se va dirigiendo, tan seguro como si lo buscara con intención pero por el camino del fracaso, la infelicidad, la pérdida de lo amado, porque la debilidad no puede perdurar en un Universo de poder.

PERSIGUE UN IDEAL

Sentir que tenemos un propósito, meta u objetivo en la vida nos moviliza y nos encamina hacia una dirección,  nos anima a tomar acción, presencia y responsabilidad en nuestra vida.

Debemos concebir un propósito legítimo en nuestro corazón, y luchar por alcanzarlo. Debemos hacer de este propósito el centro de nuestros pensamientos. Podemos tomar forma de un ideal espiritual, o bien puede ser un objeto terrenal, de acuerdo con nuestra naturaleza, tiempos y circunstancias; pero sobre todo, debemos firmemente enfocar toda nuestra  INTENCIÓN y la FUERZA de los pensamientos hacia el objetivo que tenemos ante nosotros.



Debe hacer de este propósito su tarea suprema, y debe dedicarse por completo a conseguirlo, evitando que sus pensamientos divaguen en caprichos, vanidades y fantasías. Este es el camino real del dominio de si mismo y la verdadera concentración del pensamiento.

Aun si fallas una y otra vez en alcanzar tu propósito (como sucederá hasta que venzas tu debilidad), la fuerza de carácter ganado será la verdadera medida de tu poder y  conquista, y formará un nuevo punto de partida para futuras victorias.

Eliminar la falta de intención y debilidad, y empezar a pensar con propósito, es ascender al rango de aquellos que sólo reconocen el fracaso como uno de los caminos al éxito; quienes hacen que las circunstancias sean un trampolín y les sirvan, y quienes piensan, a pesar de sus debilidades, con fortaleza,  van a por ello con fiereza, y vencen con maestría.

Una vez que tienes establecido tu propósito, debes marcar mentalmente una línea recta que te lleve a tu objetivo, sin mirar a la derecha ni a la izquierda.

Recuerda:
  • La duda y el miedo deben excluirse rigurosamente; son elementos que frenan, que rompen la línea recta del esfuerzo, y la desvían inútilmente. Cambia esos pensamientos negativos que restan efectividad  a tu acción.
  • La duda y el miedo son los grandes enemigos del conocimiento, y si los alientas, y no los eliminas, encontrarás la frustración a cada paso.


Las debilidades y fortalezas de una persona, su pureza e impureza, son suyas, y de nadie más; son creadas por ella misma, y no por otros; de igual manera, pueden ser corregidas solo por ella, nunca por otros. 

Tu sufrimiento y tu felicidad emanan de tu interior. Como piensas, así eres; como sigas pensando, así seguirás siendo.  Por lo tanto,  eleva tus pensamientos y conseguirás el éxito.
Concentra tu mente en el desarrollo de planes, y el fortalecimiento de tu resolución y autoconfianza. Y mientras más elevados sean tus pensamientos, te convertirás en alguien más valeroso/a, grande y correcto/a, mayores serán tus logros y  benditos y perdurables serán tus éxitos.

Tus circunstancias pueden no ser de tu agrado, pero no han de seguir siendo las mismas si concibes un ideal y luchas por alcanzarlo. Tú no puedes movilizarte por dentro y permanecer estático por fuera.



Sostén firme  el timón de tus pensamientos. En la barca de tu alma se reclina tu maestro interior; sólo está dormido; despíertalo. El control de ti mismo/a es poder; el pensamiento correcto es maestría.
El liderazgo es un trabajo duro, exigente pero cada uno de nosotros tiene el potencial para ser eficaz. MIRA DENTRO DE TI.... ESTÁ AHÍ... Te darás cuenta de que encontraste tu propósito cuando sientas que tu vida merece ser vivida y sientas plenitud con aquello que haces. Enfócate en hacer lo que te gusta, y tu propósito aparecerá. 

"La misión del verdadero caballero es perseguir un ideal... pero no como un deber sino como un verdadero PRIVILEGIO"  (Don Quijote de la Mancha)
¿Cómo puedes encontrar  mi propósito? ¿Cuál es tu Don? encontrarás más información en este artículo: Encuentra tu Don


Luz Plena