martes, 12 de marzo de 2019

¿Vives una y otra vez las mismas experiencias? Es la espiral de la vida




Con el paso de los años, conforme maduramos y vamos teniendo más experiencia, la vida va desarrollándose en forma de espiral. Nadie lleva un camino recto. Nuestra vida transcurre en un camino de espiral.



Nuestro camino no transcurre en línea recta; es en espiral. Regresamos unay otra vez a las mismas cosas que creíamos haber entendido para ver verdades más profundas” Barry Gillespie

Vamos a entender mejor este concepto con un ejemplo:
En algún momento de nuestra vida podemos haber perdonado algo, incluso pudimos superarlo siguiendo nuestro camino; pero conforme pasan los años lo volvemos a enfrentar. Nos tropezamos de nuevo con esa situación pero en esta ocasión la gestionamos con una mirada distinta, con un enfoque o perspectiva diferente gracias a ese recorrido y experiencia anterior. A veces incluso tenemos que volver a perdonar a gente que nos lastimó, perdonarnos a nosotros mismos/as, o a una situación porque ahora lo vemos desde el otro lado de la espiral.




No sabemos cuándo vamos a tropezar de nuevo con algún recuerdo o una situación que nos hace revivir algún momento. Parte de nuestro crecimiento interior como seres humanos es precisamente poder girar en esa espiral, honrar la experiencia que vivimos, perdonar, sentir plenamente la emoción en el momento y seguir adelante.



El progreso no ha seguido una línea recta ascendente, sino una espiral con ritmos de progreso y regresión, de evolución y disolución.” Johann Wolfgang Goethe

Cuando te encuentres en una situación que te cause recuerdos incómodos, que te llenen de sentimientos encontrados de algo que viviste, piensa conscientemente que estás viviendo esta experiencia de la espiral de la vida. Justo en ese momento, respira profundamente y contesta las siguientes preguntas:

1 ¿Qué fue lo que pasó entonces? Sé honesto/a contigo mismo/a. ¿Cómo lo ves en este momento? ¿Tiene el mismo peso o lo ves diferente?

2 ¿Qué necesito hacer en este momento para honrar aquella experiencia?  ¿Qué puedes hacer para aceptar la experiencia tal cual, honrar lo que viviste y también ser auténtico/a en la nueva perspectiva? Analiza tu nueva perspectiva. ¿Hay algo de lo que viviste que no notabas anteriormente? Imagínate viendo la situación desde otro ángulo. Imagínate justo parado/a en una espiral, y viendo la situación quizás desde al lado de ese tramo de espiral. ¿Cómo te cambia la perspectiva ver la situación ahora?

3 ¿Necesito volver a perdonar a alguien? ¿Todavía sientes algún resentimiento? ¿Te mueve emociones volver a recordar aquella situación? Perdona.




4 ¿Qué es lo que sé ahora que no sabía en ese momento de mi vida? Ahora tienes más experiencia, has vivido más. Desde esa madurez que tienes ahora, ¿cómo cambia tu opinión, tus sentimientos al respecto?




5 ¿Cómo puedo usar esa parte de mi historia como algo positivo en mi camino de vida?. ¿Cómo puedes usar ese conocimiento para ayudar a otra persona que quizás está pasando por algo similar?

Ya sea una relación rota, algún trauma vivido o simplemente un recuerdo de tu infancia, podrás verlo de otra manera ahora que pasó el tiempo y tienes otra perspectiva. Podrás perdonarte a ti mismo/a y podrás perdonar a la persona o la situación.

Desde Luz Plena os hemos hablado en muchas ocasiones del PERDÓN. El perdón a veces es algo que tenemos que repetir conforme pasa el tiempo, no por la otra persona, sino egoístamente por nuestro propio bien. El perdón no es algo que tengamos que decirle a la otra persona. Es un proceso que uno/a tiene que vivir, experimentarlo y completarlo en su mente y en su corazón. No es necesario compartirlo con alguien pues, si ha pasado mucho tiempo desde lo que ocurrió, se puede causar más daño y volver a abrir situaciones innecesarias. 

El perdón ocurre cuando tienes la capacidad de perdonar sin tener que decírselo a la otra persona. Simplemente sintiéndolo en tu alma.

Si durante el proceso de revivir un recuerdo de tu pasado tienes sentimientos encontrados, apóyate en un diario. Exterioriza aquello que sientes escribiendo tus pensamientos y sentimientos al respecto.

Saca todos tus pensamientos en el papel, y al final del ejercicio, vuelve a plantear la situación desde otra perspectiva, ahora viéndolo con otros ojos.

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