Hijo
de campesinos, José Saramago nació en Portugal, en el pueblo de
Azinhaga, el 16 de noviembre de 1922. Su origen tendría una gran
influencia en su pensamiento y sus ideas a lo largo de toda su vida.
Murió el 18 de junio de 2010, hace ahora nueve años. Nos dejó una
gran cantidad de libros; al rededor de 20 novelas, varios diarios, memorias, muchos ensayos, obras de teatro, crónicas, relatos,
poesía…) y de palabras inmensas que reflejan su pensamiento.
Recordamos hoy uno de sus poemas más bellos sobre la vejez:
Frecuentemente
me preguntan que cuántos años tengo… ¡Qué importa eso!. Tengo
la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo
que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo
desconocido. Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de
la convicción de mis deseos. ¡Qué importa cuántos años tengo!.
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que
estoy en el apogeo. Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente
dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los
años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero,
para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el
interés de seguir creciendo. Tengo los años en que los sueños se
empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en
esperanza. Tengo los años en que el amor, a veces es una loca
llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa. ¿Qué
cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis
anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el
camino derramé al ver mis ilusiones rotas… valen mucho más que
eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!. Lo que
importa es la edad que siento. Tengo los años que necesito para
vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues
llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!. Tengo los
años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
José
Saramago