miércoles, 10 de febrero de 2021

Bloqueos mentales que impiden nuestros objetivos

A veces, la única barrera que nos impide avanzar y lograr nuestros objetivos somos nosotros mismos, o mejor dicho, nuestra mente. Es muy sencillo: si no controlamos nuestra mente, acabará por controlarnos. No es necesario decir más.

En un momento determinado de la vida, al que todos llegamos tarde o temprano, la mente y las creencias tóxicas que contiene, se convierten en una prisión que limita nuestro potencial y nuestra perspectiva. Nos referimos a los bloqueos mentales.





¿Qué son los bloqueos mentales?

Los bloqueos mentales son el ejército de hábitos negativos que actúan como freno hacia el cambio positivo. ¿A veces quieres hacer algo pero te sientes desanimado después de menos de dos segundos? ¿Quizás escuchas una vocecita susurrándote 1000 dificultades lógicas que te habrían impedido hacerlo? Sin duda, tienes un bloqueo mental.

A nuestro subconsciente no le gusta el cambio, no solo porque está en su naturaleza actuar sobre una base algorítmica, por así decirlo, sino también porque los verdaderos guardianes del status quo se colocan en el camino del cambio para defender el del hábito. 

¿Qué puedes  hacer entonces?

En pocas palabras: es necesario romper este círculo vicioso de hábitos negativos que se repiten día tras día, año tras año y que, literalmente, nos obligan a vivir una vida limitada y muy por debajo de nuestro gran potencial, y dejar entrar nuevos pensamientos, nuevas ideas, nuevos comportamientos; pero, esta vez, constructivo, positivo y saludable y que pronto dará vida a nuevos hábitos, elegidos por nosotros y de forma consciente.

Siempre que creemos que hay una sola forma de hacer las cosas, nos estamos poniendo límites. Siempre que aceptamos ciegamente la tradición, nos cerramos a la novedad. Siempre que pensamos en términos de pérdida y fracaso, nos bloqueamos mentalmente. Y lo peor de todo es que hacemos estas cosas día tras día, sin darnos cuenta.

Afortunadamente, el mero hecho de identificar estos límites que nos imponemos reduce su poder y abre nuestra mente, permitiéndonos adoptar una perspectiva más amplia y rica.

¿Alguna vez te has sentido así?

  • Creo que hay algo mal en mi.

  • Estoy ansioso incluso en situaciones en las que no debería estar.

  • Mis relaciones son un desastre y normalmente me enamoro de la persona equivocada.

  • Cuando estoy en un grupo siempre me siento inadecuado y siempre tengo ese sentimiento de inferioridad.

  • A pesar de mis mejores esfuerzos, siempre experimento un sentimiento de decepción y me siento insatisfecho.

  • Creo que nadie me entiende y que soy el único en el mundo que experimenta ciertas sensaciones.



Si estas declaraciones te pertenecen, significa que estás experimentando un bloqueo psicológico. Cuando terminamos en una trampa psicológica parece que no vemos una salida, y al final, la emoción que no querías sentir y que tanto temías, aquí viene de nuevo. 

Vivir en una trampa significa tener siempre la sensación de que algo vital se nos escapa, de no tener el control total de la propia vida, a menudo estancados en formas repetitivas de pensar, sentir, comportarse y relacionarse con uno mismo y los demás, que comprometen áreas importantes de la vida. Funcionamiento afectivo, laboral y social.

La voz que escuchas en tu mente: ¿de quién es?

A primera vista puede parecer casi una locura. Sin embargo, muchas veces esta voz que resuena en nuestra mente, especialmente cuando es despectiva o acusatoria, no proviene de nuestro "yo". De hecho, son las voces de varias personas significativas con las que nos hemos relacionado a lo largo de nuestra vida, especialmente durante la infancia y la adolescencia.

De hecho, si prestamos atención a algunas de las frases que nos decimos cuando se activa este diálogo interior, nos damos cuenta de que estas frases no nos pertenecen y, si indagamos en nuestro pasado, nos encontraremos con el legítimo dueño. Pueden ser nuestros padres, un maestro o incluso ese niño de la escuela que nos hizo la vida imposible.

Estas frases, que probablemente desgarraron nuestra autoestima, se han quedado en nuestra memoria y, con el paso del tiempo, las hemos hecho nuestras, pero en realidad no nos pertenecen, son la perspectiva que otros tenían de un " Yo "eso no existe más y probablemente nunca existió".

Cuando empiece a prestar atención a este diálogo interno, se dará cuenta de que muchas de sus creencias tóxicas provienen de pensamientos que otras personas le han inculcado. Pero no tienes que seguir marcando el límite, al contrario, tienes que aprender a eliminar estas creencias y caminar con seguridad sobre tus propias piernas.

Bloqueos mentales más habituales que nos impiden avanzar

Si bien puede parecer contradictorio, el hecho es que no siempre queremos avanzar. A veces nos sentimos cómodos en el lugar donde estamos, le tenemos miedo a lo desconocido, preferimos no movernos. Pero no lo reconocemos. Y para evitar que avancemos, nos convertimos en nuestro peor enemigo, ponemos el límite a propósito.





Algunas de las creencias más dañinas que cultivamos en nuestra mente, quizás sin darnos cuenta, son:

1. "Este no es el momento adecuado"

La procrastinación es un problema grave que puede hacernos perder oportunidades únicas. Posponer continuamente nuestros sueños garantizará que lleguemos a su fin sin haberlos realizado. Y lo que es peor: nos quejamos por perder la oportunidad.

En realidad, detrás de la creencia de que no es el momento adecuado se esconde solo una falta de motivación o miedo. Lo que pasa es que tenemos miedo de salir de nuestra zona de confort, porque no sabemos con qué nos encontraremos afuera. Como resultado, preferimos engañarnos a nosotros mismos diciéndonos que este no es el momento adecuado.

Sin embargo, la vida siempre implica un cierto grado de incertidumbre, nunca podemos estar 100% seguros, debemos estar dispuestos a correr al menos un mínimo de riesgo. Recuerde que cuando tenga una razón para luchar, encontrará los medios en el camino. Solo necesitas ser atrevido y dar el primer paso.

2. "No me siento preparado/a"

La sociedad nos ha hecho creer que si no somos lo suficientemente buenos en algo, es mejor ni siquiera intentarlo. Sin embargo, este camino solo sirve para cerrar muchas puertas, no deja espacio para el aprendizaje y el crecimiento. Si no nos involucramos en nuevos proyectos, nunca mejoraremos.

Lo cierto es que nadie nació preparado, los que hoy son expertos en algún sector, ayer no lo fueron. Lo que los hace diferentes es el tiempo y el esfuerzo que dedican a esta pasión. Después de todo, debemos recordar que la genialidad es un 1% de talento y un 99% de perseverancia.

En cualquier caso, para disfrutar de la mayoría de las cosas de la vida no es necesario hacerlas a la perfección. El perfeccionismo no es más que una barrera que nos mantiene dando vueltas, impidiéndonos avanzar. Ocúpate de disfrutar lo que tienes y no te escondas detrás del perfeccionismo, porque con la práctica los resultados también mejorarán.

3. "Seguramente fallaré"

Henry Ford, uno de los empresarios más exitosos de todos los tiempos, dijo: "O piensas que puedes, como si crees que no puedes, de cualquier manera tienes razón". El caso es que tu mente es tu mejor aliado o tu peor enemigo.

Por supuesto, una dosis de negatividad estratégica puede valer la pena, ya que nos ayuda a prepararnos para el peor de los casos. Pero pensar de antemano que fracasarás implica adoptar una actitud derrotista que no te conducirá por el buen camino, pero consumirá gradualmente tu motivación.

No se trata de asumir una actitud positivista hasta el amargo final, que de poco serviría. Pero si comienzas un proyecto pensando que fallarás, no llegarás muy lejos. Recuerde que la esperanza es nuestro motor más poderoso. No estamos a merced de un destino cruel, somos los arquitectos de nuestra vida. Hagamos las paces con el pasado para vivir un nuevo presente.

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