Que nadie corte tus alas

Cuando nos rendimos, cuando nos abandonamos dejando a un lado nuestro entusiasmo y dejamos apagar ese nuevo sueño que acababa de nacer; traicionamos nuestras metas y promesas o lo que es peor, a nosotros mismos. Estamos convenciendo a nuestro subconsciente, a nuestra inspiración, que ya no nos presente más ideas ni oportunidades. Ni las queremos, ni las merecemos. Las posibilidades de vivir una vida extraordinaria se reducen para siempre. Esa parte tuya donde nacen los sueños, las ganas de cambiar, los grandes proyectos se vuelven estériles, sin más actividades que soñar despierto alguna que otra vez. ¿Quién es esa persona que vino a "aconsejarte desinteresadamente" que ese nuevo proyecto no valía la pena, que era un riesgo o ridículo? ¿A quién le permitiste que te robara tu nuevo sueño? Esa persona es alguien que en su momento, quizá muy temprano en su vida, renunció a sus sueños, mató sus ilusiones, sus ganas de cambiar, se resignó a l...