
El cuerpo es cautivo de la mente, obedece a sus operaciones, sean estas deliberadas o automáticas. Siguiendo pensamientos negativos el cuerpo rápidamente se hunde en la enfermedad y el decaimiento; por el contrario, siguiendo pensamientos positivos se viste de belleza y lozanía.
La
salud y la enfermedad, al igual que nuestras circunstancias, tienen su
raíz en los pensamientos; y es que, pensamientos enfermizos se expresan a
través de un cuerpo enfermo.
La gente que vive con temor a las
enfermedades suelen ser las personas que más las contraen. La ansiedad rápidamente
debilita el cuerpo, y lo deja a merced de la enfermedad; los pensamientos negativos, aunque no tengan un origen físico, pronto
destruyen el sistema nervioso.
Pensamientos de pureza llenos de energía positiva y dicha producen en el cuerpo vigor y bienestar.
El cuerpo es un instrumento muy delicado y plástico, que responde
rápidamente a los pensamientos que lo dominan, y los hábitos de
pensamiento producirán sus efectos sobre él, sean estos buenos o
malos.
- Tu pensamiento es la fuente de toda acción, de tu vida y su
manifestación; por tanto, construye una fuente que sea limpia y todo será puro.
- Si
deseas perfeccionar tu cuerpo, se celoso con tu mente.
- Si
quieres renovar tu cuerpo, embellece tu mente.
Hasta
que nuestro pensamiento no este acompañado de un propósito no habrá logro
inteligente alguno. Generalmente, la mayoría de nosotros permitimos que nuestros pensamientos naveguen sin rumbo y a la
deriva por el océano de la vida.
Quien
no tiene un objetivo central en su vida es fácil caer preso/a de preocupaciones banales, miedos, problemas, y autocompasión, y así
se va dirigiendo, tan seguro como si lo buscara con intención pero por el camino del fracaso, la infelicidad, la pérdida de lo amado, porque la debilidad no puede perdurar en un Universo de
poder.
Sentir
que tenemos un propósito, meta u objetivo en la vida nos
moviliza y nos encamina hacia una dirección, nos anima a
tomar acción, presencia y responsabilidad en nuestra vida.
Debemos concebir un propósito legítimo en nuestro corazón, y luchar
por alcanzarlo. Debemos hacer de este propósito el centro de nuestros pensamientos. Podemos tomar forma de un ideal espiritual, o bien puede ser
un objeto terrenal, de acuerdo con nuestra naturaleza, tiempos y circunstancias; pero sobre todo, debemos firmemente enfocar toda nuestra INTENCIÓN y la FUERZA de los pensamientos
hacia el objetivo que tenemos ante nosotros.
Debe
hacer de este propósito su tarea suprema, y debe dedicarse por
completo a conseguirlo, evitando que sus pensamientos divaguen en
caprichos, vanidades y fantasías. Este es el camino real del dominio
de si mismo y la verdadera concentración del pensamiento.
Aun
si fallas una y otra vez en alcanzar tu propósito (como sucederá hasta que venzas tu debilidad), la fuerza de carácter ganado
será la verdadera medida de tu poder y conquista, y formará un
nuevo punto de partida para futuras victorias.
Eliminar
la falta de intención y debilidad, y empezar a pensar con
propósito, es ascender al rango de aquellos que sólo reconocen el
fracaso como uno de los caminos al éxito; quienes hacen que las
circunstancias sean un trampolín y les sirvan, y quienes piensan, a pesar de sus debilidades, con fortaleza, van a por ello con fiereza, y vencen con maestría.
Una vez que tienes establecido tu propósito, debes marcar mentalmente una línea
recta que te lleve a tu objetivo, sin mirar a la derecha ni a la
izquierda.
Recuerda:
- La
duda y el miedo deben excluirse rigurosamente; son elementos que frenan, que rompen la línea recta del esfuerzo, y la desvían inútilmente. Cambia esos pensamientos negativos que restan efectividad a tu acción.
- La
duda y el miedo son los grandes enemigos del conocimiento, y si los alientas, y no los eliminas, encontrarás la frustración a cada
paso.
Las debilidades y fortalezas de una persona, su pureza e impureza, son suyas,
y de nadie más; son creadas por ella misma, y no por otros; de igual manera, pueden
ser corregidas solo por ella, nunca por otros.
Tu
sufrimiento y tu felicidad emanan de tu interior. Como piensas, así eres; como sigas pensando, así seguirás siendo. Por lo tanto, eleva tus pensamientos y conseguirás el éxito.
Concentra tu mente en el desarrollo de planes, y el fortalecimiento de tu
resolución y autoconfianza. Y mientras más elevados sean tus
pensamientos, te convertirás en alguien más valeroso/a, grande y
correcto/a, mayores serán tus logros y benditos y perdurables serán tus
éxitos.
Tus
circunstancias pueden no ser de tu agrado, pero no han de seguir
siendo las mismas si concibes un ideal y luchas por alcanzarlo. Tú no
puedes movilizarte por dentro y permanecer estático por fuera.
Sostén firme el timón de tus pensamientos. En la barca de tu
alma se reclina tu maestro interior; sólo está dormido; despíertalo.
El control de ti mismo/a es poder; el pensamiento correcto es maestría.
El
liderazgo es un trabajo duro, exigente pero cada uno de nosotros
tiene el potencial para ser eficaz. MIRA DENTRO DE TI.... ESTÁ AHÍ... Te darás cuenta de que encontraste tu propósito cuando sientas que tu vida merece ser vivida y sientas plenitud con aquello que haces. Enfócate en hacer lo que te gusta, y tu propósito aparecerá.
"La misión del verdadero caballero es perseguir un ideal... pero no como un deber sino como un verdadero PRIVILEGIO" (Don Quijote de la Mancha)
¿Cómo puedes encontrar mi propósito? ¿Cuál es tu Don? encontrarás más información en este artículo: Encuentra tu Don
Luz Plena