El amor maduro se siembra, se aprende y se experimenta día a día porque en este tipo de amor, el individuo crece como persona y la
relación constituye un espacio de aprendizaje y de experiencias, una
oportunidad para desarrollar los vínculos afectivos y aceptar las
debilidades.
Caminar
de la mano de un amor maduro abre las puertas al autoconocimiento y
la empatía por el otro. Desarrolla nuestras habilidades sociales y
nos predispone al crecimiento de nuestro desarrollo afectivo y
social.
Todos
conocemos parejas que llevan juntos toda la vida. Si conversamos con
ellos y les preguntamos por el secreto de su relación, seguramente
nos hablarán de complicidad, cuidado mutuo y cariño; ya que
construir una vida en pareja es un trabajo de dos, en el que ambos
deben tomar la decisión consciente de comprometerse y esforzarse por
mantener ese vínculo.
"El amor es un desafío constante; no es un lugar de reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos; que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos seres se experimentan desde la esencia de su existencia de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y al huir de sí mismos".
Erich Fromm
La
vida en pareja supone un largo camino que hay que recorrer, con
subidas y bajadas y, por supuesto, no exento de obstáculos, pero
también con grandes satisfacciones. Un camino que sólo puede ser
recorrido cuando las dos partes están de acuerdo y deciden
emprenderlo.
No
debemos olvidar que con el paso del tiempo no solo cambia nuestro
cuerpo y apariencia física, sino que el amor y los sentimientos
evolucionan y esto implica aceptar al otro tal y como es. Quienes
llevan años conviviendo saben que la forma en la que se demostraban
su amor al principio de la relación no es igual que la forma en la
que aman en el momento presente.
La
pareja madura está rodeada de una serie de circunstancias que
conllevan grandes cambios en la convivencia. Los hijos se han
emancipado o, aunque sigan en el hogar, no requieren de atención
continua.
Erich
Fromm, psicólogo y filósofo humanista, en su libro El arte de amar,
afirma que el amor maduro no es amar al otro porque lo necesitas
sino necesitarlo porque lo amas.
EXISTEN 5 CLAVES PARA VIVIR EL AMOR MADURO CON PLENITUD
1. Cada
momento es especial
Las
pequeñas cosas y los detalles refuerzan la relación. La monotonía
y el aburrimiento son grandes enemigos del amor. Compartir intereses
y actividades comunes, dejando espacio para que cada uno pueda
desarrollar inquietudes personales se constituyen como aspectos
necesarios para que la pareja perdure.
2. Permite la libertad del otro
El amor maduro constituye un verdadero compromiso de autenticidad, comprensión y disposición de trabajar cada uno por el bien común de la pareja, buscando siempre un equilibrio entre dar y recibir. En las parejas consolidadas cada uno es un individuo independiente y, si se está en pareja, es con el fin de complementarse, no para crear dependencia o fundar indeseables vínculos de posesión.
3. Acepta a tu pareja tal y como es
Las
personas que se aman de verdad y para toda la vida saben que vivir
una relación implica compromiso y también comprensión. Puede que
haya algunos temas en los que la pareja no esté de acuerdo o no
tenga el mismo punto de vista, pero lejos de ser un inconveniente
constituye una fuente de enriquecimiento para la unión conyugal.
4. Ofrece apoyo y estabilidad
La complicidad y la compañía son dos factores esenciales a la hora de emprender una vida en común, pero en parejas maduras se magnifica mucho más. Es el momento de demostrar lo que puedes hacer por tu relación.
5. Respeto
y comunicación
Comunicarse
dentro de la pareja es empezar a respetarse y, en base a ello,
valorar y apreciar la conversación. Es importante no tener miedo a
expresar nuestros sentimientos ya que pueden convertirse en una
fuente de resentimiento y rencor. La comunicación de pareja es un
pilar fundamental para el crecimiento y fortalecimiento de la unión
perdurable en el tiempo.
En
conclusión, podemos decir que el amor maduro es sinónimo de
compromiso. La pareja disfruta plenamente el uno del otro. Son
amigos, amantes, compañeros y cómplices. Seguramente han superado
importantes obstáculos y resuelto grandes problemas, por lo que su relación se ha consolidado y se convierte en un vínculo
indestructible.