Sentirse solos rodeados de afecto

¿Quién no ha experimentado en algún momento de su vida un sentimiento de soledad de diferencia y de no pertenencia? Cuando este sentimiento aparece tras el cierre de una relación amorosa o de un duelo es algo fisiológico, pero cuando está arraigado en nuestra vida cotidiana y persiste a lo largo del tiempo, tiene un origen que se encuentra en una vivencia problemática o en una infancia difícil. En este contexto, no es raro sentirse solo incluso cuando estamos rodeados de afecto: en la familia, en pareja o con amigos. Se puede experimentar un fuerte sentido de no pertenencia cuando aparentemente se cohabita en una familia unida. Por ejemplo, una niña no amada, si no elabora esa deficiencia emocional y esa posible herida de rechazo materno o de la figura afectiva que tuviera en su infancia, tenderá entonces a desarrollar una sensación de vacío infranqueable, una soledad ancestral y una sensación de no pertenencia perpetua aunque esté rodeada de amor. Esta soledad es solo...